Por qué AMLO no quiere llamar “actos de terrorismo” a los ataques en Ciudad Juárez, según Loret de Mola

Entre la intensa ola de violencia que azotó a varios estados de la República, Ciudad Juárez, en Chihuahua, fue la única que registró entre sus muertos a personas inocentes

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Varios estados de la República
Varios estados de la República mexicano fueron azotados por la ola de violencia, durante el fin de semana pasado. (Foto: REUTERS/Jose Luis Gonzalez)

Autoridades Federales han insistido en señalar como “propaganda del crimen organizado” los narcobloqueos y agresiones suscitados el pasado fin de semana en Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Baja California y Chihuahua - aún cuando este último cobró la vida de nueve personas inocentes.

Un niño, mujeres e integrantes de los medios de comunicación fueron las víctimas mortales de la ola de violencia registrada en Ciudad Juárez y derivada de la riña entre miembros de células delictivas al interior del Centro de Reinserción Social (Cereso) Número 3, el 11 de agosto pasado.

Y es que, aún cuando el propio presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLOuan posible intervención de resión a la ciudadanía “en forma de represalia”, el mandatario también ha tachado de “exageración” el clasificarlo como un acto terrorista. Postura que fue secundada por su Secretario de Gobernación, Adán Augusto López: “No hay que magnificar estos actos propagandísticos”, expresó.

Como era de esperarse, estos pronunciamientos fueron cuestionados por el periodista, Carlos Loret de Mola, quien, en su columna para The Washington Post, concluyó que existirían dos razones que justificarían la negativa del Federativo.

Ciudad Juárez fue la única
Ciudad Juárez fue la única ciudad donde los ataques cobraron la vida de personas inocentes. (Foto: REUTERS/Jose Luis Gonzalez)

El primer punto involucra a la retórica del Gobierno obradorista, la cual, según Loret, se ha conducido con premisas que le serviría al tabasqueño para “moldear la percepción”, aún cuando ésta se encuentre fragmentada y lejos de la realidad.

“El gobierno funciona con premisas así: si el presidente no le dice terrorismo, no hay terrorismo”.

Por otro lado, la segunda razón que el columnista destacó tiene que ver con una posible intervención de Estados Unidos (EEUU) en la política de seguridad mexicana; cooperación que López Obrador no ha dudado en rechazar en varias de sus mañaneras.

Esto, destacó Loret, con mayor justificación por la frontera de más de 3 mil kilómetros que ambas naciones comparten y en donde varios puntos fungen como arena de combate entre las células delictivas, según lo expresado por la propia Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

“Pero la realidad no la puede borrar. El acto terrorista en Ciudad Juárez representa una escalada más en los niveles récord de inseguridad que azotan al país”, aseveró el también colaborador de LatinUs, criticando la respuesta del Jefe del Ejecutivo un día después del multihomicidio.

“Al día siguiente de los hechos en Ciudad Juárez (...) AMLO le dedicó 82 segundos al tema. No mostró indignación ni empatía (...) Como muletilla, lamentó los hechos y sentenció sin emoción: ‘Ojalá no se repita’”.
El narcoatentado del 2008, en
El narcoatentado del 2008, en Michoacán, no fue catalogado como acto terroristas por el entonces presidente, Felipe Calderón. (Foto: Cuartoscuro)

Morelia 2008: primer atentado terrorista de la historia reciente

Corrían las fiestas patrias del 15 de septiembre del 2008, en pleno sexenio del ex presidente, Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) - caracterizado por haber declarado la guerra al narcotráfico”.

Bajo ese contexto fue que la plaza Melchor Ocampo del centro histórico de Morelia, Michoacán, se convirtió en una zona de guerra luego que presuntos integrantes del crimen organizado lanzaran dos granadas de fragmentación dejando a ocho muertos y más de un centenar de heridos.

Aunque ninguna célula delictiva se adjudicó los hechos - y que sólo se cuenta con un retrato hablado del posible agresor - las teorías apuntaban a algún cártel contra el cual el gobierno librara una guerra desde el 2006.

Pese a ello, evocó Loret de Mola, Calderón no lo declaró como atentado terrorista y, ante ello, el propio López Obrador - como opositor - pidió las renuncias del Secretario de Gobernación, del de Seguridad Pública y del Procurador General.

“Hoy el presidente está en la misma situación: sin reconocer los actos de terrorismo e intentando jugar con las palabras, lo que tanto le gusta hacer. Habrá que ver si tener que tragárselas no le causa indigestión”, concluyó el comunicador.

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