Algunas de las piezas aparecieron en manos de una familia en Barcelona, otras fueron utilizadas para una publicidad de alcohol hace más de 50 años y unas más estuvieron a punto de ser subastadas en Bélgica. Pero todas ellas pudieron volver a su lugar de origen: México y es que más de 8 mil piezas de las culturas totonaca, zapoteca, mixteca y maya, entre otras, han sido repatriadas, dando cuenta de la riqueza cultural del país, pero también de la gran cantidad de tesoros arqueológicos que aún no regresan.
A través de la campaña “Mi patrimonio no se vende”, las Secretarías de Cultura y de Relaciones de Exteriores (SRE), así como del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han recibido, en un periodo de tres años, alrededor de 8 mil 790 piezas que se encontraban de forma ilegal fuera del país.
Además, el canciller mexicano Marcelo Ebrard destacó que se han cancelado tres subastas de patrimonio histórico de México y se han decomisado más de 600 piezas arqueológicas a particulares que las tenían de manera ilegal en Estados Unidos, Italia y Bruselas.
El pasado 28 de julio, la Fundación del Museo de Albuquerque, Estados Unidos (FMA) entregó voluntariamente 12 piezas arqueológicas de origen mexicano al país. De acuerdo con un dictamen preliminar del INAH, la mayoría de ellas proceden de la zona occidente de México y datan de entre los años 300 y 600 a.C.
Entre los objetos restituidos, se identifica una de estilo Chalchihuites, otra de estilo Tuxcacuesco-Ortices y una vasija efigie del estilo Comala, de la tradición cultural de Tumbas de Tiro.
El 26 de julio las secretarías de Cultura y de Relaciones Exteriores (SRE) recibieron de manera voluntaria 2 mil 552 objetos patrimoniales desde Barcelona, España, hasta ahora, la más cuantiosa hecha al país. Cabe destacar que estas piezas se encontraban en el poder de una familia, la cual decidió permanecer en el anonimato.
Una selección de los objetos se encontrarán exhibidos durante un mes en el Museo del Templo Mayor.
Entre las piezas que se encontraron fueron: vasijas, platos, copas, recipientes, instrumentos y figuras de rostros talladas a mano. Algunas de las piezas se encontraban completas, mientras que otras rotas o deterioradas.
El 2 de julio, Italia devolvió 30 piezas prehispánicas que decomisó en su país, entre ellas ollas, copas, estatuillas, jarrones y collares de las culturas totonaca, coyotlatelco, zapoteca, mixteca y maya.
“Las piezas fueron recuperadas en las ciudades de Ancona, Udine, Nápoles y Roma, incautadas por las autoridades italianas por encontrarse a la venta ilegalmente en sitios de internet”, informó a través de un comunicado el INAH.
El viernes 10 de junio, el INAH informó sobre la repatriación de dos piezas precolombinas desde Estocolmo Suecia. Ambas fueron utilizadas para publicidad durante la década de 1950 y 1960 por la compañía sueca Absolut para el licor de café Kahlúa producido en México. La restitución fue voluntaria y fue por parte de la misma empresa.
El INAH dictaminó que las piezas son originarias de la tradición cultural de Tumbas del Tiro, la cual se desarrolló entre los años 300 a.C. al 600 d.C. en el occidente de México.
El 8 de junio fueron entregadas 79 piezas arqueológicas y dos bienes paleontológicos en el Consulado de México en Los Ángeles, California, EEUU. Entre los bienes entregados se encuentran objetos pertenecientes a las culturas maya, zapoteca, teotihuacana, así como de la tradición Tumbas de Tiro y de las asentadas en el Altiplano Central, occidente y el Golfo de México.
Entre las piezas sobresale un vaso trípode de estilo maya elaborado en el sureste de México durante el periodo Clásico mesoamericano (400.900 d.C.) es de barro modelado, pulido y aplicación moldeada.
El 28 de abril, la embajada de México recibió tres piezas arqueológicas que iban a ser subastadas por la Casa Carlo Bonte Auction de la Ciudad de Brujas, Bélgica. Las piezas fueron entradas voluntariamente por la señora Maria Helena Defever, de 98 años.
El 30 de marzo del presente año, durante una ceremonia en la Embajada de México en Suecia, se recibieron 43 piezas de las cuales se dictaminó que eran pertenecientes a la nación mexicana. El conjunto de piezas fue entregado voluntariamente por los ciudadanos suecos Katja Silva-Leander y Sebastian Silva-Leander, los cuales refirieron que los objetos estaban en posesión de su madre desde la década de los 1950.
El 16 de marzo se informó que la embajada de México en Austria recuperó una pieza arqueológica que se encontraba en manos de un coleccionista anónimo. Se trató de un fragmento de columna de aproximadamente 26 kilos, mismo que fue extraído del sitio arqueológico de Santa Rosa Xtampak, Campeche.
El 10 de marzo se informó sobre el retiro de una pieza arqueológica mexicana del catálogo de una subasta programada por la Galería Zacke, ubicada en Austria. La pieza se trataba de un yugo elaborado en roca que representa a un ser fantástico, realizado en la costa del Golfo durante el periodo Clásico mesoamericano (400-900 d. C.), representativo del Clásico Central veracruzano. Asimismo, se indicó que se entregaría al gobierno de México.
El 20 de febrero la SRE destacó la restitución de 17 piezas arqueológicas, las piezas fueron devueltas voluntariamente desde Países Bajos por los ciudadanos neerlandeses Hubert De Boer y Liesebeth Mellis, quienes las tenían en su posesión desde hace tres décadas.
13 de ellas son de origen huasteco, realizadas en la Costa del Golfo de México durante el periodo Posclásico mesoamericano (900-1521 d. C.); dos son de estilo mexica, hechas en el Altiplano central mexicano en el periodo Posclásico Tardío mesoamericano (1200-1521 d. C.); una fue forjada en la costa del golfo de México durante el periodo Clásico mesoamericano (400-750 d. C.); y una más, de estilo mixteco, fue hecha en el área de Oaxaca, México, en el periodo Posclásico mesoamericano (900-1521 d. C.).
El sábado 5 de febrero llegaron dos piezas arqueológicas repatriadas del consulado de México en Nueva York, Estados Unidos. Se trató de una urna de barro y una máscara de roca. La primera se determinó que fue elaborada en el área de Guerrero, durante el periodo Posclásico mesoamericano (1200–1521 d.C.).
Mientras que la segunda se trató de un objeto arqueológico del estilo olmeca, elaborado en la Costa del Golfo de México durante el periodo Preclásico mesoamericano (1200–400 a.C.).
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