Cuál fue el primer cine en Ciudad de México

Comenzó a funcionar en 1897, el costo de la entrada en 1910 era de aproximadamente 35 centavos y estaba permitido ver más de una película

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El Salón Rojo se encontraba en lo que hoy es la esquina de Bolívar y Francisco I. Madero. ahí se ubicó el primer cine de la CDMX 
Foto: Twitter @Cuauhtemoc_1521
El Salón Rojo se encontraba en lo que hoy es la esquina de Bolívar y Francisco I. Madero. ahí se ubicó el primer cine de la CDMX Foto: Twitter @Cuauhtemoc_1521

La primera sala de cine en la Ciudad de México se llamaba Salón Rojo, comenzó a funcionar a finales del siglo XIX y se encontraba ubicado en el cruce de las calles Francisco I. Madero y Simón Bolívar en el Centro Histórico de la CDMX, en la actualidad se le conoce como la Casa Borda.

El Salón Rojo es parte de las primeras salas de cine existentes en México. Salvador Toscano fue de los pioneros en proyectar imágenes de la catastrófica inundación de Guanajuato. Después de que permaneció un tiempo cerrado, el lugar reabrió sus puertas en la época que se conoció como el segundo sarampión cinematográfico, instalado en el antiguo palacio barroco del minero José de la Borda, el Salón Rojo derrotó a las 34 salas que en 1906 había en la ciudad.

Jacobo Granat fue quien adquirió el palacio para poder abrir el primer cine. La imaginación de su propietario lo convirtió en uno de los sitios más elegantes, refinados y atractivos de la urbe. Granat era un vendedor de antigüedades, de origen judío, que había llegado a México en 1902, lleno de nostalgia por el hechizo de las salas de cine europeas. Compró el abandonado Salón Rojo y lo volvió el principal de la ciudad, favorito de gente refinada.

El sitio también es recordado porque vivió ahí José de la Borda junto con su esposa por un tiempo
Foto: Twitter @@Cesarbuenrostro
El sitio también es recordado porque vivió ahí José de la Borda junto con su esposa por un tiempo Foto: Twitter @@Cesarbuenrostro

Las ganancias le permitieron fundar un emporio compuesto por cuarenta cines, entre ellos los entrañables Lux, Palacio y Olimpia. Se desconoce el porqué unos años más tarde el empresario habría decidido regresar abruptamente a su patria, sin embargo eligió el peor de los momentos para hacerlo pues Adolf Hitler desataba la Segunda Guerra Mundial. Jacobo Granat desapareció al lado de su esposa en las cámaras de gas de Auschwitz en 1943.

Tras la partida de Granat, el Salón Rojo fue comprado y dividido en viviendas y locales para el comercio, opacando la historia del cine aunque su recuerdo vive por medio de una pequeña placa que rememora a Don José de la Borda.

El Salón Rojo anunció su programación -por primera y única vez- en 1916 en una nota publicada en Cine-Mundial en el número correspondiente al mes de diciembre, las divas italianas fueron las grandes estrellas del público en esa época, se corría el rumor de que el corresponsal pudo haber sido José Luis S. Navarro originario de Guadalajara, Jalisco.

Uno de los recuerdos del cine que aún prevalece es la placa que se encuentra en el lugar
Foto: Twitter @@Cesarbuenrostro
Uno de los recuerdos del cine que aún prevalece es la placa que se encuentra en el lugar Foto: Twitter @@Cesarbuenrostro

La primera proyección de cine se realizó en el año de 1896 en el Castillo de Chapultepec, dentro del público se encontraba Porfirio Díaz, su familia y los miembros de su gabinete. De las principales características de la construcción es que contaba con un enorme balcón, el cual le permitió a la esposa de José de la Borda poder observar las calles del centro de la ciudad sin salir de la edificación, debido a los celos enfermos de su esposo.

En 1910 surgió como estrategia de marketing y para poder llamar la atención del público que con el simple hecho de pagar un boleto, la persona podía permanecer en la sala del cine el tiempo que quisiera. En dicho año, el boleto del cine costaba tan solo 35 centavos, y permitía ver más de una película en los cines: Salón Rojo, Palacio y Cine Club. La permanencia voluntaria duró hasta la década de los 90, debido a la firma del Tratado de Libre Comercio se cerraron masivamente las salas.

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