El riesgo climático de incendios forestales está aumentando en todo el mundo debido al calentamiento global. Así lo ha indicado un estudio internacional en conjunto con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
La investigación, que revisa 500 trabajos de investigación previos e incluye un nuevo análisis de datos de última generación con observaciones por satélite y modelos climáticos, apunta a que las acciones y políticas humanas pueden desempeñar un papel fundamental en la regulación de los impactos en una escala más regional.
“Cada vez son más frecuentes los paisajes secos y calurosos susceptibles a quemarse con más severidad, lo que incrementa el riesgo de grandes incendios forestales [...] El número de días con riesgo extremo de incendios ha aumentado en todo el mundo y se ha duplicado en la cuenca mediterránea en los últimos 40 años”, explica la investigadora del CSIC Cristina Santín, del Instituto Mixto de Biodiversidad de Mieres.
Los modelos climáticos que se muestran en este estudio indican que la frecuencia con la que se dan condiciones climáticas que provocan grandes incendios en algunas regiones, como por ejemplo, la cuenca mediterránea y la Amazonía, se ha incrementado mucho más de lo esperado sin calentamiento global, debido al aumento de temperatura de 1.1 °C inducido por el ser humano.
De igual manera, el alza en el riesgo de incendios se ha producido de forma más rápida.
En el caso de México se presentan dos temporadas de mayor incidencia de incendios forestales. La primera temporada inicia en enero y se extiende hasta junio y corresponde a las zonas centro, norte, noreste, sur y sureste del país. La segunda va de mayo a septiembre y se registra en el noroeste del país.
No obstante, apenas el 12 de julio pasado, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) publicó el Acuerdo de carácter general de inicio de emergencia por ocurrencia de sequía severa, extrema o excepcional en cuencas para el año 2022, en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
De acuerdo con el más reciente análisis emitido por el Monitor de Sequía de México, las entidades que presentan mayores afectaciones por el fenómeno natural son Aguascalientes, Baja California y Sonora debido a que el 100% de sus municipios presentan algún nivel de sequía. Bajo este mismo estándar, le siguen Coahuila, Chihuahua y Querétaro con más del 94% de sus demarcaciones políticas.
La situación se ha agravado principalmente en Nuevo León (NL), en donde las altas temperaturas de 42 grados centígrados prevén un panorama en el que al menos en lo que resta de junio y julio no se han pronosticado lluvias.
Gobernado por Samuel García Sepúlveda de Movimiento Ciudadano, NL posee al menos cuatro presas que abastecen de agua a los habitantes de la Zona Metropolitana de Monterrey: “El Cuchillo”, “La Boca”, “Salinillas” y “Cerro Prieto”, ya han sido temporalmente cerradas dos, mientras las dos restantes cargan el peso de saciar la sed y otras necesidades de los habitantes.
El artículo titulado “Global and Regional Trends and Drivers of Fire Under Climate Change” destaca, sin embargo, que el aumento de riesgo climático de incendios no necesariamente es traducido en mayor superficie quemada, ya que los seres humanos han reducido la propagación de incendios en algunos paisajes naturalmente propensos.
Esta cuestión está también relacionada en algunas regiones con políticas altamente eficaces de supresión de incendios, como en el caso de la cuenca mediterránea. “Sin embargo, esa es un arma de doble filo ya que puede dar lugar a acumulaciones muy grandes de vegetación y aumentar así el riesgo de incendios a medio-largo plazo”.
Pero, a pesar de que las condiciones climáticas que promueven los incendios forestales ya han aumentado en muchas regiones del mundo y continuarán haciéndolo, los factores humanos todavía median, y en algunos casos incluso revierten los efectos climáticos, lo que no quiere decir que podamos relajarnos.
Es un hecho que si no actuamos ahora para reducir el calentamiento global por debajo de los 2°C, el riesgo de incendio aumentará en solo un par de décadas a niveles nunca vistos.
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