Agosto de 2022 será recordado como uno de los meses con más episodios de violencia en la historia reciente de México, ya que en menos de dos semanas, los ataques, bloqueos y enfrentamientos del crimen organizado azotaron a cuatro entidades distintas.

Jalisco, Guanajuato, Chihuahua y Baja California han vivido violentas jornadas que han llenado de temor e incertidumbre a la población, pues las agresiones han alcanzado, incluso, a miembros de la sociedad civil que nada tenían que ver con las disputas entre cárteles.

Al respecto, en días recientes el Gobierno Federal ha mantenido una postura de sosiego y tranquilidad al punto de afirmar que “hay gobernabilidad y hay estabilidad”.

El pasado 15 de agosto, el presidente Andrés Manuel López Obrador habló sobre las críticas que recibió su administración por la ola de violencia en los estados mencionados y acusó que los actos criminales, a excepción de los registrados en Ciudad Juárez, fueron “mera propaganda” tanto de sus opositores, como de los propios grupos delincuenciales.

Posteriormente, Adán Augusto López, titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), defendió la estrategia de seguridad de la Cuarta Transformación y negó que los hechos violentos tanto al centro como al norte del país puedan ser considerados como “terrorismo”.

“No es que queramos minimizarlos, pero desde luego hay una estrategia del gobierno federal en el combate a la inseguridad que está dando resultados, ya verán ustedes, conocerán las cifras el próximo día 20, hay una baja en la incidencia delictiva, pero cuando se combate a la inseguridad, no estamos exentos de que haya reacciones”, comentó al respecto en conferencia de prensa desde Palacio Nacional.

Las respuestas de AMLO y el secretario de Gobernación han sido duramente criticadas desde su emisión, pues opositores, periodistas y analistas consideraron que reflejaban una desatención a los hechos de violencia.

En esta misma narrativa, acusaron a los funcionarios de hablar sobre dichos actos como si no hubieran tenido un gran impacto para los estados afectados.

Por su parte, el periodista y analista político Raymundo Riva Palacio explicó en su más reciente columna para Ejecentral que la ola de violencia tiene una causa concreta y “es mucho más complejo de como lo explicó el gobierno”.

Sobre ello, comentó que lo sucedido en Jalisco, Guanajuato, Chihuahua y Baja California tiene que ver con “realineamientos y pugnas internas entre los cárteles” que disputan las plazas ante la “ausencia deliberada del gobierno federal para impedirlo”.

En primera instancia, el columnista aseguró que los actos de violencia no fueron organizados por el gobierno —para justificar la adscripción de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional— ni por la oposición —para desestabilizar a la administración federal— como señalaron algunas versiones.

Al contrario, todas las agresiones estuvieron relacionadas con el reacomodo y la búsqueda del control de los territorios desde la delincuencia organizada.

En Ciudad Juárez, aseguró Riva Palacio, Los Mexicles —al servicio del Cártel de Caborca— desataron la violencia luego de que tres de sus integrantes fueran asesinados al interior del Centro de Reinserción Social (Cereso) No. 3. Aunque este grupo es quien controla la plaza en dicha localidad, provocaron la llegada de las fuerzas federales para obstaculizar las operaciones de Los Chapitos, facción del Cártel de Sinaloa.

La violenta jornada que acabó con la vida de 11 civiles en un solo día en Chihuahua no tuvo relación alguna con los enfrentamientos anteriores de Jalisco y Guanajuato, afirmó el periodista.

En dichos estados, los narcobloqueos fueron resultado de un “pésimo operativo” del Ejército Mexicano para detener a uno de los mayores líderes del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG): Ricardo Ruiz Velasco, alias El Doble R.

Sobre esto, Riva Palacio aseguró que el cártel de las cuatro letras vive diversas disputas en su interior a causa de la debilidad y el deteriorado estado de salud de Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho.

Cuando el CJNG se percató del operativo y sus integrantes creyeron que El Doble R había sido capturado, reaccionaron de manera inmediata en Jalisco y, horas después, en Guanajuato. Esto, aseveró el columnista, “fue un mensaje de control en la entidad” con el que la organización “mostró músculo” ante las percepciones de su debilidad.

Por este motivo, Riva Palacio comparó al CJNG con Los Zetas, pues ambos grupos “operan con el modelo de negocio criminal de causar terror por la violencia masiva”.

Por último, refirió que la violencia que azotó a Tijuana, en Baja California, tuvo una mayor relación con la disputa entre el Cártel del Mencho y el Cártel de Sinaloa, que controla la plaza. Bajo este orden de ideas, señaló la incursión de los grupos en el mercado del fentanilo, así como la extorsión y el “derecho de piso” como las principales causas de los enfrentamientos y agresiones.

“Aunque usan la propaganda como una herramienta de la violencia, ni empieza ni termina ahí. Es mucho más complejo”, concluyó el periodista en su columna titulada “No se equivoque, Presidente”.

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