Un día como hoy, pero de hace 7 años, Joaquín “El Chapo” Guzmán, ex líder del Cártel de Sinaloa, escapó por un túnel de 1.5 kilómetros que comunicaba la regadera de su celda, la número 20, con una casa a medio construir en el exterior del Centro Federal de Readaptación Social Número 1 “El Altiplano”, en el Estado de México.
Antes de ser extraditado y condenado en Estados Unidos, Guzmán Loera estuvo preso en México, sin embargo, logró fugarse en al menos dos ocasiones. La primera fue el 19 de enero de ese año, cuando el capo logró salir de la prisión de alta seguridad de Puente Grande, Jalisco, escondido en un carro de lavandería.
Posteriormente, tras 13 años de mantenerse prófugo, “El Chapo” Guzmán fue recapturado el 22 de febrero de 2014, en un hotel del balneario de Mazatlán, Sinaloa, en donde aparentemente asistía a una fiesta. El operativo final se llevó a cabo en un condominio de dos torres y 27 apartamentos. Guzmán Loera había llegado un par de días antes, sin mucho alarde de seguridad.
La recaptura de “El Chapo” en Mazatlán fue presentada por el gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto como un gran logro. El ex líder del Cártel de Sinaloa fue recluido en la prisión de máxima seguridad de El Altiplano, en el Estado de México. Sin embargo, solo 17 meses después volvería escapar, protagonizando la más espectacular de sus fugas.
A simple vista, nada hizo sospechar a las autoridades que aquella edificación de concreto y en obra negra, ubicada en la colonia Santa Juanita, a 1.5 kilómetros de la prisión federal, ocultaba tras sus paredes una meticulosa operación que permitiría la fuga del líder del Cártel de Sinaloa de su celda de la cárcel Altiplano I.
A través de esa construcción, conformada por una vivienda con algunas recámaras y una especie de almacén, se podía ingresar a un túnel que llegaba a más de diez metros de profundidad y se extendía 1,5 kilómetros hasta llegar, con una perfección casi milimétrica (la obra debió involucrar arquitectos, geólogos e ingenieros), a la regadera de la celda donde estaba recluido el capo tras su detención en febrero de 2014.
El túnel se perforó en menos seis meses y pasó desapercibido gracias a que se realizaban trabajos para instalar drenaje en la zona. Su costo se estimó en medio millón de dólares. Contaba con ventilación, energía eléctrica, soportes de madera y rieles.
Tras escapar por un orificio de 50 por 50 centímetros abierto en su celda, “El Chapo” utilizó una motocicleta marca Italika, con un depósito extra de gasolina a medio cargar en su parte superior y dos carritos acoplados que se usaron para sacar la tierra con más facilidad, para llegar hasta al otro extremo y finalmente huir.
Aunque la celda era vigilada las 24 horas a través de cámaras de vídeo con audio, los guardias de la prisión tardaron 26 minutos en descubrir que el capo se había fugado, pese al ruido de los martillazos realizados instantes antes de que desapareciera por la ducha.
Actualmente el cofundador del Cártel de Sinaloa se encuentra cumpliendo cadena perpetua en la prisión federal de máxima seguridad en Colorado, ADX Florence, también conocida como La Alcatraz de las Rocosas por sus estrictas condiciones de aislamiento y seguridad para evitar posibles fugas de presos, que normalmente suelen ser de alta peligrosidad.
En toda la historia del centro penitenciario de máxima seguridad ningún interno ha logrado escapar.
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