Porfirio Díaz Mori, el expresidente de México que es considerado un dictador por haber estado en el poder por más de 30 años, es uno de los personajes más polémicos que ha dado la historia del país. Y es que el expresidente suele ser aclamado por muchos, pero odiado por otros.
Si bien Díaz hizo crecer la economía y trajo muchas novedades tecnológicas en el país, a finales del siglo XIX y principios de XX, también es una realidad que durante su administración las clases bajas se vieron severamente afectadas.
Porfirio Díaz fue presidente en nueve ocasiones, entre 1876 y 1911, cuando estalló la Revolución Mexicana, debido a que el pueblo exigía su renuncia. Además, participó en dos conflictos bélicos muy importantes en la historia de México: la Guerra de Reforma (1858-1861), y en la Guerra contra el Segundo Imperio de México (1863-1867).
También se reveló contra el gobierno federal en dos ocasiones, la primera contra el presidente Benito Juárez García, en 1871, y la segunda contra el también presidente Sebastián lerdo de Tejada, en 1876.
Además de llegar a la presidencia del país, Díaz también fue gobernador de su natal estado de Oaxaca en cuatro ocasiones.
Infancia, juventud y formación
Díaz nació el 15 de septiembre de 1830 en Oaxaca, al sur de México. Su nombre completo era José de la Cruz Porfirio Díaz Mori. Fue el sexto de los siete hijos que tuvieron sus padres, María Petrona Cecilia Mori Cortés y José Faustino Díaz Orozco. Su madre era de origen mixteco, mientras que su padre tenía ascendencia española. Cuando su padre murió de cólera en 1833, cuando Díaz tenía poco más de dos años, su madre tuvo que hacerse cargo de mantener a la familia, que pasó por muchas privaciones económicas.
Porfirio Díaz cursó sus primeros estudios en una escuela de la parroquia local, en donde aprendió a leer y a escribir. En 1843, a los 13 años, ingresó al seminario de Oaxaca, en el que durante cinco años estudió física, matemáticas, lógica, gramática y latín.
Durante la Guerra contra Estados Unidos, de 1846 a 1848, fue asignado al Batallón de San Clemente, pero no llegó a entrar en combate. Poco tiempo después, ingresó al Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, donde estudió Derecho, carrera que no terminó. Paralelamente, trabajó como profesor particular de latín, armero, zapatero y carpintero.
Para 1854 fue contratado como bibliotecario del Instituto, y poco tiempo después ocupó de manera interina la cátedra de Derecho natural. De esta manera logró lo que siempre había deseado: poder ayudar a su madre y mejorar la situación económica de su familia.
María Petrona Mori, su madre
Su madre, María Petrona Mori Cortés, tuvo en total siete hijos. Díaz fue el sexto de ellos. No existe mucha información de ella, pero se dice que era una mujer fuerte de carácter, mismo con el que educó a sus hijos, y por el cual, Díaz tenía la misma personalidad.
Nació en 1794, en Magdalena Yocodono de Porfirio Díaz Mori, y se casó con José Faustino Díaz, padre de Porfirio Díaz, en 1808, cuando tenía apenas 15 años. Por asares del destino, la pareja se estableció en Ometepec, Oaxaca, lugar donde comenzaron a salir adelante gracias al arduo trabajo de ambos.
Con el paso del tiempo la familia se mudó a la ciudad de Oaxaca, donde pusieron un negocio que prosperó. Sin embargo, Faustino murió de cólera en 1833, por lo que Petrona tuvo que trabajar duro para sacar adelante a sus hijos. Se dedicó a la producción de grana cochinilla, venta de cerdos y administración de una posada.
La madre de Díaz murió en Oaxaca el 24 de agosto de 1859. En la página del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), puede encontrarse el acta de defunción de la madre de Díaz. En ella, se lee: “Doña Petrona Mori. En la capilla de obizpado de Oajaca a veinticuatro de agosto de mil ochocientos cincuenta y nueve falleció de diarrea Doña Petrona Mori, natural de la Magdalena de Tilantongo y vecina de esta ciudad de secenta y ocho años de edad viuda de Don José Días, recibió los santos sacramentos y se sepultó en el panteón y para constancia lo firmo” (sic).
Se dice que antes de morir en París, Francia, Porfirio Díaz pensó en su madre y en su anhelo por volver a México, en especial, a su natal Oaxaca.
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