A 22 años del histórico triunfo de Vicente Fox, un populista en un país donde la política no cambió

Fox prometió acabar el conflicto con el Ejército Zapatista en solo 15 minutos, además se comprometió a poner fin al sistema de complicidad y privilegios, también a combatir la corrupción, sin salvedades

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El 2 de julio del año 2000 el candidato del Partido Acción Nacional (PAN), Vicente Fox Quezada, logró un triunfo histórico en la democracia mexicana al ganar la elección presidencial, rompiendo una racha de 71 años seguidos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al frente del país. Con una participación masiva en los comicios, millones confiaron en el slogan del panista guanajuatense “México ya, el cambio que a ti te conviene”.

Ernesto Zedillo Ponce de León se convirtió así en el primer presidente de la República emanado del PRI en entregar el poder a un partido de oposición, quien obtuvo

“He ofrecido al licenciado Fox que me ocuparé personalmente de que se realice una entrega transparente, pulcra y eficaz de la presente a la próxima Administración federal” declaró públicamente Zedillo.

Vicente Fox, postulado por la Alianza por el cambio (PAN, PVEM) lanzó promesas como la de acabar con el conflicto con el Ejército Zapatista en solo 15 minutos, una vez tomando el poder, además de comprometerse a poner fin al sistema de complicidad y privilegios, además de combatir la corrupción, sin salvedades.

Decálogo de Vicente Fox

Schwarzenegger se presentó en un
Schwarzenegger se presentó en un evento organizado el ex mandatario en el Centro Fox (Foto: Twitter)

En el año 2000, el exgobernador de Guanajuato estableció 10 compromisos de gobierno:

- Me comprometo a mantener el carácter laico del Estado mexicano y de la educación pública.

- Me comprometo a promover reformas legales y constitucionales que acoten las facultades del Presidente de la República; garanticen la autonomía y el equilibrio entre los poderes legislativo, ejecutivo y judicial; y hagan realidad el federalismo y el municipio libre.

- Me comprometo a respetar la libertad, la diversidad y la pluralidad de la sociedad mexicana; y a no usar nunca el poder del Estado para imponer estilos de vida, creencias religiosas o códigos particulares de comportamiento. A respetar la libertad de creación, la cultura y las expresiones de todos los grupos que conforman la sociedad mexicana.

- Me comprometo a crear las condiciones políticas para la solución pacífica del conflicto en Chiapas, y para el desarme de los grupos armados que existen en el país, con estricto apego a derecho.

- Me comprometo a promover acciones para eliminar toda forma de discriminación y exclusión de grupos minoritarios; y a promover políticas públicas y acciones de gobierno tendientes a lograr la equidad de género.

- Me comprometo a que la educación sea prioritaria y se garantice el aumento sustantivo de los recursos a la educación y la investigación, el combate efectivo al rezago educativo, así como el incremento en el promedio de escolaridad y de la calidad educativa de los mexicanos.

- Me comprometo a poner fin al sistema de complicidad y de privilegios y a combatir la corrupción sin salvedades, pero sin venganzas políticas ni revanchas partidistas.

- Me comprometo a defender la soberanía del país para que la inserción de México en los procesos de globalización sea con el objetivo superior de elevar el nivel de vida de los mexicanos, sin poner en riesgo el futuro y la independencia de la nación. No voy a privatizar PEMEX ni la CFE. Diseñaremos esquemas de financiamiento alternativos para que puedan adquirir recursos para su modernización y sus servicios beneficien en mayor medida a los mexicanos.

- Me comprometo a establecer como prioridad suprema del nuevo gobierno una política social que combata la pobreza y las desigualdades. También a evitar que los programas sociales sean condicionados con fines electorales.

- Culminar el proceso de reforma electoral, impulsado en la última década por la oposición, para garantizar definitivamente condiciones equitativas de competencia y transparencia.

CIUDAD DE MÉXICO, 28FEBRERO2019.- El
CIUDAD DE MÉXICO, 28FEBRERO2019.- El ex Presidente de México, Vicento Fox Quezada, se dijo a favor de legalizar totalmente la marihuana, pues, mencionó, al no haber restricciones en los usos científicos, recreativos y médicos de esta planta, el país podría ser líder mundial junto con Cacadá, esto durante su participación en el primer Simposio Médico de Cannabis Medicinal, organizado por al empresa Khiron Life Sciences. FOTO: MOISÉS PABLO /CUARTOSCURO.COM

La corrupción era entonces fuertemente asociada al régimen priista y con el triunfo del panista, millones de mexicanos se ilusionaron con un cambio en el sistema político mexicano. Así, Vicente Fox asumió el cargo el 1 de diciembre del año 2000, inaugurando una nueva etapa en un país en que la corrupción y las complicidades partidistas solo cambiaron de color.

En materia económica, Fox prometió tasas de crecimiento de un 7%, generar millones de empleos, igualdad de oportunidades para todos los sectores productivos de la población y reducir la pobreza en todo el país.

Ya como presidente de la República, Fox no no pudo resolver el conflicto zapatista en Chiapas y sus logros fueron considerados cosméticos con fines de propaganda gubernamental. Además, su estilo lo hizo entrar en conflictos diplomáticos con países como Cuba y Venezuela.

En la segunda parte de su sexenio se enfrascó en un constante conflicto político con Andrés Manuel López Obrador, dejando para la historia aquel episodio dle intento de desafueron contra el tabasqueño.

Durante su administración, Fox vivió una de los mayores periodos de bonanza petrolera debido a los altos precios internacionales de esta meteria prima aunado al mayor pico de producción de Pemex. Los abundantes recursos económicos le permitieron reducir la pobreza de un 42% a un 35% según algunos estudios, sin embargo, su estilo de negociar con gobernadores se basó en el aumento de las participaciones federales con los estados, lo que resultó en un inmenso flujo de dinero a los mandatarios estatales mientras los mexicanos miraban como gobernaba un país donde los políticos no habían cambiado, más que de colores.

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