La intensa persecución que desató la violencia en dominios del Cártel de Sinaloa se extendió de Culiacán a un poblado de Elota, donde fueron abatidos dos presuntos sicarios, dos más quedaron detenidos y un par de soldados resultaron heridos por la balacera.
Cristóbal Castañeda Camarillo, secretario de Seguridad Pública de Sinaloa, reportó del seguimiento alrededor de las 15:30 horas (tiempo del centro del país), cuando pidió a la ciudadanía circular con precaución porque el comando armado arrojaba estrellas metálicas conocidas como ponchallantas.
De acuerdo con el funcionario, agentes policiales observaron al convoy de cuatro o cinco vehículos que eran tripulados por civiles fuertemente armados y luego de notar la presencia de los uniformados comenzó la persecución desde la Costerita, en la capital de la entidad.
Luego, los supuestos integrantes del Cártel de Sinaloa tomaron la zona conocida como el Trébol para salir hacia la autopista y de ahí se enfilaron hacia Estación Dimas del municipio de Elota, donde se encontraron con agentes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Fue entonces cuando se registró el fuerte enfrentamiento entre los supuestos sicarios contra personal militar y dos de los agresores quedaron abatidos en el lugar, un par más fueron asegurados y los elementos lesionados no están en condición de gravedad para poner en riesgo su vida.
Como resultado, las autoridades de seguridad decomisaron diversa clase de armamentos, aseguró Castañeda Camarillo sin precisar el número de fusiles, calibres o municiones decomisadas.
“Fue un trabajo en conjunto que se realizó entre personal de la Secretaría Defensa Nacional Guardia Nacional y personal de la Policía Estatal y de los municipios colindantes”, presumió.
Sin embargo, los artefactos ponchallantas afectaron cuatro patrullas de la Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa. Pero luego de revisiones observaron que esas estrellas de metal igual causaron daños en 10 vehículos, cerca de seis autos de civiles y hasta cuatro tractocamiones de carga.
“Ya está tranquila la situación, el operativo se mantiene”, aseguró el secretario Castañeda Camarillo en espera de que arribaran agentes ministeriales para procesar la escena y realizar el levantamiento de cadáveres.
Sinaloa ha sido cuna del narcotráfico en México cuando menos en el último medio siglo. De ahí han provenido los capos más poderosos. En esas montañas se sintetizan fentanilo y metanfetaminas en narcolaboratorios.
Autoridades federales y estatales han destacado los 151 asesinatos cometidos entre enero y abril de este 2022, lo que posiciona a la entidad en el lugar 21 de los 32 estados del país en la lista por esos delitos.
En Sinaloa se vive una pax narca, sin embargo, eso no significa que la violencia esté erradicada, pues puede hacerse presente en cualquier momento. Sobre esas calles patrullan convoyes de sicarios armados en camionetas de lujo. Como se documentó recientemente en Guasave, donde desfilaron decenas de unidades blindadas.
Culiacán, donde ocurrieron los sucesos de este 28 de junio, es considerado bastión de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Ovidio Guzmán López y Joaquín Guzmán López, los llamados Chapitos, hijos del exlíder condenado a cadena perpetua en EEUU: Joaquín Guzmán Loera, el Chapo.
Especialistas en temas de seguridad han señalado a este medio que el Cártel de Sinaloa no quiere atraer la atención del gobierno y justificar presencia de fuerzas de seguridad. De ahí que buscan mantener todo en orden. Sin embargo, la violencia siempre está latente por el poder de fuego de los sicarios.
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