En la actualidad, los castigos que se dan a los delincuentes en México son variados, y cambian dependiendo de la gravedad del delito que se haya cometido. Sin embargo, regularmente son metidos a prisión, en donde se quedan unos años, y posteriormente pueden salir y reintegrarse en la sociedad.
No siempre ha sido así en el territorio que ahora se conoce como México. Y es que en la época prehispánica, o sea, antes de la llegada de los españoles y la Conquista de México, que culminó el 13 de agosto de 1521, cuando hombres de Cortés tomaron como prisionero a Cuauhtémoc, había diversos castigos, dependiendo de la gravedad del delito que se cometiera.
Antes de la Conquista, los delincuentes eran llamados tianquiztli, y como dictan las Ordenanzas de Nezahualcóyotl, casi todo mal comportamiento tenía como castigo el ser colgado o golpeado hasta morir.
Dos de las leyes que hablan de los castigos que se aplicaban a los malhechores prehispánicos, son el Códice Quinatzin y las Leyes de Moctezuma, los cuales comparten algunos datos. En el Mapa Quinatzin se menciona que los que ejercían los juicios y permitían los castigos, como hasta nuestros días, era un consejo de jueces aprobado, en este caso, por Nezahualcóyotl, al cual podía acceder cualquier persona. Las leyes eran igual de duras para miembros de dicho consejo o cualquier persona del pueblo.
Y es que hay diferentes niveles de delitos, en el caso de los robos, hay unos que eran más castigados que otros. Cuando un robo lo cometía una persona que representaba al poder en la época prehispánica, era tomado como uno de los actos más inescrupulosos, y para Nezahualcóyotl, estos políticos corruptos no merecían otro castigo mas que el ser asfixiados hasta morir.
Nezahualcóyotl, por eso, mencionaba que “aquel que hiciera uso de su poder y se adueñara de alguna tierra, que se le ahorcase por ello”. También al “cobrador que pedía más de lo que debían pagar los súbditos y vasallos”.
Por otro lado, los jueces que recibían sobornos merecían ser degollados hasta que murieran desangrados por la arteria aorta, aunque de alguna forma si el cohecho era de un monto menor, el funcionario corrupto se quedaba sin trabajo y era “trasquilado” a manera de humillación en el mercado.
Los asaltantes de caminos, eran ahorcados y destinados a morir por asfixia. Los maleantes que robaban en los “tianguis” eran apedreados o golpeados hasta que perdieran la vida. Sobre los ladrones existían dos tipos de castigos, pues no todos merecían la muerte. Si el monto robado no era tan grande, y el ladrón aún no lo gastaba, era puesto como esclavo, o se vendía a otro señor para pagar la cantidad robada.
Sin embargo, no todo robo era castigado, pues según el documento de Nezahualcóyotl, la gente podía tomar una mazorca del sagrado Maíz que les regalaban los Dioses si un caminante se encontraba con algún cultivo que estuviera sobre el camino. Sin embargo, solo podían tomarse los de la orilla, pues si se metían al lugar lo podían desnucar.
Otro de los delitos que merecía la pena de muerte, era robar el “Chalchihuitl”, que era un collar de jade que pertenecía a los nobles. Merecía este castigo quien lo extrajera porque ninguna persona fuera de los altos mandos podía poseerlo, pues representaba un estatus alto en la sociedad.
Otro de los miembros de la sociedad que merecían castigos eran los alcohólicos. Si estos eran habitantes del pueblo y se les sorprendía por primera vez, eran rapados en el mercado, y su casa era saqueada y derribada, pues Nezahualcóyotl dictaba en la ley que el que se priva del juicio, alterando su mente con estupefacientes, no era digno de tener un hogar, sino que debía vivir en el campo como una bestia.
Pero si la persona era reincidente, era castigado con la pena de muerte. Por otro lado, si la persona que era sorprendida con este tipo de “delito” pertenecía a la nobleza, desde el primer momento era condenado a morir.
En el caso de los adúlteros, el castigo resultaba aún más extremo, pues en el caso de los varones, eran incinerados mientras les aventaban agua con sal para que sufriera más, mientras que las mujeres eran colgadas.
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