Este lunes por la noche se estrena la serie documental llamada “Caníbal, Indignación total”, que produjo la Suprema Corte de Justicia de la Nación y que aborda el tema de los feminicidios en México a través del caso puntual del feminicida de Atizapán, la intención es poder crear una mayor conciencia sobre la situación de violencia de género en el país.
Andrés Filomeno Mendoza Celis pasará a la historia como el asesino serial más infame y con más víctimas de las que se tenga registro, pero la serie pretende denunciar la indignante impunidad de la que gozan los feminicidas en el país.
El 18 de marzo de este año fue sentenciado a prisión vitalicia por uno de los 19 casos que le atribuyen, el de Reyna González, su última víctima cuyo esposo, y no la policía, fue el encargado de acabar con la carrera criminal de este sujeto de 73 años.
En su casa se han descubierto en el sótano de los horrores, más de 4 mil 300– de los que hasta el momento se han identificado sólo a 19 víctimas, sin embargo se sospecha que pudieran ser incluso el doble:
“Se sospecha que pudieran ser muchas más de 30 mujeres, hasta el doble, incluso podría ser hasta 60, la cantidad de huesos es determinante, porque no sólo eran pequeños fragmentos sino partes muy identificables de cada persona”, reveló a Infobae México Itzel Cruz Alanís, colega reportera y activista de feminicidios que también participa en el documental.
Y es que señaló que en la serie mostrará lo que el asesino, ahora de la tercera edad, relataba en las audiencias: “se revela este horror, se las comía, las destazaba con esta saña pero además las filmaba y las fotografiaba, él llegó a decir con toda desfachatez que regalaba carne a los vecinos, carne de estas mujeres”.
Sin embargo para la periodista que ha cubierto intensamente el incremento de feminicidios en el país, la serie televisiva invita a participar al público en una discusión que nos debe importar a toda la sociedad.
“Mató por más de 30 años, eso nos habla de impunidad y deficiencia de autoridad total porque fueron varios gobiernos que pasaron, desaparecían las mujeres y siempre era el mismo patrón de no buscar. Los feminicidas siguen matando porque hay total impunidad, porque saben que las autoridades no les van a hacer nada. Qué es lo que pasa, qué hay detrás de estos miles de personajes que andan libres por ahí y cuántos podrían ser, si es un problema social, de autoridades o una normalización de violencia, es lo que se busca abordar”, consideró Cruz Alanís.
Su modus operandi
Detalló que las elegía por bonitas pero las mataba cuando lo rechazaban, por eso quería conservar sus rostros, los arrancaba con gran cuidado (tenía técnica ya que trabajó como carnicero años atrás) junto a su cuero cabelludo, tras apuñalarlas en el corazón.
Detalló que su primera víctima fue Norma “N”, desaparecida el 6 de agosto de 2011 en el municipio de Tlalnepantla, Estado de México. De acuerdo a su ficha de desaparición, trabajaba en un bar denominado “El Barrigón”.
Se segunda víctima fue Berenice Sánchez Olvera, ella tendría alrededor de 20 años y trabajaba en el bar denominado “El Marinero”.
A dos mujeres más también las cortejó y de nueva cuenta lo rechazaron para tener una relación sentimental: Alyn y Gardenia, las conoció en el Bar “El Barrigón”, mujeres de las cuales, no se tiene una ficha de identificación.
Al igual que estas mujeres, en 2016 conoció en otro bar a Flor Ninive, quien también trabajaba como mesera, ella estaba recién divorciada y se hacía cargo de sus hijas adolescentes, a ella la invitaba a comer y le daba regalos, sin embargo también se negó a ser su pareja sentimental, por lo que la asesinó en octubre de ese año.
Rubicela Gallegos, era repartidora de aplicación de comida por teléfono y trabajaba en un banco, a ella la vio ir por un pedido a un restaurante y ahí la secuestró, le gustó tanto que también la quería sólo para él, acabó con su vida en 2019.
Bruno, esposo de Reyna González, la víctima por quien fue descubierto, rindió su declaración donde narró que se despidió de su esposa el viernes a las cinco de la mañana y luego se fue a trabajar, ella le dijo que ese día iría a comprar refacciones para celulares ya que a eso se dedicaba, por lo que se quedó de ver con Andrés, pero ella nunca regresó, al otro día ingresó a la fuerza al domicilio del sujeto de 72 años, encontrando la dantesca escena de su esposa cercenada sobre una mesa del comedor.
El esposo de Reyna González, madre de dos pequeñas hijas de cuatro y ocho años de edad, pidió que se deje de mencionar que ella tenía una relación con este hombre, explicó que era un amigo de la familia, que le tenían lástima y trataron de apoyarlo económicamente por ser de avanzada edad, por lo cual le tenían plena confianza.
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