La búsqueda de José Noriel Portillo, alias “El Chueco”, presunto líder criminal del grupo delictivo “Gente Nueva”, brazo armado del Cártel de Sinaloa, continúa a diez días de los asesinatos de los clérigos Javier Campos Morales, Joaquín César Mora y del guía de turistas Pedro Eliodoro Palma.
Desde entonces las autoridades han detenido a uno de sus primos, identificado como César Iván “N”; han aprehendido a Lindolfo Reyes Gutiérrez, ex alcalde del municipio de Choix, en posesión de 2.5 millones de pesos, durante un operativo para detener a “El Chueco”; y el presidente López Obrador se comprometió a investigar “a fondo” a todos los dirigentes políticos que pudieran tener algún tipo de conexión con el criminal.
Los sacerdotes jesuitas fueron asesinados a manos de Noriel Portillo el lunes 20 de junio presuntamente por haber intentado proteger al guía turístico Eliodoro Palma, quien previamente había sido secuestrado por el líder criminal. Sin embargo, en el trayecto al parecer logró escapar y se refugió en la parroquia de San Francisco Javier. Ahí fueron privados de la vida los eclesiásticos y el guía.
De acuerdo con las investigaciones, todo comenzó a raíz de una serie de partidos de béisbol. No fue un solo juego. Los Venador de Cerocahui barrieron la serie contra los Cachorros de Urequi, el equipo que supuestamente patrocina “El Chueco”, en las semifinales de la liga municipal de béisbol José Nuñez, “El Cheche”.
En el primer juego “Los Venados” vencieron por default al equipo patrocinado por Noriel Portillo. Pero fue el segundo partido el más humillante para los Cachorros de Urequi. “Estuvo muy feo”, dijo el director de deporte del municipio. Incluso se tuvo que aplicar lo que en el béisbol se conoce como la regla de la misericordia, la cual consiste en dar un encuentro por terminado debido a las tantas carreras de diferencia entre el vencedor y el perdedor.
El tercer y último juego fue el más cerrado de la serie, pero aún así el marcador no fue favorable para “Los Cachorros”. “Nos sacaron el juego teníamos un marcador a favor de 5-3 y en la última entrada nos dejaron en el campo, nos dieron la vuelta”, explicó el director Darwin Acosta.
Los juegos se disputaron el domingo 19 de junio, uno a las 11:00 am y el otro a las 15:00 pm. Según la Fiscalía de Chihuahua, molesto por las derrotas, “El Chueco” acudió el lunes al domicilio de dos jugadores del equipo rival, identificados como Paul Osvaldo y Armando Berrelleza. Sin embargo, en un momento dado la situación se salió de control.
“El Chueco’ detonó un arma de fuego en contra de Paul “O” y privó de la libertad a Armando “B”, y posteriormente prendió fuego a la vivienda”, explicó en conferencia la tarde del martes 22 de junio el Fiscal de Justicia de Chihuahua, Roberto Javier Fierro Duarte.
Después de asesinar a Paul Osvaldo y secuestrar a Armando Berrelleza, así como prenderle fuego al inmueble donde ambos jugadores se encontraban, “El Chueco”, unas horas después, se trasladó al Hotel Misión Cerocahui, donde el guía de turistas Pedro Palma fue sacado a la fuerza por el líder criminal tras una discusión.
En un punto del trayecto el guía logró escapar de sus captores y buscó refugio al interior de la parroquia de San Francisco Javier, donde los clérigos Javier Campos y Joaquín César intentaron ayudarlo. “El hombre anteriormente privado de la libertad se escapó y llegó policontundido (golpeado) al templo del pueblo, donde fue auxiliado por los religiosos”, detalló Fierro Duarte.
“El Chueco” ya era antes de los asesinatos un criminal ampliamente conocido para las autoridades estatales de Chihuahua. El propio presidente López Obrador declaró que la policía tenía una orden de captura vigente desde 2018 por el homicidio del joven estadounidense, Patrick Braxton Andrew, un turista estadounidense que supuestamente “El Chueco” confundió con un agente de la DEA.
También podría estar involucrado en la muerte del activista Cruz Soto Caraveo, integrante del Colectivo de Familias Desplazadas Forzadamente de la Sierra Tarahumara, fue encontrado muerto luego de haber estado desaparecido en octubre de 2019.
Asimismo estuvo implicado en un ataque a la agencia de investigación de Chihuahua en 2017 y en octubre de 2019 fue señalado por la desaparición de tres hombres. Una investigación de Insight Crime, una organización especializada en temas de seguridad, reveló que “El Chueco” controla la venta de alcohol en su zona de influencia en Chihuahua: los municipios Bocoyna, Guachochi, Batopilas, Urique, Guadalupe y Calvo.
“A partir de la carretera de La Junta, a la entrada de la Sierra Tarahumara, solamente las tiendas ‘autorizadas’ pueden vender alcohol. Las organizaciones criminales han amenazado a cadenas nacionales como Oxxo para que dejen de vender alcohol, o de lo contrario podrían ser castigados, según cuentan residentes, dueños de negocios y funcionarios estatales”, refirió el sitio especializado.
El cartel de “El Chueco” presuntamente se dedica a comprar grandes cantidades de alcohol en las principales ciudades, como Cuauhtémoc o la capital, Chihuahua, para de ahí transportarlo en camión hasta varios municipios de la Sierra Tarahumara. “Esto comenzó como consecuencia directa de la depreciación de la marihuana”, reveló un operador a Insight Crime.
Mientras tanto, la Fiscalía de Chihuahua ofrece hasta cinco millones de pesos a cambio de información relevante que conduzca a la captura de “El Chueco”.
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