Maximiliano de Habsburgo: el emperador que aprendió náhuatl y lo promovió como lengua oficial de su Imperio

Maximiliano de Habsburgo llegó a México el 28 de mayo de 1864, para iniciar su gobierno, durante el cual contrató a un maestro de náhuatl llamado Faustino Chimalpopocatl para aprender la lengua

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Maximiliano de Habsburgo fue el segundo emperador de México. Foto: Mediateca/INAH
Maximiliano de Habsburgo fue el segundo emperador de México. Foto: Mediateca/INAH

Maximiliano de Habsburgo fue el segundo emperador de México, luego de que, tras la independencia de México, Agustín de Iturbide fuera el primero. Iturbide ascendió al poder luego de que México se independizara de España, tras 300 años de estar bajo su yugo.

Tras la Independencia de México, que se dio el 27 de septiembre de 1821, luego de más de 10 años de lucha, se dio inicio a un gobierno imperial. Sin embargo, duró muy poco, y se terminó imponiendo el gobierno republicano.

Luego de esto, en 1864, inició el Segundo Imperio de México. Este estuvo al frente de Maximiliano de Habsburgo y su esposa, Carlota de Bélgica, quienes llegaron al país el 28 de mayo de ese año, y dicho gobierno terminaría el 19 de junio de 1867, cuando Maximiliano fue fusilado al lado de sus generales conservadores Miguel Miramón y Tomás Mejía, en el Cerro de las Campanas, Querétaro.

Maximiliano llegó a gobernar México luego de que Francia decidiera invadir al país, tras la declaración de la moratoria de la deuda externa, por parte del presidente Benito Juárez, a países europeos, como Inglaterra, Francia y España. Tras dicha declaratoria, los tres países amenazaron con atacar e invadir México, por lo que Juárez se retractó, lo que hizo que Inglaterra y España también retiraran su amenazas, mas no Francia.

El austriaco gobernó el país de 1864 a 1867. Foto: Mediateca/INAH
El austriaco gobernó el país de 1864 a 1867. Foto: Mediateca/INAH

Los franceses vieron una gran oportunidad de tener un territorio dominado en un lugar muy estratégico de América, por lo que decidieron invadir al país. Tras dicha invasión, Juárez tuvo que llevar su gobierno al norte, y lo estableció en el estado de Nuevo León. Napoleón III, emperador de Francia y sobrino de Napoleón Bonaparte, decidió ofrecerle la corona a Maximiliano de Habsburgo, quien era hermano menor de Francisco José, heredero de la corona de los Habsburgo.

Maximiliano al principio no estaba muy convencido de aceptar ser el nuevo gobernante de México, sin embargo, un grupo de conservadores mexicanos fueron hasta la residencia del emperador, el Castillo de Miramar, ubicado en Trieste, Italia, en donde le pidieron que recibiera la corona y gobernara al país. Al final, Maximiliano de Habsburgo decidió aceptar ser el emperador.

Tras gobernar tres años, los franceses decidieron retirar a las tropas que apoyaban a Maximiliano, y los conservadores mexicanos se enemistaron con el emperador, pues las políticas que manejaban eran muy similares a las de Juárez. Esto llevó a la desgracia a Maximiliano, y tras ser perseguido y atrapado, fue fusilado. Se dice que, antes de morir, dijo las siguientes palabras: “moriré por una causa justa, la independencia y la libertad de México; que mi sangre selle las desgracias de mi nueva patria, ¡Viva México!”.

Maximiliano, desde muy pequeño, recibió la mejor educación que una persona puede recibir. Nació con el título de archiduque de Austria como Fernando Maximiliano de Austria, sin embargo, renunció a dicho título para ser emperador de México, bajo el nombre de Maximiliano I.

Maximiliano contrató a un maestro de náhuatl para hablarlo. Foto: Mediateca/INAH
Maximiliano contrató a un maestro de náhuatl para hablarlo. Foto: Mediateca/INAH

Fue el segundo hijo de los archiduques Francisco Carlos de Austria y Sofía de Baviera. Fue nieto del emperador Francisco I de Austria, y hermano menor del futuro emperador Francisco José I.

Maximiliano aprendió náhuatl

Tras la llegada de Maximiliano a México, para gobernar el país, el 28 de mayo de 1864, el emperador inició un proceso de acercamiento con los pueblos originarios bajo su gobierno. Contrario a lo que suele pensarse, algunas políticas del segundo imperio fueron progresistas, por ejemplo, redujo la jornada de trabajo, se crearon instituciones ejidales y campesinas, y se puso atención a los abusos contra los indígenas en las haciendas.

Asimismo, el emperador Maximiliano se mostró interesado por las culturas de México, por lo que promovió el náhuatl como una lengua oficial del imperio, pues deseaba que se hablara más. Por ello, contrató al maestro Faustino Chimalpopocatl, quien se convirtió en su traductor y mentor de náhuatl. Incluso, Maximiliano emitió dos decretos bilingües.

Sobresale un decreto legal del 16 de septiembre de 1866, en el que hace un fallo legal a favor de los indígenas. Lamentablemente todo quedó en un simple escrito y no se llevaría a cabo, pues el emperador moriría fusilado un año después por las fuerzas del presidente Benito Juárez.

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