Moringa y espirulina: cuáles son sus beneficios, según la UNAM

La Universidad Nacional Autónoma de México continuamente se encuentra haciendo investigaciones sobre temas de interés común, tales como la salud, la alimentación, la psicología, la cultura, la historia y más. Entre sus arduos y variados estudios se puede encontrar información sobre los beneficios de ciertos alimentos, flores o plantas.

La espirulina no ha sido una excepción, puesto que en un boletín de la UNAM expusieron sus increíbles beneficios. Esta especie de alga, también denominada cianobacteria con aspecto azul verdoso tiene buenas propiedades que ayudan a mejorar la salud.

Según Marco Antonio Juárez, del departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina, los beneficios de consumir espirulina en México han podido comprobarse en personas desnutridas, ya que tiene grandes niveles de proteínas y todos los aminoácidos indispensables.

La cianobacteria además de contener nutrientes, tiene otros aspectos biológicos que sirven en la medicina, puesto que puede ser un auxiliar en el tratamiento de alteraciones lipídicas en los diabéticos, es decir, ayudan a controlar los desordenes metabólicos en los pacientes con esta enfermedad.

Y eso no es todo, la espirulina tiene la facultad de mejorar el sistema inmune en pacientes con cáncer oral, así como ayudar a los hipertensos con su efecto antihipertensor. También cuenta con propiedades que pueden aportar a la limpieza del ambiente y del subsuelo como fijador de metales pesados.

Estudios han demostrado que, los humanos con problemas en el hígado, que han tomado dosis de 4.5 gramos diarios durante tres meses hicieron que se normalizaran los niveles de triglicéridos, colesterol y enzimas marcadoras de daño hepático.

Finalmente, el bioquímico Juárez Oropeza añadió que la espirulina puede aminorar los daños de estrés oxidante, causado por un síndrome metabólico y problemas psicológicos como ansiedad o depresión.

Los tipos de espiulina más recomendados son maxima y plantensis. Sus aportes nutricionales son aminoácidos, ácidos grasos esenciales, vitamina B y antioxidantes como la clorofila. En México se pueden conseguir en algunas tiendas naturistas, pues su consumo es libre.

Un dato curioso de esta alga, es que solía crecer en el lago de Texcoco y en los tiempos prehispánicos los aztecas la llamaban tecuitlatl, que significa “lodo de piedra” en náhuatl. Era consumida como hojuelas después de dejarla secar y su sabor se asocia con el pescado y el queso.

Otra de las tantas plantas que ha estado en la mira de las investigaciones de la UNAM es la moringa, mejor conocida como “el árbol milagro”. Esta contiene propiedades anticancerígenas, hipoglucemiantes y antibióticas.

Según un estudio hecho por Mark Olson, del Instituto de Biología y titular del trabajo en la Universidad Autónoma de México, se reveló que la planta es rica en una sustancia llamada isotiocianato que ayuda a que el cuerpo de desintoxique.

La moringa contiene calcio y vitamina A, sus semillas tienen 40 por ciento de aceite oleico, mientras que el bagazo guarda proteína coagulante y sus tallos tienen de 13 % a 14% de proteínas, por lo que se considera una alternativa de alimento para el ganado.

La especie más común en México es la moringa oleífera, generalmente se cultiva en el Pacífico desde el sur de Sonora hasta Chiapas y también llega a crecer en la zona del Golfo y en algunas partes de Yucatán.

El biólogo explicó que, los isotiocianatos en los humanos pueden incrementar los niveles de enzimas de descodificación de fase dos, lo que causa un efecto benéfico en el cuerpo, eliminando las sustancias nocivas que normalmente se ingieren, por ejemplo, desactivan los lípidos y grasas de las carnes. Además, análisis demostraron que consumir la moringa ayuda a disminuir la incidencia de cáncer.

Según Olson, la infusión en frío es la mejor opción para preservar los isotiocianatos contenidos en la planta, por lo que se puede poner en agua a baja temperatura 30 minutos antes de tomarla y la sugerencia es poner de tres a cinco gramos de hoja seca en un litro de agua.

Como advertencia se deben evitar los concentrados de moringa, ya que existe evidencia sobre alteraciones reproductivas, testiculares o abortivas en animales debido a los isotiocianatos en muy altos niveles. Para obtener las propiedades de la moringa, jamás hay que exponer sus hojas a altas temperaturas, es decir, mayores a 40 grados Celsius.

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