Actualmente en México se ha vuelto común hablar de corcholatas; sin embargo, el uso que se le da a esta palabra no necesariamente se refiere a ese tapón que llevan las bebidas embotelladas, aunque sí se refieren a “destapar” algo o, mejor dicho, a alguien.
Fue el pasado 5 de junio del 2021 cuando el presidente de México Andrés Manuel López Obrador (AMLO) comenzó a hablar de corcholatas, al comentar que ya había ciertos perfiles con la capacidad de sucederlo en la presidencia. “Hay muchísimos con Claudia (Sheinbaum), Marcelo (Ebrard), Juan Ramón de la Fuente, Esteban Moctezuma, Tatiana Clouthier, Rocío Nahle, bueno, muchísimos”, esbozó el mandatario.
Hoy, la carrera por la candidatura al Ejecutivo Federal en Morena ya está adelantada; la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum; el secretario de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard; y el titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), Adán Augusto López, se encuentran como los favoritos; no obstante, hay otros más que no descartan sus aspiraciones como el senador Ricardo Monreal.
Pero, a todo esto, ¿cuál es el origen de la palabra “corcholata” y por qué hoy en día se usa en el argot político?
Corcholata es una palabra yuxtapuesta, compuesta por corcho y lata, la cual se refiere al tapón metálico de las botellas. Por su parte, el Diccionario del Español de México la define como una “pequeña tapa de hoja de lata, cubierta en su parte interior de corcho, que sirve para cerrar botellas, especialmente refrescos y cervezas; hoy en día, su cubierta interior, que es la que la vuelve hermética, ya no es de corcho, sino de plástico”.
La corcholata fue patentada en 1892 por el irlandés nacionalizado estadounidense, William Painter. Conocido en un principio como “tapón corona” debido a su forma, se trata de un disco de metal el cual se colocaba en la boquilla de las botellas para sellarlas. Como resultado de su fácil y barata producción, así como su capacidad para retener los líquidos, comenzó a desplazar al corcho. Se le comenzó a llamar “corcholata” debido a que en un inicio, en su interior tenía un pedazo de corcho.
William Painter fundó entonces la compañía Crown Cork & Seal Company cuya traducción literal al español es “Compañía de Corona Corcho y Sello” en Baltimore, para luego presentar su invento syruper-crowner, con el que podía llenar y tapar 24 botellas por minutos.
Las corcholatas en la política mexicana
“Ya no hay tapados, yo soy el destapador y mi corcholata favorita va a ser la del pueblo”, esbozó López Obrador en julio del año pasado, al referirse a la sucesión presidencial en 2024.
En México se volvió una especie de tradición que el presidente en turno designara a quien le sucediera en el puesto; dicho personaje se mantenía como una incógnita hasta el momento en el que el mandatario federal decidiera revelar al “tapado”. En esa suerte, el “destapado” sería quien obtuviera la candidatura por el entonces partido hegemónico, el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Fue el escritor y caricaturista Abel Quezada el responsable de crear al personaje de “el tapado” durante la administración de Adolfo Ruíz Cortines, quien esperó hasta el último momento para designar a quien sería su sucesor en una época donde el partido único libraba contiendas electorales simuladas, de acuerdo con José Woldenberg en su libro Mitos Mexicanos.
De esta manera es que el concepto del tapado fue transformado al de “corcholata” por Andrés Manuel López Obrador para referirse a quien le siga en ocupar la silla presidencial, en caso de ganar la contienda en 2024.