Las autoridades federales enfocaron el combate al Cártel de Sinaloa en el último mes como no se había mostrado anteriormente y han desmantelado 81 narcolaboratorios en el bastión del grupo delictivo, además del aseguramiento de algunos operadores.
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSyPC), el Ejército ha encabezado el decomiso de los centros de producción de drogas en Sinaloa entre el 21 de mayo y el 29 de junio de este año, pero la mayoría de las intervenciones fueron en los últimos 30 días.
Además, agentes de la Fiscalía General de la República, el Centro Nacional de Inteligencia, así como la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) afectaron una célula de José Guadalupe “N”, considerado operador logístico del Cártel de Sinaloa y/o Cártel del Pacífico.
Las autoridades no han precisado si se trata de operadores vinculados con José Guadalupe Tapia Quintero, presunto lugarteniente de Ismael Zambada García, el Mayo, quien fue identificado por el Departamento del Tesoro y la Administración del Control de Drogas (DEA) en 2014.
Tanto los informes previos de agencias estadounidenses como el reciente reporte de la SSyPC coinciden en que un sujeto del mismo nombre favorece la estructura operativa en el trasiego de drogas. Aunque la detención presumida solo fue contra tres presuntos integrantes de la facción en Culiacán el pasado 28 de junio tras cumplimentar órdenes de cateo.
“Lo importante aquí es que se aseguraron 25 vehículos dedicados a la logística criminal de movilización de estas sustancias ilícitas”, apuntó el subsecretario de la SSyPC, Ricardo Mejía Berdeja, al anunciar las detenciones en la conferencia del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En su momento, el Departamento del Tesoro aseguró que Tapia Quintero respondía con mayores intereses al Mayo Zambada y operaba desde la capital Culiacán, donde esta semana fueron los aseguramientos.
Pero también favorecía a una célula de Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, para quien transportaban cocaína, marihuana y metanfetamina con tractocamiones desde Sinaloa hasta Tijuana, Baja California.
“Es responsable de coordinar mensualmente la compra y el transporte de cocaína y metanfetamina desde Sinaloa hacia los EEUU, específicamente Arizona y California”, precisaron las autoridades norteamericanas hace ocho años.
Durante las revisiones de inmuebles vinculados con el Cártel de Sinaloa, los agentes federales también incautaron 8,500 pastillas de fentanilo, una máquina pastilladora y 2 kilos de precursores químicos. Sin embargo, destaca la decena de tráileres y las nueve camionetas usadas para la movilización de drogas.
Sinaloa ha sido cuna del narcotráfico en México cuando menos en el último medio siglo. De ahí han provenido los capos más poderosos. En esas montañas se sintetizan fentanilo y metanfetaminas en narcolaboratorios.
Los operativos recientes de la Sedena se han concentrado en Elota, Culiacán y Badiraguato. Aunque la gran mayoría de los decomisos se realizaron en poblados de Cosalá como Guzmanillo, Mezcatitlán, los Cedritos, la Culacha, Ibonia, la Bacata, el Rodeo, Agua Caliente de los Urrea, la Cañita, y Palo dulce.
Tan solo en la segunda semana de este mes de junio las autoridades castrenses ya habían decomisado 50 narcolaboratorios, algo inédito durante la administración de López Obrador y en medio del contexto por críticas por supuestos nexos con el Cártel de Sinaloa.
Los 80 centros de producción de drogas clandestinos localizados por el Ejército en las últimas semanas cobran relevancia porque en ese tiempo ocurrió el 10% de los establecimientos asegurados en el actual sexenio que comenzó el primero de diciembre de 2018, y que acumularon 857 narcolaboratorios hasta el 25 de junio pasado.
Especialistas en temas de seguridad han señalado a este medio que el Cártel de Sinaloa no quiere atraer la atención del gobierno y justificar presencia de fuerzas de seguridad. De ahí que buscan mantener todo en orden. Sin embargo, la violencia siempre está latente por el poder de fuego de los sicarios.
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