La forma en que se expresan los mexicanos siempre ha sido causa de asombro, y es que entre los mexicanismos y refranes, México cuenta con una gran abanico de expresiones que poco sentido tienen fuera del territorio nacional.
Los refranes son frases de origen popular cuyo uso se da de forma tradicional e invariable, pues son oraciones ya construidas socialmente, las cuales pueden expresar consejos o enseñanzas. Dichas frases son tan antiguas como la misma civilización; Ana Fernández Poncela afirma que la primera compilación de refranes conocida es la que elaboró Aristóteles, a la que le siguieron otras como la de Crispo y Cleante.
También, se menciona que en la Biblia y en otros libros sagrados en India y Grecia se pueden encontrar algunos refranes. Por su parte, en México los mesoamericanos también tenían sus refranes que se fueron heredando y modificando hasta nuestros días.
Algunos de ellos, en nuestro español son: “no se puede chiflar y comer pinole”, tiene más mañas que un tlacuache” o “ahora sí les cayó el chahuistle”.
De acuerdo con Paloma Trenado, estas frases autónomas gozan de un significado completo en sí mismas. Según las características que tienen: deben estar compuestas por un lenguaje sencillo, breve y contar con ciertos elementos como la repetición, la rima o el paralelismo gramatical. Por su parte, una de las peculiaridades de los refranes es que se construyen a partir de una moraleja. También, cuentan con dos tipos de mensajes: uno implícito y otro explícito, donde el explícito se trata de la metáfora, mientras que el implícito es el saber común que la población comparte.
Pero a todo esto, ¿por qué decimos “o todos coludos o todos rabones”?
En México, este refrán se utiliza para pedir o reclamar igualdad de condiciones en determinadas situaciones en que solo algunos resultan beneficiados. La frase se refiere a una situación de equidad, cuyo uso puede significar lo mismo que “a quien tienes que dar la cena, no le quites la merienda”, “o todos hijos o todos entenados”, “de acuerdo al sapo es la pedrada” o “el sol sale para todos”.
No obstante, como la gran mayoría de los refranes en México, es difícil saber su exacta procedencia o contexto histórico en el que surgió, pues se han heredado a través de la tradición oral con el paso de las generaciones.
La frase tiene su equivalente en España: “o todos moros o todos cristianos”, cuyo origen se remonta a la ocupación musulmana en la península ibérica por más de siete siglos. También se puede rastrear su igual en Perú como “o todos en la cama o todos en el suelo”.
La expresión “o todos coludos o todos rabones” es una de las más usadas dentro del argot político, debido a que su mensaje implícito apela a la igualdad de condiciones, por lo que ha llegado a una gran cantidad de discursos políticos.
Se trata, simplemente, de expresar que en una situación todos deben tener lo mismo o equivalente, nadie más ni nadie menos. Estar coludo o estar rabón es establecer condiciones parejas, ya sea en abundancia o carencia.
Por su parte, el refrán se construye tomando la parte de un animal como ejemplo, en donde “estar coludo” se refiere a tener una cola muy larga, mientras que estar rabón se refiere a una cola más corta.
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