Este 18 de julio se cumplen 150 años de la muerte del presidente de México, Benito Juárez, figura política clave y referente del actual mandatario, Andrés Manuel López Obrador, mismo que se autodefine como “juarista”.
“Hoy es un día histórico, vamos a recordar los 150 años del fallecimiento del presidente Benito Juárez, el mejor presidente de la historia de México”, declaró este lunes López Obrador en el Palacio Nacional.
De acuerdo con la historiadora María Antonieta Ilhui Pacheco si bien la figura de Juárez ya estaba encumbrada” con su muerte “cobró un mayor peso”.
En una entrevista para la agencia Efe, la académica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) señaló que Juárez es una de las figuras más reconocidas dentro de la historia de México y del mundo del siglo XIX.
“Y no es en vano que se le haya reconocido como el Benemérito de las Américas por varios países latinoamericanos” aseguró.
Como presidente, en periodos intermitentes de 1858 a 1972, Juárez enfrentó dos episodios relevantes en la historia del país: la Guerra de Reforma (1858-1861) y la Intervención Francesa y el Segundo Imperio Mexicano (1862-1867).
Además, promulgó las Leyes de Reforma, un conjunto de decretos emitidos entre 1859 y 1863 para separar la Iglesia del Estado.
Muerte y honras fúnebres
La académica, con base en periódicos de la época, señaló que a su entierro asistieron unas 70 mil personas, además de 60 carruajes que iban detrás del cuerpo de Juárez.
“Justo, en ese momento empieza su proceso de convertirse en un héroe, si bien ya era reconocido antes de su muerte, al morir se empieza a glorificar su figura”, apuntó Ilhui Pacheco.
La historiadora recordó que la muerte de Juárez ocurrió poco antes de las 12 de la noche y durante la madrugada del 19 de julio los habitantes de la Ciudad de México escucharon el estruendo de las salvas de honor que anunciaron que algo grave había acontecido.
Juárez y López Obrador
Juárez, quien separó la Iglesia del Estado en el siglo XIX, es el principal modelo a seguir del presidente López Obrador, quien se define como “juarista” y casi todos los días lo cita en sus conferencias matutinas.
“Los funcionarios públicos no pueden improvisar fortunas ni entregarse al ocio y a la disipación, sino consagrarse asiduamente al trabajo, resignándose a vivir en la honrosa medianía que proporciona la retribución que la ley haya señalado”, declaró Juárez como gobernador al inaugurar el primer periodo de sesiones de la X Legislatura del estado de Oaxaca, el 2 de julio de 1852.
Esa frase López Obrador la retoma cada tanto para justificar su política de austeridad y señalar que los funcionarios públicos tienen que “aprender a vivir en la justa medianía”.
“Un indígena zapoteco que es ejemplo a seguir por su rectitud, su perseverancia, su patriotismo”, dijo el mandatario en julio de 2019 al conmemorar el 147 aniversario de su fallecimiento.
Para honrar su muerte, López Obrador anunció este lunes una ceremonia en el Palacio Nacional, donde se reabrirá el “recinto Juárez”, un espacio rehabilitado dedicado al ídolo histórico para visitas públicas.
“La figura de Juárez es quizá una de las figuras más fuertes en todo y eso hace que, de alguna manera, el presidente López Obrador busque seguir su ejemplo”, comentó la historiadora Ilhui Pacheco.
Pero precisó que “una cosa es querer tener la intención de hacer el seguimiento de un comportamiento, de una conducta similar a la de Juárez y otra cosa es llevarla a cabo”.
Vida y obra
A lo largo de su vida Juárez fue abogado, diputado, gobernador, presidente de la Suprema Corte y presidente de la República, cargo que desempeñó del 19 de enero de 1858 al 18 de julio de 1872.
En 1859 promulgó la “Ley de Administración de Justicia y Orgánica de los Tribunales de la Nación del Distrito y Territorios” conocida como “Ley Juárez”, que consistió en suprimir tribunales especiales.
Durante su gobierno, combatió la Segunda Intervención Francesa y al Segundo Imperio Mexicano, que concluyó con el fusilamiento del emperador Maximiliano de Habsburgo y sus generales Miguel Miramón y Tomás Mejía en el Cerro de las Campanas, en Querétaro, en el centro del país.
Con el triunfo de su gobierno se dedicó los últimos cinco años de su vida a intentar consolidar la paz conquistada y hacer efectivos los principios del liberalismo.
El 18 de julio de 1872 falleció y en 1880 el presidente Porfirio Díaz inauguró un mausoleo dedicado a la familia Juárez Maza, en el que descansan los restos de la esposa de Benito Juárez, Margarita Maza y cinco de sus doce hijos.
El día 23 de julio de 1872, el cuerpo embalsamado del presidente Juárez fue conducido al Panteón de San Fernando en el centro de Ciudad de México por una escolta militar.
Con información de EFE. Juan Manuel Ramírez G.
SEGUIR LEYENDO: