La Fiscalía General de la República (FGR) obtuvo vinculación a proceso en contra de siete personas relacionadas con José Noriel Portillo Gil, el Chueco, lugarteniente de los Salazar del Cártel de Sinaloa, responsabilizado por el asesinato de dos curas jesuitas y un guía turístico en Chihuahua.
Según reportes de las autoridades, entre los imputados están al menos dos primos del supuesto asesino, quien no ha sido arrestado tras el crimen perpetrado en la comunidad de Cerocahui de la Sierra Tarahumara el pasado 20 de junio.
Se trata de César Iván Portillo Pillado, así como Leandro Parra Portillo, asegurados en operativos distintos, junto con Humberto Báez Cárdenas, Leonel Aguirre Hernández, Carlos Daniel Arzaga González, José Gil Cabada Payan y Leobardo Gutiérrez Cadena.
De acuerdo con la FGR, los siete sujetos fueron detenidos en el municipio de Urique, donde ocurrió el ataque del Chueco y dominaba dedicado al trasiego de drogas. Ellos cayeron durante operativos de búsqueda de los cuerpos de las víctimas que fueron sustraídos.
Hasta el pasado 30 de junio, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana informó que habían detenido a 11 personas relacionadas con el grupo criminal de José Noriel Portillo Gil, entre ellos, dos primos y su abuelo.
Pero a la fecha, han sido procesados siete de ellos, por lo que aún queda por determinarse la situación jurídica del resto. Cabe destacar que todavía no se ha establecido la responsabilidad directa directa de los detenidos en el asesinato de los dos jesuitas, el guía de turistas, así como posible asesinato y secuestro de dos hermanos.
Los primeros detenidos durante el despliegue de búsqueda del Chueco fueron su primo César Iván Portillo Pillado, así como Humberto Báez Cárdenas, quienes viajaban a bordo de una camioneta en una brecha de terracería del seccional de Cuiteco, del municipio de Urique.
Agentes del Ejército, Guardia Nacional y Policía de Chihuahua dieron con ambos hombres, pero el familiar del cabecilla se identificó como policía municipal, aunque no pudo acreditarlo. Llevaba dosis de cocaína y con su cómplice portaban 2 armas largas calibre .223, un arma corta calibre .45, así como 5 paquetes de marihuana.
La FGR solicitó la vinculación a proceso por posesión de drogas y armamento de uso exclusivo de las Fuerzas Armada. Los dos quedaron con la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa.
En otra intervención fueron asegurados Leonel Aguirre Hernández y Carlos Daniel Arzaga González, tras ser detectados vía área con dos personas más, quienes estaban fuertemente armados.
Un par de ellos lograron darse a la fuga, pero los detenidos cayeron con dos armas largas, y en su camioneta había más fusiles, una pistola, cartuchos y cargadores.
“El Juez dictó auto de vinculación a proceso y les impuso la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa, por su probable responsabilidad en los delitos de acopio de armas de fuego”, informó la FGR.
Mientras que en el tercer operativo cayeron el otro identificado como familiar del Chueco, Leandro Parra Portillo, además de José Gil Cabada Payan y Leobardo Gutiérrez Cadena. Los tres viajaban en una camioneta en que se aseguraron tres fusiles, un arma corta, así como cargadores y cartuchos útiles.
También están acusados de portar armas de uso reservado a militares, sin embargo, no se ha imputado su nexo por delincuencia organizada o los vínculos con la célula del Cártel de Sinaloa que responden a los Chapitos.
El Chueco sigue prófugo luego de asesinar a los jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora al interior del templo de Cerocahui, además del guía de turistas Pedro Heliodoro Palma Gutiérrez, y secuestrar a los hermanos Paul y Armando, tras haber ganado un juego de beisbol contra el equipo que patrocinaba el líder criminal.
Los cadáveres de los sacerdotes y el guía fueron recuperados tres días después de ser privados de la vida, pero no se ha dado con el paradero de los otros dos hombres.
Se ha ofrecido una recompensa de 400 mil pesos para ubicar a estos últimos y cinco millones de pesos a quienes ofrezcan datos de la ubicación del Chueco, pero las autoridades se han quejado de que los pobladores no quieren proporcionar informes.
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