Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana (SSyPC), reafirmó y cambió la narrativa sobre la estrategia de combate al crimen organizado de la administración federal desde Zacatecas, entidad azotada por la narcoguerra.
La funcionaria acompañó al gobernador morenista, David Monreal, en la instalación del Consejo Estatal de Seguridad en Fresnillo, el municipio más inseguro del país, donde aseguró que la decisión de no afrontar directamente a los cárteles de la droga no significan acciones de permisividad.
“Ahora ha cambiado el paradigma, ahora la seguridad considera una prioridad la atención de las causas que generan la violencia, al mismo tiempo que se actúa con inteligencia operativa para dar golpes certeros a las estructuras criminales”, aseveró.
Porque abrazos, no balazos, no significa que estemos cruzados de brazos
En las últimas semanas, líderes de la iglesia católica han enfocado parte de su crítica contra la política del presidente Andrés Manuel López Obrador que se ha interpretado como dejar tranquilos a los líderes criminales.
Al tiempo que el mandatario pregona atender con programas sociales para mejorar las circunstancias de quienes se ven obligados a involucrarse en los grupos delictivos al no tener oportunidades de empleo o estudios.
Como lema del llamado plan de pacificación, el presidente escogió la frase abrazos no balazos, en ánimos de preferir el bienestar o la concordia, más allá de la disputa abierta, como se impuso desde finales de 2006 en el país con el entonces presidente, Felipe Calderón.
La titular de la SSyPC también añadió que el gobierno morenista no pretende negociaciones para la pacificación con delincuentes o jefes de las facciones que desatan la violencia en diversos estados por imponerse en el dominio territorial para sus actividades ilícitas.
Sigifredo Noriega Barceló, obispo de Zacatecas, dijo el pasado fin de semana en entrevista televisiva que el conjunto de autoridades y población deberían considerar canales de diálogo con líderes criminales para el pacto social.
“De ninguna manera y por ningún motivo el gobierno federal tiene pactos mafiosos o compromisos delincuenciales, nosotros podemos atender, escuchar con respeto las opinión de todos los ciudadanos y de todos los líderes de opinión”, afirmó Rosa Icela Rodríguez sobre la propuesta del eclesiástico.
Tenemos la obligación de respetar cualquier expresión, pero ante la expresión del Obispo, nosotros decimos no a compromisos mafiosos, no a pactos delincuenciales
El obispo de Cuernavaca, Morelos, Ramón Castro Castro, reiteró la semana pasada que la estrategia de seguridad del presidente López Obrador no ha funcionado, pues México salpica sangre por la ola de asesinatos que rebasan cifras récord.
Esto, en la Caminata por la paz y luego del asesinato de dos sacerdotes jesuitas en Chihuahua, quienes fueron acribillados en el templo de Cerocahui y sus cuerpos sustraídos desde el 20 de junio para ser recuperados tres días después 80 kilómetros al norte.
Abrazos, no balazos es demagogia y hasta cierto punto complicidad
López Obrador abrió sus frentes contra líderes de la iglesia católica, quienes se manifestaron indignados y hartos de la inseguridad que viven feligreses y sus propios compañeros religiosos.
El presidente los llamó hipócritas porque considera que no protestaron de la misma forma en sexenios anteriores, cuando la estrategia solo giraba en torno a la narcoguerra. Además, ha atribuido que son ataques a sus gobiernos capitalizados por opositores.
Previamente, en el contexto de las últimas elecciones de seis estados en el país, el mandatario enfrentó diversas críticas por supuestos nexos con el Cártel de Sinaloa, apoyados en las constantes visitas al Triángulo dorado del narco, donde el jefe del Ejecutivo sugirió cambiarle el nombre a una zona de gente buena y trabajadora, contrario al estigma.
En aquella ocasión el presidente, también minimizó un narcoretén del Cártel de Sinaloa que interceptó a periodistas que cubren la fuente y siguen sus giras al interior de la república.
Además, ha presumido como una aspiración sugerente la pax narca en Durango y Sinaloa, bastión del también conocido como Cártel del Pacífico, donde los homicidios no alcanzan niveles de otros estados, porque domina un solo grupo criminal y no disputa terrenos contra otras facciones.
Sin embargo, luego de ello se desencadenaron una serie de operativos que a lo largo del mes de junio acumularon decomisos inéditos de más de 80 narcolaboratorios, arresto de operadores y recientemente, el histórico aseguramiento de media tonelada de fentanilo en Culiacán, así como 138 toneladas de precursores químicos.
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