Rafael “Caro” Quintero formó en 2018 el Cártel de Caborca y desde ahí declaró la guerra contra el Cártel de Sinaloa y los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, herederos de la organización delictiva junto a Ismael “El Mayo” Zambada, quienes le habrían prohibido volver “al negocio”.
El viejo líder criminal, llamado el “Narco de narcos” trató así de retomar su papel como un importante capo y comenzó la batalla por el control de Sonora frente a “Los Salazar”, brazo armado en esa entidad del Cártel de Sinaloa.
Reportes indican que Rafael Caro Quintero, una vez liberado, llegó a tener reuniones con Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien de forma “amistosa” le recomendó no tratar de volver, porque el liderazgo ya no le correspondía, mientras que “El Mayo” Zambada le ofreció protección en un pueblo serrano alejado para vivir tranquilamente el retiro.
Sin embargo, el viejo capo consideró que por derecho de antigüedad podía regresar al mundo criminal sin pedir permiso ni pagar derecho de piso a quienes antes fueron sus subordinados en el extinto Cártel de Guadalajara.
Un error lo dejó libre
Acusado del secuestro y asesinato de Enrique “Kiki” Camarena, un agente de la DEA, Caro Quintero pasó 28 años en una prisión mexicana de alta seguridad, hasta que el 8 de agosto de 2013 fue liberado gracias a un amparo firmado por un Tribunal Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito del Estado de Jalisco.
Ese día, Caro abordó una camioneta oscura y desapareció. Aunque pronto ofreció una entrevista y mandó a decir que “quería vivir en paz”, el “Narco de narcos” se dedicó durante muchos meses a recomponer su grupo criminal y tratar de quitar del camino a sus oponentes.
El Chapo Guzmán, su obstáculo para recobrar el poder
Mientras purgaba su condena prisión, Rafael Caro Quintero, el “narco de narcos” sabía que para recobrar el poder, debía quitar del camino a quien se había quedado con su lucrativo imperio en el narcotráfico mexicano.
Ese hombre, ese enemigo que ahora se ostentaba como el máximo señor del narco, era su antiguo subordinado, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, jefe del Cártel de Sinaloa. Quien además se convirtió en el dueño del Triángulo Dorado, el área comprendida por los estados de Sinaloa, Chihuaha y Durango.
Se cree que tras recuperar su libertad en 2013, Caro Quintero mantuvo reuniones secretas con otros importantes “colegas” en las que participó incluso Joaquín Guzmán Loera, su principal obstáculo.
En esa reunión, “cordial”, según indica la revista Proceso, se llegó a un acuerdo endeble: se sostendría la paz y Caro Quintero no retomaría el negocio, dado que las circunstancias habían cambiado y el mando ya no le correspondía.
Sin embargo, el “Narco de Narcos” no se mantuvo inactivo como le exigieron. Al contrario, usó su amplia experiencia para convocar múltiples juntas para “volver” al negocio. En ese período, Caro Quintero supo agrupar en una misma empresa a integrantes de Los Zetas, del Cártel de los Beltrán Leyva y del Cártel de Jalisco Nueva Generación.
Con su experiencia, el viejo capo consiguió reunir a estas bandas bajo un plan común: recuperar el control del Triángulo Dorado, el territorio en manos de “El Chapo”.
Quintero creía tener derecho de antigüedad por lo que vio innecesario sentarse a negociar con el Cártel de Sinaloa. Y lo hizo a su modo: en 2017 convocó a una reunión con sus sobrinos Juan Pablo y Said Emilio Quintero Navidad; y Jesús Salas Aguayo, el Chuyín, operador de La Línea. Con ellos echó a andar el Cártel de Caborca y su brazo armado La Barredora 24/7.
Al volver al negocio, Rafael Caro Quintero se encargó de hostigar a sus enemigos ,”El Chapo” y “El Mayo” en su propio territorio, por lo que Joaquín Guzmán Loera tuvo que enfrentar dos frentes: por un lado a las fuerzas federales y por el otro a las células del “narco de narcos” que se atrevieron a atacarlo en BAdiraguato.
Con la irrupción de l viejo fundador del Cártel de Guadalajara, El Chapo Guzmán vivió la disputa frontal por el Triángulo Dorado, en una guerra sin cuartel que envolvió a Sinaloa y Sonora en una ola de violencia.
Y aunque el “Chapo Guzmán” finalmente fue acorralado y finalmente detenido en Mazatlán, Caro Quintero siguió la guerra contra sus herederos.
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