El Cardenal Francisco Robles Ortega criticó la estrategia de seguridad del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) tras el asesinato de Javier Campos y Jesús Mora, sacerdotes jesuitas, en Chihuahua.
Durante la IX Asamblea Diocesana de Pastoral en Guadalajara, Jalisco, Robles Ortega aseguró que las pérdidas de jesuitas “se suma a una lista amplia de asesinatos de sacerdotes en nuestra patria”, sin embargo, comentó que este caso en específico “asume toda la gravedad de la violencia que estamos viviendo en nuestro país”.
“Esto toma avisos de una situación sumamente grave, yo creo que nuestro Gobierno deberá leer que esta gente, la que se dedica al crimen organizado, no sabe de abrazos, por más que le Gobierno se los prometa y se los dé, ellos solamente saben de balazos”, reprochó el Cardenal Francisco.
Asimismo, el religioso fue muy puntual en su crítica, pues dijo que no espera que la administración de López Obrador enfrente al crimen organizado con “la estrategia de echarle balazos a esa gente”.
“El Gobierno debe mandarles el mensaje que no habrá más impunidad, porque ese mensaje de abrazos es un mensaje de impunidad”, sentenció.
Durante su conferencia matutina de este jueves 23 de junio, el Jefe del Ejecutivo afirmó que no cambiará su estrategia de seguridad, pues dijo estar convencido de que “no se puede enfrentar la violencia con la violencia”.
De acuerdo con López Obrador, esta clase de hechos son consecuencia del “fruto prohibido de una política de corrupción, de impunidad, que se implementó desde los tiempos de Felipe Calderón”.
No obstante, señaló que la violencia en México“se propició, se alentó” durante la administración de Calderón Hinojosa, debido a que el secretario de Seguridad Pública de aquel sexenio, Genaro García Luna, “era protector de un grupo de la delincuencia”.
Pese a ello, el tabasqueño reconoció los altos índices en homicidios dolosos que ha presentado su administración, pero, explicó que a su llegada al Ejecutivo, dicho delito también se encontraba con los número elevados.
“Calderón no recibió así el país, él lo llevó arriba y todavía en el gobierno pasado le subieron más”, externó AMLO desde Palacio Nacional.
La noche del pasado 20 de junio, un grupo armado ejecutó a los sacerdotes tras ofrecer auxilio a un guía de turistas quien buscaba refugio en la iglesia de Urique en un intento por escapar del convoy. Fue hasta dos días después que Maru Campos, gobernadora de la entidad, dio a conocer que elementos de la Fiscalía General del Estado lograron a dar con el paradero de los cuerpos.
Tras la localización de los cuerpos, la FGE ofreció hasta cinco millones de pesos para ubicar a José Noriel Portillo Gil, alía El Chueco lugarteniente del Cártel de Sinaloa que es responsabilizado por los asesinatos de dos sacerdotes jesuitas y del guía de turistas.
Por su parte, el Gabinete de Seguridad federal activó la cédula de búsqueda a través de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana que le atribuye el delito de homicidio calificado.
“Se trata del presunto responsable de los asesinatos de dos sacerdotes y un guía de turistas, así como del secuestro de cuatro personas”, aseguró la dependencia que encabeza la secretaria Rosa Icela Rodríguez.
Las investigaciones de las autoridades han arrojado que el Chueco se desplaza por las regiones de Cerocahui, Bahuichivo, Porochi, Poblado Rodeo y Urique.
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