Las autoridades en distintos estados de la República Mexicana, continúan identificando a las víctimas fallecidas en el tráiler abandonado en San Antonio, Texas, Estados Unidos. Sin duda, una de las tragedias con migrantes que más ha conmocionado al país.
Esta es tan solo una parte que vemos sobre la realidad que enfrentan miles de familias mexicanas al querer buscar mejores oportunidades de trabajo y una mejor calidad de vida, la cual todavía no tienen asegurada en México y el resto de Latinoamérica. La mayoría de las veces no cuentan con documentos legales y les cuesta la vida ingresar de contrabando desde México a Estados Unidos.
Mientras su país no les asegure una vida digna, la gente seguirá arriesgando su vida en busca del sueño americano.
Por tal motivo en los últimos catorce años, el mundo ha sido testigo de los peores sucesos que han involucrado a migrantes mexicanos y latinoamericanos.
Al menos en siete de los accidentes más sonados que han sufrido los migrantes, las principales causas de muerte durante su viaje para cruzar la frontera, ha sido el ahogamiento, la falta de agua, alimentos, de un sitio digno para pasar la noche, la violencia y el traslado en vehículos bajo condiciones infrahumanas.
A pesar de saber los riesgos que implica emprender el viaje para conseguir instalarse en Estados Unidos de manera ilegal, los migrantes tienen más necesidad que los ha llevado a confiar en “polleros”, “coyotes” y en estafadores que los abandonan a la mitad del camino.
Una red de contrabando que se expandió y supuestamente proporciona automóviles, camiones, guías y escondites que son utilizados para transportar a miles y miles de personas de manera ilegal hacia Estados Unidos.
Los terribles hechos ocurrieron el pasado lunes 27 de junio, cuando 53 migrantes murieron dentro de un camión con remolque, el cual fue abandonado al borde de la carretera en las afueras de San Antonio, Texas.
En ese vehículo de carga viajaban 67 migrantes, solamente 16 permanecen en hospitales. En el tráiler, Volvo modelo 1995, se apagaron las ilusiones y la vida de aquellos que solo buscaban un futuro mejor para su familia.
Tras el hallazgo, las autoridades de los países de donde procedían quienes perdieron la vida siguen trabajando en la localización de los responsables de la muerte, por su participación en tráfico de personas.
Así mismo la identificación de los cuerpos continúa, para devolverles el nombre y el rostro a personas que no debían terminar de esa manera. Pues se reporta que al menos 27 de los muertos en el camión eran oriundos de México, mientras que el resto eran de América Central.
Adolescentes veracruzanos en busca del sueño americano
Fue el director general de Atención a Migrantes en Veracruz, Carlos Enrique Escalante Igual, quien dio a conocer la identidad de uno de los fallecidos en la tragedia. Se trata de Misael Valencia con apenas 16 años de edad, originario de la localidad San Marcos Atexquilapa, municipio de Naolinco.
Según se sabe, el joven iba a bordo del tráiler junto con sus primos de 16 y 19 años de edad Yovani y Jair Valencia Olivares, juntos formaron un pequeño grupo familiar que salió de su localidad en busca de mejores oportunidades laborales para comprarse una vivienda y un automóvil.
Sin embargo, los dos hermanos todavía se encuentran en calidad de desaparecidos, al igual que otra persona oriunda de Veracruz.
Los jóvenes a su corta edad, se dedicaban a la fabricación de calzado de piel en Naolinco, un municipio de la región capital de Veracruz. Una actividad realizada por más del 80 por ciento de la población que elabora y comercializa zapatos.
Las autoridades ya contactaron a la familia de los tres jóvenes de Naolinco. Y fue el padre de Jair y Yovani quien confirmó que un día sus hijos le pidieron permiso para irse a Estados Unidos.
Y toda la familia decidió ayudar a conseguir el dinero prestado y pagarle 20,000 mil pesos a un “pollero”. Quien supuestamente los ayudaría a cruzar la frontera del Tamaulipas a San Antonio, Texas.
Fue el mismo lunes por la mañana, cuando uno de los muchachos informó a la familia que se encontraban a punto de abordar un tráiler para llegar a San Antonio. Ya que se suponía que ese era el último trayecto que recorrerían para finalmente llegar a su destino, pues ya estaban en territorio estadunidense.
“Vamos a darlo todo para estar allí con los otros muchachos. Para ponernos a trabajar y pagar todo y hacer todo lo que podamos”, escribió Jair. Quien se refería a los familiares que ya tenían en el “otro lado” con los que buscaban reunirse en Austin, Texas. Pues les habían prometido ayudarlos a encontrar trabajo.
Por el momento, los familiares de los jóvenes esperan la repatriación del cuerpo de Misael la cual tomará al menos una semana. Y se mantienen en un angustioso limbo esperando a que los otros dos hermanos aparezcan con vida.
Cuando la comunidad de San Marcos Atexquilapan, se enteró de la terrible noticia, se sumieron en dolor, angustia y fe permanente. En redes sociales circula un video en donde familiares y amigos del municipio de Naolinco se unieron en una procesión por las calles.
Encendieron veladoras blancas y pidieron por todos los migrantes que murieron y desaparecieron, en específico por Misael y sus primos. Un día antes de la confirmación de su muerte, el pueblo sacó al ‘santísimo’ de su iglesia para realizar una oración colectiva.
Doña Hermelinda, la madre del adolescente de 16 años, encabezó el recorrido abrazando contra su pecho la fotografía de su hijo fallecido.
Durante esa misma semana otros 20 jóvenes abandonaron la comunidad de San Marcos Atexquilapan. Empacaron sus sueños y esperanzas como Misael, Jair y Yovani para aventurarse en un país totalmente diferente al suyo. Con la idea de hallar un buen empleo y cumplir las metas que se propusieron en su natal Naolinco.
En los últimos dos años las nuevas generaciones solo quieren tener una mejor calidad de vida. Poder comprar sus propias casas, construir bardas que hacen falta en sus hogares y adquirir un coche para moverse por donde quisieran en las calles de aquella región cubierta de neblina.
El oficio de zapatero, heredado a varias generaciones y durante tantos años ya no les deja el suficiente dinero para vivir bien. En Atexquilapan no existen oportunidades de trabajo, por eso cada vez son más los adolescente que se ven tentados a abandonar su tierra.
La misma razón que impulsó a Misael, Jair y Yovani a cruzar la mortífera frontera. Y empeoró todavía más por la pandemia de COVID-19. Pues estudiar y hacer una carrera profesional dejaron de ser una opción para ellos, cuando las clases se suspendieron.
Según el agente municipal de esa comunidad, César Armando Valencia Mendoza, comentó en una entrevista que desde el mes de noviembre de 2021 hasta la fecha, van 30 jóvenes originarios que emprenden el viaje al “otro lado”. Pues incluso se ha identificado como una “moda” que todos quieren seguir.
Este es solo uno, de los tantos estados de la República Mexicana donde la pobreza sigue creciendo. La cruda realidad laboral que se vive en México es el factor principal que provoca la migración.
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