La leyenda de la Llorona forma parte de la identidad mexicana, ya que ha pasado de generación en generación aterrorizando a aquellos que la escuchan. En el Pueblo Mágico Dolores Hidalgo en Guanajuato se encuentra la supuesta tumba del famoso personaje.
Se dice que este pueblo fue visitado por gente del Vaticano para hacerle un exorcismo, pues las apariciones de la Llorona en este lugar eran muy frecuentes y fue por esa razón que sacerdotes colocaron una placa en su tumba.
La cripta se encuentra en la Hacienda Siete Reales, ubicada en la carretera Guanajuato- Dolores Hidalgo y fue un monumento construido para que la mujer dejara de atormentar a los pobladores de la zona, quienes sufrían de apariciones constantes.
En su estructura se talló la fecha septiembre de 1913, aunque existen mitos que cuentan que desde el año 1850 se escuchan sus lamentos en la zona. Fue por eso que en 1963, el dueño de las tierras puso una cruz grande arriba de la tumba.
Tiempo después, durante una tormenta un rayo partió la cruz y daño considerablemente la estructura. Existen otros lugares del país en donde personas comentan haberla visto, escuchado e incluso afirman que su tumba de encuentra en el Panteón Dolores de Jerez, Zacatecas.
Mientras que otras leyendas apuntan a que se aparecía en distintas zonas de la Ciudad de México, como en ciertas partes de Xochimilco y las lagunas, así como en una casona antigua en Coyoacán. Existen miles de testimonios que aseguran haber tenido una experiencia referente a ella, al menos una vez en su vida.
La leyenda tiene varias versiones, pero la más conocida está basada en las crónicas de Bernal Díaz del Castillo, quien fue parte de la conquista española y escribió la historia de una mujer indígena que era amante de un caballero español.
Ella le propuso formalizar la relación pero el hombre se negó por pertenecer a un estrato social más alto. Esto terminó en tragedia pues la mujer, fuera de sí, despertó a sus hijos y los llevó a un río en donde los ahogó, aunque después se arrepintió y por eso el famoso alarido “ay mis hijos”.
Hay quienes suponen que la historia hablaba de Hernán Cortés y la Malinche, ya que ellos dos eran amantes y Bernal Díaz convivió con ellos durante gran parte de la etapa de la conquista española, además de que la mujer era quien les ayudaba a traducir.
Cuando ella murió, su alma quedó en pena debido al horrible acto que cometió con sus hijos y por esa razón deambula por las calles en busca de ellos. Dicen que se aparece en todos los lugares donde hay un río o cuerpos de agua, queriendo encontrar a sus pequeños.
Asimismo, otros cuentan que asesina a hombres por venganza y se aparece como una hermosa mujer vestida de blanco, en las noches, para así llamar su atención y luego quitarles la vida.
En cuanto a Dolores Hidalgo, los campesinos contaban que cuando salían noche de trabajar las tierras llegaban a escuchar el llanto y quejidos de una mujer con vestido blanco que flotaba con un velo delgado diciendo: “Ayyyyy mis hijooos”.
Cuando ellos llegaban a contarle su experiencia a otros, las personas que los escuchaban se morían o desaparecían, por ello creían que la llorona era quien se los llevaba.
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