A cuatro años del triunfo de AMLO: qué escenarios le esperan a México para decidir su futuro en 2024

El 1 de julio de 2018, tras perder dos procesos electorales previos, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ganó los comicios a la Presidencia de la República con 30 millones 113 mil 483 votos, mismos que lo convirtieron en el mandatario con mayor sufragios a favor en la historia del México moderno.

Sin embargo, el triunfo no solo fue para el tabasqueño de forma individual, sino que también repercutió en la conformación de las dos cámaras del Congreso de la Unión, pues los partidos que fueron parte de la coalición Juntos Haremos Historia también se vieron beneficiados, es decir, además del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Encuentro Social (PES) aumentaron su participación en el escenario político, aunque curiosamente éste último perdió el registro federal.

Bajo este tenor fue que Infobae México habló con Rodrigo Uri García y el maestro Luis Llamas, militantes de Morena y del Partido Acción Nacional (PAN), respectivamente, sobre cómo vivieron -desde dos frentes- la elección de hace cuatro años, así como cuál es su perspectiva de cara a uno de los procesos presidenciales más férreos que vivirá el país.

El triunfo del tabasqueño llegó acompañado con una nueva ola de esperanza, luego de un complicado sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018), en donde los casos de opacidad, corrupción, así como aumento de la violencia dejaron a una población cansada y en busca de un gobierno diferente a los que habían ofrecido el PAN y el Revolucionario Institucional (PRI).

Uri García recordó aquel 1º de julio con mucho cariño, pues rememoró la importancia que tuvo la campaña del presidente en entidades como Oaxaca, lugares donde, dijo, “se volteó a ver a la base”, se tocó puerta por puerta para conocer a las personas, situación que muchos partidos habían olvidado con el pasar de los años.

Por otro lado, el panista calificó el 2018 como “un fenómeno político”, en donde la ahora oposición sabía que “era complicadísimo” frenar al movimiento que encabezó el tabasqueño: “AMLO fue un huracán en México”; sin embargo, sentenció que el difícil momento que vivieron partidariamente en aquella época le sirvió al blanquiazul para comenzar un proceso de reorganización y reflexión.

De acuerdo a lo que comentó para este medio el maestro en Derecho, Acción Nacional ha cambiado la forma de acercarse a la población, especialmente “creando un partido más cercano a la gente”, situación que se logró gracias a la modificación de los estatutos.

Sin embargo, el mandato de López Obrador ha estado muy alejado del mundo idílico que muchos pensaron que sería, pues la realidad rebasó en muchos aspectos a la llamada Cuarta Transformación, especialmente en los temas económicos y de seguridad, mismos que la pandemia por COVID-19 agravó.

Por lo que en 2021, la cámara baja sufrió modificaciones, pues los aliados de Morena perdieron representación, pese a que se unió el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), lo que complicó un año después la aprobación de reformas importantes para la actual administración; sin embargo, en los estados el partido guinda aumentó su representatividad al gobernar más de la mitad.

Y, aunque la oposición perdió gubernaturas, para el panismo fue importante ganar en las alcaldías de la Ciudad de México, una entidad que históricamente solo ha sido administrada -desde que se permitió que la ciudadanía elija a sus gobernantes en 1999- por ideas de izquierda.

Mientras tanto, en Morena el 2021 no se vio como una “derrota estrepitosa” dejar de gobernar algunas demarcaciones capitalinas, sino, más bien, como un proceso de crítica interna sobre cómo es que se deben de manejar los conflictos íntimos para que éstos no repercutan en la elección de gobernantes.

No obstante, los discursos de AMLO en sus ya reconocidas conferencias mañaneras han hecho que el sector de la oposición apunte a que se han profundizado dos formas de ver la vida en el país: la de los fifís y los chairos; lo anterior, podría ser un punto determinante durante el proceso electoral del 2024, fecha en la que se decidirá al nuevo o nueva titular del Ejecutivo Federal.

Y es que, reforzando la idea de dos posturas políticas totalmente opuestas, estos grupos han mantenido una férrea discusión en las diferentes arenas políticas por ver quién tiene razón y qué proyecto de nación será el que prevalecerá o gobernará a partir del próximo sexenio presidencial.

Ante esto, el militante morenista apuntó que el principal reto que su partido tiene que encarar deberá ser el seguir siendo congruentes con el discurso y el trabajo en la calle, es decir, “redoblar esfuerzos a favor de la Cuarta Transformación y dejar la política de élite”.

Para profundizar en su punto, el también egresado de la carrera de Derecho expuso que para coronar los esfuerzos democráticos del movimiento, se tienen que seguir utilizando las encuestas que Mario Delgado, presidente del partido, y AMLO han enaltecido como principal proceso de selección de candidatos, pues solo así se garantizará la participación activa de la militancia, especialmente en la conformación del perfil que representará al partido en dos años.

En cambio, en la oposición, la situación aún no es clara para el 2024, incluso para los comicios del próximo año, pues por lo menos en el PAN aún se sigue analizando si se competirá de la mano del PRI y del PRD o se preferirá ir en solitario, con el fin de consolidarse completamente como “la segunda fuerza política del país”.

Especialmente la alianza con el PRI es uno de los puntos que más preocupan a los adeptos de Acción Nacional; sin embargo, el excandidato a diputado plurinominal confió en que, en caso de ir en coalición, el Revolucionario Institucional sabrá solucionar sus problemas internos para que no afecten a la alianza.

Finalmente, si en algo coincidieron estas dos formas de militar políticamente en México fue que el trabajo en calle y acercarse a la población serán la clave para que los candidatos obtengan la confianza del electorado, incluso para combatir el abstencionismo, uno de los mayores protagonistas en los últimos procesos democráticos.

Con una oposición “echada para adelante” y un gobierno “cercano a las bases” será como el país tendrá que enfrentar el 2024, un año en el que se decidirá si la actual idea política de la administración federal continuará o se dan pasos atrás y se sigue el camino que se interrumpió en 2018.

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