Caro Quintero llevaba meses en Choix hasta que cuatro helicópteros llegaron por él

Las autoridades norteamericanas señalan que seguía operando bajo el paraguas del Cártel de Sinaloa, aunque también se le asocia con el Cártel de Caborca, que pelea el corredor de drogas por Sonora

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Los marinos realizaron una acción
Los marinos realizaron una acción rápida (Foto: Semar)

Rafael Caro Quintero, el Narco de narcos, llevaba tiempo viviendo en Choix, hasta que la Secretaría de la Marina Armada de México (Semar) dio con él, pero informes sobre la recaptura se han ofrecido de manera gradual y dispersa.

Uno de los últimos reportes sobre el operativo fue consignado por el medio local Ríodoce, donde se relatan testimonios de pobladores que presenciaron las acciones casi quirúrgicas, rápidas y sin dar mayor oportunidad para que el capo escapara.

Algunas versiones señalan que la planeación se dio con mayor interés desde hace tres meses, incluso con colaboraciones de la Administración del Control de Drogas (DEA) . Pero antes del pasado 15 de julio, la DEA ya habían ubicado las operaciones criminales de Caro Quintero en Sinaloa. Es su objetivo principal desde que asesinó al agente Enrique Camarena Salazar en 1985 a manera de represalia.

Pero el medio local detalla que las intervenciones de la Unidad de Operaciones Especiales (UNOPES) fueron con apoyo de cuatro aeronaves. O eso detectaron los habitantes cercanos al poblado de San Simón, donde una sabueso de la Semar dio con el Narco de narcos, quien estaba escondido entre matorrales.

Rafael Caro Quintero capturado

De acuerdo con los informes de Ríodoce, los cuatro helicópteros iban tripulados por agentes federales. No sobrevolaron, llegaron directamente a la localidad ubicada en las cercanías del Triángulo dorado del narco, entre las sierras de Sinaloa, Durango y Chihuahua.

El Registro Nacional de Detenciones señala que la recaptura fue alrededor de las 12:50 horas del pasado viernes. De ahí que las unidades de la Semar se aproximaron a plena hora del día. Para ello se apostaron en puntos estratégicos para impedir el apoyo a la protección de Caro Quintero.

Presuntamente, uno de los helicópteros bloqueó la comunicacación carretera entre San Simón y Bayacopa, distanciadas apenas por cinco minutos. De esa manera se evitó que llegaran sicarios que vigilan la zona. Otro vehículo aéreo acudió sobre las casas, desde donde descendieron a rapel los integrantes de la UNOPES.

Mientras que un tercer helicóptero sobrevoló en resguardo perimetral, para estar atentos a posibles movilizaciones terrestres y actuar de inmediato para garantizar el operativo desde el aire. Max, la canina hembra de raza Bloodhound, iba con un marino que la ayudó a bajar. Después, los castrenses se dispersaron por la comunidad.

Max dio con el capo
Max dio con el capo entre matorrales (Foto: Semar)

Pasaron unos minutos cuando Don Rafa, Rafa y/o don Rafael apareció entre el paraje boscoso. Ya estaba bajo custodia de la Semar, tras serle cumplimentada orden de arresto provisional con fines de extradición a Estados Unidos. De acuerdo con la dependencia naval, Max dio con él entre matorrales.

No hubo tiempo para que los pistoleros pudieran agruparse y tratar de rescatar al Narco de narcos, pues los helicópteros ascendieron a una zona conocida como el Potrero de los Fierro, de donde ya no volvieron a bajar. Se lo llevaron a un puerto cercano, supuestamente a los Mochis, desde donde fue trasladado a la Ciudad de México y después se ordenó su traslado al penal de máxima seguridad del Altiplano, en el Estado de México.

Los habitantes fueron sorprendidos, pues Rafael Caro Quintero llevaba meses viviendo en San Simón, sin que fuera molestado por nadie. Ni las autoridades ni supuestos sicarios del área. Pues Aparentemente, no actuaba como un cabecilla que hubiese querido recuperar lo que creyó bajo su dominio, ni imponerse a quienes lideran actualmente en el mapa criminal.

En las primeras imágenes difundidas sobre Caro Quintero se le nota rendido, seguro de que es ineludible escapar en el paraje boscoso de la sierra del Triángulo dorado del narco, donde se refugió desde 2013 en que fue liberado. Apenas se observa que conversaba con los agentes que participaron en su captura. Se acerca para escuchar mejor y luego responde, como explicando algo. El video compartido no tiene audio y no se distingue el sentido de la plática, aunque asiente.

Portaba una camisa azul, pantalón de mezclilla, así como una chamarra entre café y verde olivo, del tipo guerrera militar. De pronto, un elemento de la Semar le extendió una botella de agua, la cual abrió para tomar. No se sabe si simplemente tenía sed o estaba cansado, aunque su camisa sudorosa indica que hizo un esfuerzo previo. Mientras que en una fotografía donde se le ve custodiado por ministeriales llevaba el recipiente de plástico, así como un folder con hojas. Presuntamente, serían las órdenes de arresto que le fueron cumplimentadas.

Versiones periodísticas señalan que la DEA pagó a sus informantes para que ofrecieran información precisa sobre la localización del exfundador del Cártel de Guadalajara. Supuestamente, dieron datos referentes al teléfono que usaba. Aunque también se indica que en las traiciones internas hubo hasta 13 oportunidades para detenerlo.

La agencia antidrogas ha confirmado que este operativo fue en conjunto con sus colegas mexicanos, Pero el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, aseguró que todo se debió a la Semar. Mientras el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, también descartó mayores colaboraciones de la DEA.

Ahora, la defensa legal del cabecilla ha obtenido un amparo para que no sea enviado de inmediato, hasta que se resuelvan procedimientos relacionados con su extradición, de lo cual ya fue notificado. Es requerido en la corte de Nueva York por sus delitos como narcotraficante de 1980 a 2018, pero especialmente, por el asesinato del agente de la DEA, Kiki Camarena.

En 2013 quedó libre por interpretación de un tribunal de Guadalajara en supuestas fallas a su proceso. Y había sido condenado a 40 años tras las rejas y aquella vez, abandonó la prisión en 97 minutos, desde que las autoridades carcelarias fueron notificadas. Pasaron casi nueve años para que lo detuvieran nuevamente.

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