El narcoterrorismo ha evolucionado en Guanajuato con los intereses del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) por delante, quienes implementan nuevas tácticas intimidatorias para sembrar el terror contra sus rivales, ya sean sicarios, operadores o las fuerzas de seguridad obligadas a combatirlos.
Un par de intevenciones que apuntan al CJNG han llamado la atención en junio y julio de este 2022 por escalar su táctica más allá de lo que se había conocido en el país. Por un lado, el sicario que fue acompañado por un cómplice que documentó el asesinato a plena luz del día en Celaya, para después circular el material en redes sociales como advertencia al resto de quienes favorecieran al Cártel Santa Rosa de Lima.
Y el último episodio quedó transmitido en vivo vía Facebook por un reportero local, cuando agentes de la Fiscalía de Guanajuato sufrieron una emboscada explosiva, mientras procesaban la escena con restos humanos desmembrados dentro de bolsas y una cabeza humana al lado. Sucedió en Irapuato con una planificación revelada horas después, donde se indica que todo era monitoreado a distancia al interior del punto para atacar al objetivo preciso.
Narcoterror en la narcoguerra de México
La estrategia de interrogar bajo amenaza para luego ejecutar a supuestos enemigos despuntó con los Zetas, el brazo armado del Cártel del Golfo conformado por desertores del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales, entrenados en la élite militar para combatir la guerrilla y/o contrainsurgencia en México.
Desde el sexenio de Felipe Calderón, quien inició la guerra contra el narco hace 16 años, otros cárteles de la droga imitaron esos recursos para intercambiar amenazas a través de videos, con cuerpos desmembrados o cabezas cercenadas al lado de narcomensajes y narcomantas en la vía pública.
A partir de esa época colgaron cuerpos de puentes y también difundieron los momentos previos de brutales asesinatos: con disparos mientras sus víctimas estaban de rodillas y vendados de los ojos; descuartizamientos o decapitaciones cuando la persona aún estaba viva; así como las veces que extirparon el corazón directamente y lo comían frente a sus cómplices y el ejecutado permanecía moribundo.
También implementaron desapariciones al disolver los restos humanos en ácido o sosa cáustica. Igual atacan a balazos sedes de autoridades o casas de enemigos; secuestran a familiares de sus rivales, pero también asesinan a inocentes para calentar la plaza. En Guanajuato y Michoacán usan drones para dirigir explosivos de fabricación casera, además de movilizar a su base social desarmada con intenciones de hacer frente a los soldados o la policía en aras de impedir operativos.
Narcoterrorismo escalado en Guanajuato
Hasta los últimos meses esas escenas se habían convertido en parte de la dinámica de narcoguerra que se vive en México y no ha cesado desde 2006. Los narcotextos o narcovideos evocaban a parte de las grabaciones difundidas por facciones designadas terroristas de Oriente Medio como AlQaeda o la organización Estado Islámico, también llamado ISIS.
En noviembre de 2019, disputas entre la Línea del Nuevo Cártel de Juárez y células del Cártel de Sinaloa habrían derivado en la masacre de Bavispe, Sonora, donde fueron masacradas tres adultas y seis menores de edad de las familias LeBarón, Miller, Johnson y Langford.
El entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, consideró designar a los cárteles mexicanos como grupos terroristas y enviar a militares en intervención extranjera para combatirlos. La iniciativa no prosperó, pero quedó como referencia en ataques posteriores.
Atentados de corte terrorista no son nuevos en México. En 1994, enemigos de Ismael Zambada García, el Mayo, quisieron acabar con él en Jalisco al estallar un coche bomba en el hotel donde creían que se hospedaba. Dos años antes fue usada la misma táctica en Sinaloa.
Mientras que a principios del 2000 sucedió un ataque similar afuera de la fiesta del hijo menor del capo, Serafín Zambada Ortiz, quien celebraba su segundo cumpleaños en Tijuana. Y para 2010 otro vehículo con 10 kilos de explosivos dejó cuatro muertos en Ciudad Juárez como supuesta represalia a la detención de un cabecilla regional de la Línea.
Sin embargo, el antecedente inmediato en la narcoguerra de Guanajuato fue en marzo de 2020, cuando estalló una camioneta honda cerca de las instalaciones de la Feria de Celaya, usadas como base improvisada de la Guardia Nacional. En ese entonces se indicó un acto de propaganda, aunque cuatro meses antes, en diciembre de 2019, otro vehículo con artefactos explosivos detonó en una zona habitacional de Irapuato, dejando varios inmuebles afectados.
Ambos eventos no identificaron a responsables directos, pero se presumían intervenciones del Cártel Santa Rosa de Lima, grupo criminal que era perseguido con esfuerzos para llevar a la captura de su líder, José Antonio Yépez Ortiz, el Marro, debido a que cimentó su organización delictiva con el robo de combustibles, conocido como huachicoleo.
Luego de sumar ejecuciones de policías fuera de sus jornadas de trabajo y el reacomodo violento del territorio, los cárteles escalaron con el narcoterrorismo en este 2022. Eso indican sus difusiones de otro nivel que no se había detectado en el país.
La marca del CJNG en Guanajuato
El 13 de junio, un sicario identificado como integrante del Cártel Jalisco Nueva Generación grabó el momento exacto en que su cómplice mató a balazos a un líder de tianguistas en Celaya y todavía tuvieron tiempo de gritar el nombre de la organización, así como colocar el narcomensaje que llevaban.
La breve grabación de menos de un minuto muestra como dos sujetos se acercaron hasta un local de ropa y equipo táctico para disparar tres veces a la cabeza al vendedor, quien se encontraba en el Tianguis de los lunes del Barrio de la Resurrección.
