La Fiscalía General de la República (FGR) obtuvo sentencias condenatorias máximas de 54 y 26 años de prisión contra narcos que trabajaban asociados a los Beltrán Leyva y uno de los remanentes de este último grupo criminal denominado Cártel Independiente de Acapulco (CIDA).
De acuerdo con el reporte de la FGR, las condenas más graves fueron contra los hermanos Carlos Velázquez Galindo, el Pelón, y Daniel Velázquez Galindo, quienes tendrán que pagar 54 años tras las rejas, mientras que Idemar Ramírez Martínez, el Apache, fue castigado con 52 años seis meses de cárcel.
Los tres sujetos conformaron a la facción de Cárteles Unidos que estaba vinculada con el Cártel de los Beltran Leyva. Ellos fueron detenidos en diciembre de 2011, en cumplimiento al mandato de captura que había en su contra. Pasó más de una década para que supieran la pena que deben pasar.
Según las investigaciones, este grupo de narcos fueron juzgados por los delitos de delincuencia organizada, portación de arma de fuego de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas, así como contra la salud en la modalidad de narcomenudeo y secuestro.
El caso fue procesado a través de la Fiscalía Especializada en materia de Delincuencia Organizada (FEMDO) en coordinación con la Fiscalía Especializada de Control Regional (FECOR).
Todos los datos del Ministerio Público de la Federación sirvieron para lograr la condena otorgada por el Juzgado Tercero de Distrito de Procesos Penales Federales de Jalisco.
En otras acciones, la FGR reportó condenas contra Óscar Torres Silva, el More; José Luis Mayo Mayo; así como Silvestre Díaz Mendoza, el Chivo, quienes conformaban la estructura básica del Cártel Independiente de Acapulco.
Las indagatorias señalan que el Chivo y Mayo Mayo se desempeñaban como halcones, es decir, vigías disfrazados de civiles en puntos estratégicos para alertar de cualquier presencia que pudiera atentar con las operaciones delincuenciales. Mientras que el More era el jefe de los guardias.
Los tres fueron procesados y encontrados responsables por delitos de delincuencia organizada, contra la salud, pero Torres Silva y Mayo Mayo están acusados de portación de arma de fuego de uso reservado a los militares.
Ellos también fueron detenidos en diciembre de 2011 en Acapulco, Guerrero, donde operaba la facción derivada de los Beltrán Leyva. Solo el More tendrá que pagar 26 años encerrado, mientras que Mayo Mayo y el Chivo están condenados a 16 y 13 años, respectivamente.
De cumplir su pena a cabalidad, este último saldrá libre en 2024, pero mientras tanto está recluido en el Centro Regional de Reinserción Social con sede en Iguala, Guerrero. Y el jefe de halcanos fue internado en el Centro Federal de Readaptación Social número 12 CPS-Guanajuato.
Estas indagatorias igual fueron procesadas por la FEMDO y la FECOR para obtener la sentencia del Juzgado Octavo de Distrito en Guerrero de Acapulco.
En el puerto guerrerense de Acapulco operaban los Beltrán Leyva, asociados al Cártel de Sinaloa, pero tras la ruptura entre facciones en 2008, predominaron numerosos grupos disidentes entre 2010 y 2011, uno de ellos fue precisamente el Cártel Independiente de Acapulco.
Carlos Montemayor González, el Charro, suegro y sucesor de Édgar Valdez Villareal, la Barbie, fue designado para controlar las operaciones de trasiego de narcóticos, pero pronto empezó a tener problemas y hubo rompimientos con los mandos inferiores.
Algunos reportes aseguran que fue en 2012 cuando el CIDA quedó constituido por José Alberto Quiroz Pérez, así como por José Leopoldo Buendía Domínguez, el Chilango y por Javier Muñoz, el Cholo, siendo una extensión del abatido Cártel de los Negros, y mientras en un principio fueron financiados por los Zetas, muy pronto de independizaron y se declararon autónomos.
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