En la madrugada de un día como hoy, pero de hace nueve años, Rafael Caro Quintero salió por su propio pie del penal de Puente Grande, Jalisco, con todos sus papeles en regla y tras haber pasado 28 años en reclusión.
El “narco de narcos”, uno de los capos más importantes de México en la década de los ochenta, fue excarcelado el 9 de agosto de 2013 gracias a un fallo judicial que desechó varias causas en su contra, una de ellas por los asesinatos del agente antidrogas estadounidense Enrique “Kiki” Camarena y el piloto Alfredo Zavala.
Su liberación, realizada durante la noche, fue tomada como toda una afrenta para los Estados Unidos, quienes querían su extradición para juzgarlo por el asesinato de Camarena, en 1985, después de dos días de intensas golpizas e interrogatorios.
En el documento, firmado por la magistrada Rosalía Moreno, se le otorgó la libertad a Caro Quintero por considerar que tuvo que ser juzgado el fuego común y no en el federal, ya que Enrique Camarena no era un agente consular registrado. Por esa razón se le concedió la libertad al “narco de narcos”.
Presión de Estados Unidos: AMLO
Dos días después de su liberación, el Juzgado Sexto de Distrito de Procesos Penales Federales en Ciudad de México concedió a la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía) la orden de detención provisional con fines de extradición por diversos delitos de los que se le acusa en una corte estadounidense en California.
Asimismo, el 6 de noviembre de 2013 la Suprema Corte de México revocó el fallo judicial que permitió a Caro Quintero abandonar la cárcel.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, consideró a Caro Quintero como una “víctima” de la presión de Estados Unidos cuando le preguntaron sobre la liberación del capo y su posterior ficha de búsqueda.
“El caso del señor Caro Quintero, 27 años sin sentencia. ¿Qué hacía el Poder Judicial? ¿Cómo va estar una persona detenida sin una sentencia? ¿Qué pasaba? (...) Por eso el amparo y la libertad. Y una vez que sale, a buscarlo de nuevo porque viene la exigencia de Estados Unidos de que no se debió liberar, pero legalmente procedió el amparo”, declaró el mandatario.
Poco probable la “extradición”
El ex embajador de Estados Unidos en México, Tony Garza, ve muy poco probable que el gobierno mexicano entregue en extradición al narcotraficante Rafael Caro Quintero, pese a que el gobierno norteamericano inició las gestiones de manera inmediata, luego que se concretó su captura el pasado 15 de julio en Sinaloa.
En un análisis de su consultora White & Case, Garza señaló que a pesar de que Caro Quintero representa una figura crucial en las organizaciones del narcotráfico durante las últimas cuatro décadas, y se convirtió en el hombre más buscado por la DEA, no será enviado en el corto plazo a Estados Unidos para que responda ante la justicia de aquél país.
Esta visión de los norteamericanos quedó confirmada el pasado viernes 5 de agosto con la decisión de una jueza federal de México, quién concedió una nueva suspensión de plano para evitar que Caro Quintero sufra cualquier tipo de maltrato, aunado a que el Poder Judicial puso un candado legal para que el capo sea movido del Estado de México.
El próximo 26 de agosto está fijada una audiencia para determinar si se le concede el amparo contra la extradición. Sin embargo, aunque la resolución resultara negativa narcotraficante, su defensa tiene la opción de impugnar esa hipotética situación y llevar el caso ante una autoridad superior.
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