La inflación llegó a mi plato de pozole y así es como le afecta

En junio de 2022 la inflación en México subió hasta 7.9%, siendo este su mayor nivel en los últimos 21 años. Los precios de algunos alimentos ya lo han resentido

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(Ilustración de Jovani Pérez)
(Ilustración de Jovani Pérez)

El pozole es uno de los platillos mexicanos más famosos y que no pueden faltar en la mesa, ya sea en las celebraciones por las fiestas patrias, en los cumpleaños o algún fin de semana familiar, sin embargo, el aumento de la inflación en los últimos años ha ocasionado que este tipo de caldo sea cada vez más costoso de preparar.

De acuerdo con la información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en junio de 2022 el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró una variación de 0.84% respecto al mes anterior, lo que ha ocasionado que la inflación anual se haya disparado a un 7.99%, su mayor nivel en los últimos 21 años e hilando 11 meses al alza.

A ello se suma que el Banco de México (Banxico) ha previsto que el panorama no sea tan alentador en lo que resta del 2022, pues se espera que la inflación llegue a 8.1% en el tercer trimestre de este año, es decir, en los meses de julio, agosto y septiembre.

Pozole, comida de “reyes”

Ilustrativa del pozole. (Foto: Twitter@sectademexas)
Ilustrativa del pozole. (Foto: Twitter@sectademexas)

De acuerdo con la información de “Precios Promedio” del Inegi con corte a junio de 2022, se tiene que al menos un kilo de maíz pozolero ronda entre los 36 pesos la bolsa, dependiendo también la marca.

Pero, ¿qué sería del pozole sin el sabor de una buena carne? A la canasta de compras se agregarían otros 95 pesos por kilo por la carne de puerco, pero como la receta de la abuela seguramente incluye carne de pollo, entonces se sumarían otros 126 pesos.

Esta comida no sería nada sin las verduras que la acompañan, por lo que serían 28 pesos más por un kilo de cebolla y jitomate, respectivamente; 57 pesos de un kilo de chiles, 130 pesos de un kilo de aguacate, 15 pesos de una lechuga, más 15 pesos de una bolsa de condimentos (como el orégano) y 10 pesos por un manojo de rábanos.

Tampoco sería un plato mexicano si no se le agrega limón al gusto, por lo que a la cuenta se sumarían otros 31 pesos, mientras que también habría que agregar una bolsa de tostadas por 67 pesos y un litro de crema por 80 pesos.

Finalmente, para acompañar la comida haría falta algún refresco que, suponiendo que sea una Coca-Cola de 3 litros, serían 48 pesos más.

Por tanto, hoy día hacer pozole para la familia tendría un costo total aproximado de 766 pesos, que rendiría para al menos cinco personas, por lo que cada platillo costaría alrededor de 153 pesos.

Al hacer este mismo cálculo usando datos de la canasta básica del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) se tiene que hace una década, en el 2012, una familia pagaba alrededor de 461 pesos, es decir, 92 pesos por plato.

Panorama incierto

Transeúntes miran carteles con precios
Transeúntes miran carteles con precios de productos fuera del mercado de La Merced el 25 de junio de 2020. (FOTO: REUTERS/Henry Romero)

La inflación se da cuando los precios de los bienes y servicios que hay en el mercado aumentan, por lo que es menos probable que los ciudadanos puedan adquirirlos. Cuando la inflación aumenta, se habla de una disminución en el poder adquisitivo no sólo de una persona, sino también en el valor mismo de una moneda, que pierde valor como medio de intercambio.

La inflación en México se encuentra muy por encima del objetivo del Banxico, que era de un 3 por ciento anual y que no se podría alcanzar sino hasta el primer trimestre de 2024.

Esta situación ha orillado al banco central a subir las tasas de interés en 75 puntos base para ubicarse en 7.75%, la decisión más agresiva que se ha tomado en política monetaria desde la crisis de 2008.

Aunque en la última revisión publicada el 23 de junio los analistas de la Institución preveían una baja gradual y lenta de la inflación, lo cierto es que aún quedaría un bache de al menos 8.1% en el tercer trimestre del año, lo que lanza una nueva advertencia sobre otro probable aumento de precios en los productos de la canasta básica.

Y es que además de la pandemia de coronavirus, la inflación se ha visto beneficiada por el aumento de precios en los productos agropecuarios y bienes energéticos por la guerra en Ucrania y la depreciación del peso frente al dólar estadounidense. El problema no es aislado, pues Estados Unidos también atraviesa su peor crisis en 40 años, con una inflación que toca el umbral del 8,6 por ciento.

En tanto, los principales banqueros centrales del mundo como Jerome Powell de la Reserva Federal estadounidense o Christine Lagarde del Banco Central Europeo han coincidido que el mundo está muy lejos de volver a tener una inflación en los niveles prepandémicos, pues el asunto no es tan sencillo como un exceso en la demanda o el sobrecalentamiento económico.

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