Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, alias “El Chapo”, es padre de 23 hijos reconocidos con cinco parejas diferentes, y otros cinco hijos con igual cantidad de mujeres. Sin embargo, solo cuatro de ellos han figurado en las operaciones criminales del Cártel de Sinaloa.
También conocidos como “Los Chapitos”, los hermanos Guzmán López: Joaquín, de 34 años, y Ovidio, de 28; así como los Guzmán Salazar: Iván Archivaldo, de 39, y Jesús Alfredo, de 36, comparten el control absoluto de la organización criminal con Ismael Zambada García, alias “El Mayo”, y los hermanos del “Chapo”, Aureliano y Miguel Ángel Guzmán Loera, “El Guano” y “El Mudo”, respectivamente.
La principal actividad del grupo criminal conformado por los cuatro hermanos es el tráfico internacional de drogas. Autoridades estadounidenses los han señalado reiteradamente de traficar a su país grandes cantidades de cocaína, marihuana, metanfetamina, fentanilo y otras drogas a través de una compleja red de contactos dispersos en distintos puntos de América Latina.
El cártel de “Los Chapitos” se ha sabido adaptar a los cambios del mercado internacional de drogas. Se sabe que han tenido éxito en la incursión de la producción y tráfico de drogas sintéticas, concretamente en el caso del fentanilo, el opioide responsable de miles de muertes en los Estados Unidos. También han buscado capitalizar otros mercados, como es el caso de Australia.
Su influencia en la CDMX
Recientemente también han ampliado sus actividades, pues de acuerdo con el sitio especializado en narcotráfico Insight Crime también han explotado centros de rehabilitación para adictos con la finalidad de reclutar nuevos traficantes.
El cártel opera principalmente en Sinaloa, aunque específicamente en la ciudad de Culiacán. “El Mayo” Zambada, con el que al parecer han mantenido disputas, mantiene su dominio en la sierra y las áreas rurales que circundan la capital del estado.
En septiembre de 2021 un informe reveló que varios representantes de “Los Chapitos” viajaron a la capital mexicana para tratar de extender su influencia en la megalópolis. Ese mismo años las autoridades desarticularon a “Los Sinaloas”, una célula del Cártel de Sinaloa, presuntamente afiliada a “Los Chapitos”, que operaba en el Estado de México.
Los cuatro hermanos buscan expandir su imperio en la capital del país. De acuerdo con el periodista especialista en crimen y narcotráfico, Antonio Nieto, en febrero de 2020 se habría llevado a cabo una supuesta reunión entre diversos funcionarios públicos y presuntos servidores de “Los Chapitos” en la alcaldía Coyoacán.
Sin embargo, no fue sino hasta 2021 cuando se comenzó a hablar de pactos y armamento entre ambas partes. En septiembre de dicho año, Nieto señaló que varios agentes de seguridad habrían sido convocados a un encuentro con miembros del crimen organizado.
El objetivo era dejar en claro a los policías locales que no interfirieran en las actividades de “Los Chapitos” y que mejor se concentraran en la “Unión Tepito”, uno de sus principales rivales en la CDMX. A cambio, ninguno de los agentes sería tocado.
Los cuatro chapitos
Es posible que Ovidio, Iván y Jesús Alfredo fueron instruidos por su padre y “El Mayo” Zambada en las actividades del Cártel de Sinaloa desde que eran adolescentes. Ovidio es el que más llamado la atención en los últimos años, pues él fue el que protagonizó el operativo conocido como “El Culiacanazo”, en el que las fuerzas federales arrestaron al hijo de Guzmán Loera, pero lo liberaron horas después por actos violentos del también llamado Cártel del Pacífico.
Iván Archivaldo y Jesús Alfredo también son operadores importantes del cartel. Los dos protagonizaron en 2016 un incidente que también involucró al otro gran cártel de las drogas en el país, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Los dos hermanos estaban en un elegante restaurante de Puerto Vallarta cuando fueron secuestrados por miembros de la organización liderada por Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”.
Jesús Alfredo es el único que aparece en la lista de los más buscados de la Administración Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), En 2015, los fiscales estadounidenses lo imputaron junto con su padre y otro jefes del cártel por cargos de narcotráfico. En 2016 supuestamente estuvo en Medellín, Colombia, para negociar con La Terraza, una de las bandas criminales más poderosas de la ciudad.
Joaquín Guzmán López, por su parte, mantiene un perfil bajo. En 2019 el Departamento de Justicia de EEUU lo acusó junto A su hermano Ovidio de conspirar para traficar cocaína, metanfetaminas y marihuana a dicho país. Poco más se sabe sobre él.
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