“Puro Cártel Jalisco Nueva Generación, perros”, gritó el asesino al tiempo que descargaba su arma contra Álvaro Luna, señalado de ser un líder de tianguistas. Eran cerca de las 12:00 horas, en plena hora del día.
“Para toda la bola de extorsionadores, para toda la bola de cobra pisos, se los va cargar la v*rg*”, añadía mientras su acompañante que no dejaba de filmar le extendía la cartulina amarilla fosforescente para acomodarla junto al cadáver. Era un joven que se enorgullecía de haber concretado el crimen para el CJNG contras presuntos rivales del Cártel de Santa Rosa de Lima.
David Saucedo, analista en temas de seguridad en Guanajuato, dijo a Infobae México que los mismos sicarios del CJNG fueron los interesados en documentar sus agresiones para que circularan por redes sociales, además de cadenas de WhatsApp. De esa manera extenderían su mensaje a quienes quisieran enfrentarlos.
El hecho difundido a nivel nacional indignó por el grado de impunidad. Ellos mismos se encargaron de recolectar la evidencia y estar detrás de cámaras, como si fuera la escena de una película de acción. Lo presumieron sin que hasta ahora haya detenidos por el caso.
Hace dos días, elementos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) acudieron a levantar los restos de una persona descuartizada, cuyos restos fueron vertidos en bolsas negras y la cabeza fue dejada dentro de una hielera de unicel en Irapuato. Los agentes tomaron el reporte anónimo par ir a la colonia Emiliano Zapata y parecía otra escena criminal más.
Pero unos minutos después estalló un presunto artefacto casero activado a distancia. Supuestamente, los criminales monitoreaban la intervención de peritos e integrantes de la AIC en todo momento desde una cámara escondida en la parte del techo. Cuando notaron que solo estaban los miembros de su objetivo, entonces actuaron para concretar sus amenazas.
Afuera, un periodista se enlazaba con su audiencia para comunicar el caso, mientras caminaba hasta la zona acordonada. Cuando escuchó el estruendo pensó que era una bomba. De inmediato se presumió un proceso de planeación por grupos criminales.
“Los elementos de la policía ministerial cayeron en una trampa”, aseguró David Saucedo, pues parece evidente que todo estaba calculado para afectar a los integrantes de la AIC. Menos de 24 horas después se difundió un video de 44 segundos que mostraba la escena de la habitación con agentes en ella, así como la supuesta explicación textual que llevó al ataque.
El clip contiene advertencias y frases utilizadas por el CJNG de manera reiterada en videos, cartulinas y narcomantas. Tan solo en marzo pasado mandaron uno de los mensajes más directos contra la Fiscalía de Guanajuato y, con el ataque reciente indicaron advertencias cumplidas.
“Revela una estrategia de planeación, un manejo tecnológico, un manejo de explosivos, me parece claro que se trata de un acto de narcoterrorismo perpetrado contra la AIC”, añadió el especialista sobre la escalada de agresiones en la entidad.
Según la narrativa del video, los criminales esperaron el momento para que no se vieran afectados personal del Ejército ni la policía, para identifcar con claridad a sus enemigos. La cámara apuntaba a la pared y la puerta donde estaban los restos embolsados. Supuestamente se trató de una represalia por acciones de investigación que, acusan, son arbitrarias.
“Recuerden que todo Guanajuato tiene dueño y miedo aquí no hay”, cerró el video compartido por Twitter. Es una expresión como grito de guerra que distingue al CJNG en otros narcotextos consignados en previos reportes y grabaciones firmadas por los propios sicarios que pelean la plaza al Cártel Santa Rosa de Lima.
Luego del ataque, la Fiscalía de Guanajuato confirmó que una integrante de la Agencia de Investigación Criminal y un perito resultaron con lesiones, pero su estado de salud se reportó estable. Para David Saucedo se distinguen intenciones muy claras sobre el objetivo, pese a que el autor del material no está identificado directamente.
“Aunque el video no está firmado por el CJNG me parece que, además de esa frase que es reiterada en sus mensajes, me parece que son los únicos que tienen esa capacidad de declararle la guerra a la gente de Investigación Criminal”, añadió.
Es una evolución, un paso hacia delante en la sofisticación de la planeación de atentados criminales en contra de fuerzas de seguridad pública el accionar artefactos explosivos a distancia con el tipo de videograbación y nuevamente con el uso de redes sociales para difundir su mensaje criminal entre la población
Según el analista, actualmente el Cártel Santa Rosa de Lima no tiene la capacidad para enfrentarse a las autoridades, aunque tampoco están derrotados y concretaron algunas alianzas regionales con el Cártel de Sinaloa. Por ello, no se debía pasar por alto que fuera un acto planeado para responsabilizar al CJNG, con el fin de desviar y justificar la atención de autoridades en uno de los bandos en disputa.
“No descartaría que se tratara de un atentado para responsabilizar a los jaliscienses de este evento y focalizar los esfuerzos del gobierno”, explicó Saucedo.
Por ahora, la Fiscalía de Guanajuato no ha ofrecido mayores detalles, pero las investigaciones no pueden eliminar el factor de planeación, así como el video difundido sobre la presunta explicación. Las interrogantes comienzan con identificar a la persona asesinada ahí, cómo llegaron al lugar, así como la suma de amenazas previas.
Otra explicación adicional de la estrategia en Irapuato fue detectada en la película Sicario (Denis Villeneuve, 2015). Una escena del filme muestra cómo agentes fueron heridos mientras procesaban la escena criminal de cárteles de la droga, luego de que un artefacto explosivo aparentemente fuera activado con ese propósito. Aunque se trata de un modus operandi similar, el drama en Guanajuato sigue siendo real.
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