Las paragüerías son tiendas especializadas en uno de los oficios más antiguos de la Ciudad de México, lamentablemente con el tiempo fueron desapareciendo pues la forma de vida de los capitalinos cambió a través de los años. Sin embargo, aún se conserva una de éstas y además es considerada como una de las tiendas más antiguas del Zócalo capitalino.
Cerca del año 1975 fue cuando hubo más de estas tiendas, se dice que eran alrededor de 18 las que laboraban en el Centro Histórico, hoy una de las pocas que quedan es la Paragüería París, ubicada en la calle Belisario Domínguez 3 y Eje Central, local 3 en la colonia Centro, alcaldía Cuauhtémoc.
“Como sabrán, esta paragüería cuenta con más de 60 años de experiencia. Han pasado todo tipo de paraguas por aquí y en cada uno encontramos algo especial. Queremos recalcar nuestro compromiso con nuestros clientes, que nos han brindado su confianza y que gracias a ellos, seguimos en pie, y seguiremos atendiéndoles con el gusto de siempre”, se puede leer en su página de Facebook.
Además de vender paraguas, se llevan ahí para poder arreglarlos en caso de que se haya roto la tela, el bastón o algún otro arreglo que necesite. Muchos de los comentarios de los clientes mencionan que ofrecen un servicio rápido y eficiente a precio justo. “El sitio ha sido modestamente modernizado aunque conserva el ambiente del pasado con sus mostradores y cajones de madera que te transportan al siglo pasado”, comentó Diana Patricia.
Se dice que su origen fue en el año 1959 y es reconocida por vender paraguas de excelente calidad, algunas personas indicaron que duran bastante y no se comparan con los vendidos en tiendas comerciales. Fue fundado por Valeriano Fernández y su cuñado, españoles que llegaron a México y fundaron la paragüería.
Actualmente el oficio de paragüero se encuentra desapareciendo, pese a que es uno de los más antiguos de la ciudad; junto a los organilleros, los boleros, entre otros. Antes los paraguas eran armados en los locales, se cortaban los trozos de tela para luego coserse a mano y por último darle unos detalles con la máquina de coser.
Se utilizaban telas como nylon repelente y eran importadas de Italia, Alemania, Francia, Brasil pues eran las de mejor calidad; sin embargo, a partir de los años 90, tras la importación proveniente de China, los trabajos como paragüeros comenzaron a ser más y más escasos, pues la gente comenzó a comprar los artículos de manera más rápida y “barata”.
En México el uso del paraguas se popularizó en los siglos XIX y XX cuando la moda francesa estaba en su esplendor, sobre todo en la capital mexicana. En las fotografías de la época se puede ver que era un accesorio obligado por las mujeres, pues demostraba elegancia además de un estatus ante la sociedad. Otro de los accesorios más importantes era el sombrero.
Hoy en día los paraguas que eran típicos del Porfiriato se siguen elaborando con la misma forma y colores, pues muchas veces las personas que llegan a comprarlos son las quinceañeras o las personas que realizan una sesión de fotos.
Con los años, el paraguas pasó de la élite a la mayoría de personas, quienes lo utilizaban principalmente para su función: detener la lluvia, más que un accesorio de moda. Hoy en día es muy común que en las épocas de lluvia se puedan comprar estos artefactos incluso en la calle; sin embargo, la calidad es muy diferente a la que antes se manejaba.
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