El último deseo de Porfirio Díaz fue el de descansar en México, sin embargo los esfuerzos por repatriarlo fueron fallidos. Al cumplir el siglo de su fallecimiento, en 2015, se intentaron recuperar sus restos sin éxito alguno y ese fue el último intento hasta el momento.
Porfirio Díaz murió el 2 de julio de 1915 a las seis y media de la tarde, en su lecho de muerte lo acompañaron su esposa Carmen Romero Rubio Díaz y su hijo, Porfirio Díaz. El general pereció en Francia, muy lejos de su tierra natal, el país que amó y gobernó durante 30 años, México.
Una nota publicada por The New York Times indicó que en sus últimos días de vida el ex presidente mexicano acostumbraba pasear por el Bosque de Boulogne porque le recordaba al Bosque de Chapultepec.
Sus restos desde 1921 yacen en el Cementerio de Montparnasse, ya que originalmente fue sepultado en la Iglesia de Saint Honoré d’Eylau, sin embargo sus familiares lo trasladaron a Montparnasse porque tenían pensado llevarlo a su tierra de origen.
Han pasado 107 años desde su defunción y sus restos no han podido regresar a la tierra que tanto amó. Entre los personajes más memorables que lo han visitado en el cementerio destacan Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Simone de Beauvoir y Jean Paul Sastre.
Existen visitantes mexicanos que van a su tumba y le dejan recuerdos al general como boletos de metro, pesos, estampas de la Virgen de Guadalupe, y hasta cartas donde le piden que donde quiera que se encuentre cuide del país.
A pesar de que ha pasado más de un siglo de su óbito, su figura causa polémica en México pues una parte del público lo acusa de tirano y dictador y la otra lo recuerdan por los avances que se dieron durante sus tres décadas de gobierno.
Entre las obras más destacadas de su gobierno se encuentra el Ángel de la Independencia, el Palacio Postal, el Palacio de Bellas Artes, el Palacio de Comunicaciones y Obras Públicas, la actual sede del Museo Nacional de Arte, el Edificio Boker, el Teatro Juárez en Guanajuato, el Templo Expiatorio de Guadalajara, entre muchas otras construcciones emblemáticas de la ciudad.
Su bisnieto, Ignacio Díaz Bossero, reveló en el 2015 que Porfirio quería más a su país que a su propia familia y que para poder entender las decisiones que tomó en nombre de México, las personas tendrían que comprender ese sentimiento.
Díaz murió a los 84 años, en París, ciudad en la que vivió con su esposa Carmelita Romero Rubio y algunos de sus más fieles alegados, con frecuencia era visitado por sus hijos. Siempre mantuvo la esperanza de volver a México y morir en Oaxaca, de donde era originario.
Mantenía contacto con algunos mexicanos que le informaban de la situación que se vivía en el país, como el triunfo electoral de Madero, las rebeliones que iniciaron Orozco, Zapata y Reyes, y la participación de su sobrino Félix en contra del régimen maderista.
También estuvo informado del golpe de estado de Huerta, y el asesinato de Madero y Pino Suárez. Se cuenta que sus últimos pensamientos giraban en torno a la figura de su madre María Petrona, y la idea de volver a su tierra natal, especialmente a la Hacienda La Noria, deseos que no pudo cumplir debido a la situación del país.
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