Uno de los capítulos de la historia de México que más se recuerdan es el de la Conquista de México por parte de los españoles, que llegaron en 1519 liderados por Hernán Cortés. Este episodio marcó un antes y un después en el país, y con éste, inició un dominio extranjero de 300 años.
Cortés llegó a México desde Cuba en 1519, y fue el 8 de noviembre de ese año que se encontró con quien en ese momento gobernaba la capital del imperio mexica, Moctezuma, a quien posteriormente tomaría prisionero en el Palacio de Axayácatl, que fue el lugar que el mismo emperador mexica les ofrecería a los extranjeros para que se alojaran, y que pertenecía a su padre, Axayácatl, quien también fue emperador de Tenochtitlan.
Cuando Cortés llegó al puerto de lo que ahora se conoce como Veracruz, inició una serie de alianzas con varios pueblos que se fue encontrando en su camino, que eran enemigos del pueblo mexica, pues a muchos de ellos los tenían sometidos, o habían intentado someterlos, sin lograrlo.
Uno de estos pueblos fue el tlaxcalteca. Sin embargo, mucho se ha dicho sobre cuántos españoles acompañaban a Cortés cuando llegó al territorio que ahora se conoce como México para iniciar la Conquista del país.
El historiador y arqueólogo mexicano Eduardo Matos Moctezuma, escribió un texto titulado ¿Venció Cortés con 800 españoles a miles de indígenas?, que se encuentra publicado en la página de Arqueología Mexicana, en el que explica cuántos españoles acompañaron a Cortés desde Cuba para lograr la conquista del país, y con cuántos indígenas se alió para lograr que cayera la ciudad de Tenochtitlan. En dicho texto, cita algunos documentos, como relatos del cronista español Bernal Días del Castillo y las cartas de relación del propio Cortés.
En su texto, Matos Moctezuma explica que cuando Cortés decide sitiar las ciudades de Tenochtitlan y Tlatelolco, su ciudad gemela, pone en práctica un plan para tratar de vencer la resistencia indígena. En su tercera carta de relación, enviada al rey de España, Cortés explica que una de las estrategias que empleó fue cortar el agua potable que llegaba a Tenochtitlan por medio del acueducto que la traía desde Chapultepec.
Para el ataque, Cortés dividió sus fuerzas en tres grandes grupos y preparó los bergantines para asolar ambas ciudades. Tenochtitlan estaba en medio del lago de Texcoco y se unía a tierra firme gracias a tres grandes calzadas: las de Tacuba, por el poniente, la de Tepeyac, por el norte, y la de Iztapalapa hacia el sur, además de miles de canoas que transportaban personas y productos entre las dos ciudades lacustres y la tierra firme. Cortés decidió poner a Pedro de Alvarado en la ciudad de Tacuba, con “treinta de caballo, y diez y ocho ballesteros y escopeteros, y ciento y cincuenta peones de espada y rodela, y más de veinte y cinco mil hombres de guerra de los de Tascaltécal”.
A Cristóbal de Olid lo colocó en Coyoacán, con “treinta y tres caballos, y diez y ocho ballesteros y escopeteros, y ciento y sesenta peones de espada y rodela, y más de veinte mil hombres de guerra de nuestros amigos…”.
Gonzalo Sandoval, por su parte, es colocado en Iztapalapa con “veinticuatro de caballo, y cuatro escopeteros y trece ballesteros, y ciento y cincuenta peones de espada y rodela; los cincuenta dellos, mancebos escogidos, que yo traía en mi compañía, y toda la gente de Guajucingo [Huejotzingo] y Chururtecal [Cholula] y Calco [Chalco], que había más de treinta mil hombres”.
Bernal Díaz del Castillo señala cifras similares, aunque dice que el número de indígenas que acompañaban a cada cuerpo de ejército era de 8 mil hombres. Por su parte, Cortés asume el mando de los 13 bergantines, contando para ello con 300 hombres “todos los más gente de la mar y bien diestra; de manera que en cada bergantín iban veinte y cinco españoles, y cada fusta llevaba su capitán y veedor y seis ballesteros y escopeteros”.
Con esto, se entiende que fueron alrededor de 800 españoles, más cerca de 75 mil indígenas enemigos de Tenochtitlan que llevaron a cabo la Conquista.
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