Pancho Villa: cuál fue el origen de la pistola que perteneció al Revolucionario y por qué terminó en Cuba

El pasado mes de mayo, el presidente López Obrador fue a una gira de trabajo, de donde regresó con un revólver que había pertenecido a Villa y que misteriosamente se encontraba en la isla caribeña

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El revólver fue devuelto a AMLO por el presidente Miguel Díaz Canel. FOTOS:
INAH
El revólver fue devuelto a AMLO por el presidente Miguel Díaz Canel. FOTOS: INAH

El pasado mes de mayo, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), fue a Cuba a una gira de trabajo, en donde se encontró con el dictador de aquel país Miguel Díaz Canel. Fue de manos de este último, que el presidente López Obrador recibió un histórico revólver de 38 milímetros, como una muestra de “la relación de amistad que comparten ambos países”.

El arma por sí sola, no tendría nada de extraordinario, mas que el tiempo que ha existido, sin embargo, toma relevancia porque fue una pistola que perteneció al revolucionario José Doroteo Arango Arámbula, mejor conocido como Pancho Villa. Aunado a esto, se le agrega que el arma fue mandada a hacer por el expresidente Francisco I. Madero, mismo que se la obsequió a Villa, “por su valor a la patria”.

Ahora la pieza, hecha de acero y oro, se encuentra en la sala Revolución, de la exposición La Grandeza de México, en el Museo Nacional de Antropología e Historia, tras un largo viaje que inició en 1910 en Eibar, España, una ciudad industrial ligada a la manufactura de hierro, que dio lugar a una gran industria armera, a donde Madero la mandó a fabricar.

La pieza estaba acompañada de dos cartuchos de bala percutidos y una caja elaborada en madera, nácar y plata, que suma una placa con la dedicatoria del entonces presidente de México, Francisco I. Madero.

Actualmente, el arma se encuentra en la sala Revolución, de la exposición La Grandeza de México, en el Museo Nacional de Antropología e Historia. FOTOS:
INAH
Actualmente, el arma se encuentra en la sala Revolución, de la exposición La Grandeza de México, en el Museo Nacional de Antropología e Historia. FOTOS: INAH

Diego Prieto, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), declaró que “esta es una pieza histórica y artística pero también un objeto que guarda una diversidad de significados: primero, la relación entre el líder que se ocupa de iniciar la Revolución Mexicana, y el caudillo cuyo papel fue vital en el desarrollo de este episodio histórico”.

Según la página oficial del INAH, en los días inmediatos al golpe de Estado, por medio del cual Victoriano Huerta depuso a Francisco I. Madero, se sabe que el embajador de Cuba en México de ese momento, Manuel Márquez Sterling, ofreció a Madero y al vicepresidente José María Pino Suárez asilo político en su nación.

Cuando la pistola regresó a México, la titular de la Secretaría de Cultura, Alejandra Frausto, y el director general del INAH, señalaron su reconocimiento a Eusebio Leal Spengler, un historiador cubano, quien adquirió la pistola luego de que esta, según se especula, fuera llevada a la isla, posiblemente, por algún veterano revolucionario.

Javier Spengler Estébanez, hijo de Leal Spengler, entregó la pieza el pasado mes de abril a la Oficina del Historiador, en La Habana, solicitando la expresa voluntad de su padre: “que se restituyera al patrimonio cultural de la gran nación mexicana”.

Pancho Villa fue uno de los pilares fundamentales de la Revolución Mexicana.
Pancho Villa fue uno de los pilares fundamentales de la Revolución Mexicana.

Villa y Madero siempre se tuvieron mucho aprecio. Muestra de ello fue cuando terminó la primera etapa de la Revolución Mexicana, Porfirio Díaz decidió abandonar México, en 1911, huyendo a París, Francia. Pancho Villa se unió al ejército que estaba combatiendo a los rebeldes al norte del país.

Victoriano Huerta siempre vio a Villa como “una chusma armada temporalmente”. Por órdenes de Huerta estuvieron a punto de fusilarlo, pero cuando los soldados estuvieron por dispararle, intervino el hermano de Francisco I. Madero, Raúl Madero. Y recibió un telegrama de Francisco para que se le perdonara la vida a Pancho Villa.

Otro detalle histórico que muestra la gran amistad que tenían Villa y Madero, ocurrió en diciembre de 1914, cuando el expresidente ya había muerto asesinado. En esa ocasión, Villa cambió el nombre de Calle San Francisco a Francisco I. Madero. Hasta la fecha conserva el nombre, y es una de las calles más concurridas e importantes de la capital mexicana.

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