Los asesinatos de los sacerdotes Javier Campos Morales, de 79 años, y Joaquín César Mora Salazar, de 80, así como del guía de turistas, Pedro Eliodoro Palma, que consternaron a nivel nacional e internacional, se desprendieron de una rabieta por un partido de béisbol.
El propio presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), calificó de “extraño” y “sospechoso” el hecho de que el responsable del triple homicidio, José Noriel Portillo, alias “El Chueco”, a pesar de los antecedes penales y las órdenes de aprehensión que pesan contra él, llevara una vida tan normal que incluso se diera el lujo de ser el patrocinador de un equipo de béisbol regional.
“Hay que ver si no había impunidad, protección, arreglos, acuerdos, y con quiénes... Vamos a ir al fondo, para que se conozca toda la verdad”, sentenció el mandatario durante su conferencia de prensa de este 23 de junio.
Todo comenzó con un primer incidente registrado la mañana del lunes 20 de junio. Días antes, un equipo patrocinado por José Noriel Portillo, “El Chueco”, había perdido un partido de béisbol. Molesto por la derrota, el líder criminal acudió el lunes al domicilio de dos jugadores del equipo rival, identificados como Paul Osvaldo y Armando Berrelleza, para reclamarles. Sin embargo, en un momento dado la situación se salió de control.
“El Chueco’ detonó un arma de fuego en contra de Paul “O” y privó de la libertad a Armando “B”, y posteriormente prendió fuego a la vivienda”, explicó en conferencia la tarde del martes 22 de junio el Fiscal de Justicia de Chihuahua, Roberto Javier Fierro Duarte.
Después de asesinar a Paul Osvaldo y secuestrar a Armando Berrelleza, así como prenderle fuego al inmueble donde ambos jugadores se encontraban, “El Chueco”, unas horas después, se trasladó al Hotel Misión Cerocahui, donde el guía de turistas Pedro Palma fue sacado a la fuerza por el líder criminal tras una discusión.
En un punto del trayecto el guía logró escapar de sus captores y buscó refugio al interior de la parroquia de San Francisco Javier, donde los clérigos Javier Campos y Joaquín César intentaron ayudarlo. “El hombre anteriormente privado de la libertad se escapó y llegó policontundido (golpeado) al templo del pueblo, donde fue auxiliado por los religiosos”, detalló Fierro Duarte.
Sin embargo, los esfuerzos fueron en vano: frente al altar de la iglesia del poblado de Cerocahui, “El Chueco” alcanzó y remató al guía Pedro Eliodoro. No conforme con eso, el líder del grupo criminal “Gente Nueva”, brazo armado del Cártel de Sinaloa en Chihuahua, también asesinó al sacerdote que intentó auxiliar al guía turístico y al otro padre que le imploró piedad. “Lamentablemente fueron privados de la vida por proyectil de arma de fuego y cuyos cuerpos se llevó el agresor”, amplió el fiscal.
Después de dos días de búsqueda, el miércoles 22 de junio los cuerpos de los dos sacerdotes jesuitas y el guía turístico fueron localizados, reportó la gobernadora de Chihuahua, Maru Campos. “El día de hoy gracias a un esfuerzo extraordinario de la fiscalía general el estado (...) hemos logrado localizar y recuperar, y esto comprobado por medicina forense, los cuerpos de los sacerdotes jesuitas de Javier Campos y Joaquín Mora, y del guía de turistas Pedro Palma
El mismo día, la Fiscalía de Chihuahua anunció que ofrecerá una recompensa de cinco millones de pesos por cualquier información que lleve a la captura de José Noriel Portillo Gil, “El Chueco”. El cuerpo del jugador, Paul Osvaldo, así como el paradero de su hermano Armando Berrelleza, continúan sin ser localizados.
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