Rafael Caro Quintero, el Narco de narcos y fundador del Cártel de Guadalajara, viajó a Chihuahua en 2019 para encontrarse con otros capos mexicanos con quienes habría hecho alianza para debilitar al Cártel de Sinaloa con el fin de quedarse con las plazas de Agua Prieta, Bavispe y sus alrededores.
De acuerdo con la información de la audiencia de formulación y vinculación a proceso de José Alfredo Lara, alías el El Pelonete, integrante de la organización delictiva La Línea; Adrián LeBaron explicó que el encuentro entre Caro Quintero, Roberto G.M., mejor conocido como El Mudo o El 32; Leonel T.C., El Tolteca; y Jesús Marcelo A.A., El 29; se dio un mes antes de la masacre a la familia LeBarón.
“Estoy seguro que Rafael Caro fue uno de los intelectuales que ordenó que se planeara dominar el territorio, no hay de otra manera de juzgarlo, pero sí fue parte de la forma de la toma de la plaza de Agua Prieta y Bavispe, de eso no hay duda y la consecuencia de esta alianza fue la masacre de mi familia”, indicó Adrián LeBarón.
La masacre de los LeBarón se dio el 4 de noviembre de 2019 cuando un grupo armado, ligado a La Línea del Cártel de Juárez, disparó desde una camioneta a 3 vehículos donde viajaban tres mujeres con 14 menores de edad.
El Ejército mexicano atribuyó el asesinato a un enfrentamiento entre los cárteles de La Línea y Los Salazar. Uno de los motivos que generó dicha línea de investigación fue que un día antes hubo un fuego cruzado entre ambas organizaciones delictivas en Agua Prieta, Sonora, lo que provocó que La Línea se movilizara para frenar cualquier entrada de los Los Salazar y confundieron a los tres vehículos en los que viajaban los Lebarón.
Desde noviembre de 2019 a mayo de 2022 han sido detenidos 31 sujetos por su presunta responsabilidad en la masacre.
No obstante, luego de la detención de Luis Alfonso Quintana, El Guacho, Adrián Lebarón comunicó que hay 11 ex militares involucrados en la masacre, quienes habrían sido parte del Ejercito y posteriormente pasaron a formar parte del Nuevo Cártel de Juárez, en el cual se desempeñaron como sicarios y entrenadores de pistoleros.
“Es algo importante cómo ex militares se unieron a los grupos criminales, sabemos que la Parka los entrenaba, que por eso a Luis Alfonso le dicen el Guacho, porque son un grupo de castrenses que se unieron a las filas criminales, todo lo revelaron en la audiencia y por eso es importante que conozcamos todos los detalles”, señaló.
Por su parte, la periodista Sally Denton en su más reciente libro titulado The Colony: Faith and Blood In A Promised Land (La colonia: fe y sangre en una tierra prometida), señaló que evidenció un presunto acuerdo entre el Cártel de Sinaloa, a través de Joaquín El Chapo Guzmán e integrantes de la familia LeBarón.
De acuerdo con la hipótesis de la investigadora estadounidense, la relación entre el narcotraficante mexicano y la comunidad mormona de los LeBarón no se limitaba a una cuestión de “vecinos amistosos” que se saludaban mutuamente en los puestos de control de los sicarios, sino que sus vínculos respondían a un posible acuerdo entre ambas partes. “Creo que estaban ayudando con armas”, indicó en una entrevista para Daily Beast.
La periodista indicó que algunas rutas que usaba El Chapo y el Cártel de Sinaloa para el tráfico de drogas se ubicaban cerca de la colonia LeBarón en Galeana, Chihuahua de manera que existía una especie de pacto de “no molesto si tú no me molestas”. Sin embargo, todo ello se vino abajo con la extradición de Guzmán Loera a Estados Unidos en 2017.
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