Usuarios del Sistema de Transporte Colectivo Metro se enfrentaron este lunes al caos que desde hace un par de meses se venía presagiando; pese a que la Línea 1 (Rosa) mantiene su servicio suspendido solamente en el tramo que recorre de Pantitlán a Balderas, el desajuste se hizo presente en algunas otras estaciones y principales vialidades por las que transitan los autobuses y medios de transporte alterno que autoridades del Gobierno de la Ciudad de México implementaron para agilizar la movilidad y traslado de la ciudadanía.
Largas filas, retrasos, caras de molestia, cansancio y confusión fueron lo que se percibió este lunes 11 de julio en distintos puntos de la capital mexicana. Al oriente de la urbe, usuarios que habitan en localidades como Valle de Chalco, Ixtapaluca o Chicoloapan y que día con día utilizan la Línea 1 del Metro para trasladarse a sus trabajos se mostraron confundidos al arribar al paradero de Pantitlán pues, aunque hay al menos cuatro rutas alternas que sustituyen el servicio del Metro, la desinformación y el caos vial provocado por los mismos autobuses desorientó a ciudadanos de todas las edades.
Para mitigar las afectaciones que la suspensión del servicio de la Línea 1 dejó, en la Cetram de Pantitlán el Gobierno de la Ciudad de México desplegó a cientos de promotores de los programas sociales Pilares y Ponte Pila para apoyar a la ciudadanía con información sobre el transporte alterno implementado, del mismo modo, elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) brindaron apoyo a los usuarios y coordinaron a la masiva cantidad de gente que buscaba llegar a su destino de la forma más rápida posible.
Cabe mencionar que, entre el apoyo de autoridades capitalinas, también deslumbró la presencia de la Guardia Nacional (GN) quienes con su inconfundible uniforme militar e imponentes armas observaban con atención el movimiento y desconcierto de los usuarios que buscaban abordar algún medio de transporte terrestre implementado por las autoridades.
De acuerdo con la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, este lunes se desplegaron en la capital al menos 300 autobúses de RTP, 20 de Metrobús, 16 trolebuses, 70 autobuses de corredores, 10 de mexibús, 21 foráneos y 20 escolares. Desde el paradero de Pantitlán, los camiones transitaron de forma constante y con una afluencia considerable de gente, no obstante, en la vialidades que de forma subterránea atraviesa la Línea 1, el tráfico y caos vial fue inevitable, provocando múltiples retrasos en los traslados de los usuarios.
Y es que además de la gran cantidad de unidades operando, muchas de las avenidas y calles de la Ciudad de México tuvieron que adaptarse y reducir carriles para dejar libre el paso tanto a los autobúses RTP como para los del Trolebús. Resulta importante considerar también que las estaciones provisionales que fueron colocadas casi a la misma altura que las del Metro cuentan con apoyo de promotores y hay oficiales de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) a lo largo de toda la ruta supervisando que no existan percances, no obstante, desde el interior de los autobuses es casi imperceptible conocer los puntos específicos de parada y descenso.
Como esta primera fase de remodelación de la Línea 1 contempla el tramo que recorre de Pantitlán a Balderas, en ésta última estación se estableció un paradero provisional en donde usuarios pueden abordan el transporte alterno para seguir su camino en ambos sentidos. Al igual que en otros puntos, promotores de Pilares y Ponte Pila desde muy temprano se encuentran orientando a la ciudadanía e incluso cuentan con sillas de ruedas para apoyar a personas de la tercera edad o con alguna discapacidad en sus traslados.
Respecto al pago, la mayoría de los autobuses RTP y Trolebús están habilitados para poder cobrar el pasaje a través de la popular tarjeta de movilidad de la Ciudad de México, no obstante, también es posible pagar en efectivo. Cabe mencionar que, en lo referente a los transbordes, autoridades de la Ciudad de México señalaron que no se cobraría doble pasaje, por lo que es importante conservar el boleto que los choferes de los autobuses dan al abordar para que al presentarlo en alguna otra estación del Metro no se vuelva a pagar.
Aunque la molestia por los retrasos y las aglomeraciones fue evidente entre los usuarios, muchos también reconocieron que dicho caos era inevitable y casi necesario para que autoridades del Gobierno de la Ciudad de México pudieran dar mantenimiento a la línea más antigua de la Red de Transporte Público. Por ello, gran parte de la ciudadanía cooperó con las autoridades para abordar de forma ordenada y segura todas las unidades que brindan una ruta alterna de traslado.
El primer día de la suspensión del servicio de más de la mitad de la Línea 1 trajo consigo confusiones, molestias y retrasos para miles de ciudadanos y, aunque las obras de remodelación de esta primer fase están previstas para terminar hasta febrero del 2023, se espera que tanto el transporte alterno sea eficiente como que autoridades del Gobierno de la Ciudad de México continúen garantizando la seguridad de los usuarios a lo largo de los ocho meses que durará el trabajo de modernización.
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