Rafael Caro Quintero quedó en libertad en agosto de 2013 y aunque autoridades federales emitieron una orden de recaptura, el famoso capo se esfumó en el norte de México, hasta donde las agencias de inteligencia le siguieron la pista, y desde esa zona estableció contacto con Joaquín, El Chapo, Guzmán Loera, y Nemesio Oseguera, El Mencho, según explicó el periodista Carlos Loret de Mola en su columna de este miércoles.
El Narco de narcos recobró su libertad durante el sexenio de Enrique Peña Nieto gracias a una controvertida decisión del Poder Judicial, y de acuerdo con Loret de Mola, el 19 de febrero de 2014, durante una cumbre de mandatarios de Norteamérica celebrada en Toluca, Barack Obama le pidió a su homólogo de México la recaptura de Rafael Caro Quintero.
Pese a la presión del gobierno estadounidense, el narcotraficante acusado del asesinato de un agente de la DEA no pudo ser detenido.
Sin embargo, en 2015 el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) pudo detectar dos jugadas estratégicas de Caro Quintero. La primera de ellas fue una reunión personal en Badiraguato, Sinaloa, con el máximo jefe del Cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán, luego que este último se fugó del penal de Máxima Seguridad del Altiplano.
El periodista contó que en esa cumbre de capos, los dos sinaloenses, Caro Quintero le explicó a El Chapo que deseaba jubilarse tranquilo y aseguró que no volvería al negocio, incluso ofreció algo de dinero a cambio de no ser delatado, pues el gobierno norteamericano seguía reclamando al Narco de Narcos.
Según las versiones ofrecidas por las fuentes del comunicador, Guzmán Loera le dispensó un trato cordial y de respeto, además, por tratarse de un patriarca del crimen organizado, el Cártel de Sinaloa le ofreció protección en una de sus zonas de influencia.
La segunda movida de Caro Quintero fue una llamada telefónica con el jefe del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), El Mencho, a quien Caro Quintero también pidió ayuda para no ser atrapado y repitió su intención de no retomar las actividades criminales.
Pero El Mencho, ya convertido en un narcotraficante temido y poderoso, habría “mandado a volar” con malas formas al ex líder del Cártel de Guadalajara.
La DEA también detectó estas dos reuniones de Caro Quintero gracias a su capacidad tecnológica, aunque ya sabía que El príncipe había retomado su vida criminal desde que fue liberado, mientras que en el gobierno mexicano aún se debatían sobre el regreso al negocio de la droga o la veracidad de su jubilación.
Con el paso de los años, el gobierno norteamericano siguió presionando al de México, que gradualmente se fue convenciendo del regreso de Caro Quintero al narcotráfico, al grado de formar una nueva organización, con su base de operaciones en Caborca, Sonora.
Loret de Mola destacó que la detención de Rafel Caro Quintero fue un giro dramático a la política de seguridad del presidente Andrés Manuel López Obrador, que se rehusaba a la captura de grandes cabezas del narco.
Para el periodista es llamativo que la captura del líder criminal sucedió tres días después de la visita al presidente Joe Biden en la Casa Blanca y veinte meses después de que la administración de Donald Trump le pidió recapturarlo como gesto de reciprocidad tras la liberación del General Salvador Cienfuegos, ex secretario de Defensa de México, según reportó The Washington Post.
La captura del capo mafioso Rafael Caro Quintero fue descrita por las autoridades estadounidenses como un ejemplo de la cooperación con México en la lucha contra el narcotráfico. Caro Quintero, sin embargo, había sido fuente de tensiones entre los dos países por 37 años.
Por ahora, un juez federal concedió la suspensión provisional para que Caro Quintero sea entregado de manera inmediata a los Estados Unidos, por lo que el proceso podría demorar algunos meses o incluso años, de acuerdo con expertos.
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