“La violencia ha tocado la fe”: Alito Moreno urgió atender la crisis de inseguridad tras asesinato de sacerdotes Jesuitas

El dirigente del PRI se unió a la indignación colectiva que detonó el homicidio de dos sacerdotes en la Sierra Tarahumara, en Chihuahua

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Asociaciones religiosas reprobaron el asesinato de los sacerdotes. (Foto: REUTERS/Gustavo Graf)
Asociaciones religiosas reprobaron el asesinato de los sacerdotes. (Foto: REUTERS/Gustavo Graf)

Alejandro Alito Moreno se unió a la indignación colectiva que generó la noticia del cruel asesinato de dos sacerdotes en la Sierra Tarahumara, en Chihuahua.

Javier Campos Morales y Joaquín César Mora fueron ejecutados el pasado 20 de junio al interior de la iglesia de Urique, cuando intentaron auxiliar a un hombre que era perseguido por un grupo armado. Tras arrebatarle la vida, los presuntos agresores sustrajeron los cuerpos del templo donde perecieron.

Así lo dio a conocer la Compañía de Jesús que, de igual modo, denunció las condiciones de violencia y olvido que imperan en la comunidad Cerocahui del estado fronterizo: “Hechos como estos no son aislados”, escribieron.

De esa manera, el dirigente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) reprobó - a través de su cuenta de Twitter - que el clima de violencia ahora haya atentado contra “la fe de la ciudadanía”, además de calificar como “indignante” el doble homicidio.

“La violencia en México ha tocado la fe de la ciudadanía. Es indignante el asesinato de dos Sacerdotes Jesuitas, la noche de ayer en Chihuahua, a manos del crimen organizado”.
El dirigente del PRI se unió a la indignación colectiva que detonó el homicidio de dos sacerdotes en la Sierra Tarahumara, en Chihuahua. (Foto: captura de pantalla)
El dirigente del PRI se unió a la indignación colectiva que detonó el homicidio de dos sacerdotes en la Sierra Tarahumara, en Chihuahua. (Foto: captura de pantalla)

A su publicación, el priista recordó el asesinato de un niño que vendía flores al exterior de una iglesia en Fresnillo, Zacatecas, luego que un comando armado intentara acribillar a un hombre en el lugar, el 20 de mayo pasado.

Y es que, cabe recordar, actualmente México se encuentra sumido en una crisis de inseguridad que se vio reflejada en la cifra de homicidios dolosos perpetrados en mayo: con 12 mil 737 casos, el quinto mes del 2022 se perfila como el más violento del primer semestre.

Este sangriento panorama también ha trastocado al círculo religioso donde al menos 30 curas han sido asesinados en la última década, según Centro Católico Multimedial. En ese sentido, y respecto al asesinato de Javier y Joaquín, el propio Andrés Manuel López Obrador (AMLO), reconoció una fuerte presencia del crimen organizado en Urique, aunque reveló que las autoridades ya contarían con información de los presuntos agresores.

Pese a este “avance”, Moreno Cárdenas urgió al Gobierno Federal resolver la ola de inseguridad y a la población a “no tolerar el baño de sangre” que azota a todas las entidades de la República mexicana.

“No podemos tolerar que México se bañe de sangre al amparo del Poder. Mis condolencias a la comunidad Jesuita de México y del mundo”, remató mediante otro Tweet.

Los agresores asesinaron a los dos curas Jesuitas y después sustrajeron sus cuerpos. (Ilustración: Infobae)
Los agresores asesinaron a los dos curas Jesuitas y después sustrajeron sus cuerpos. (Ilustración: Infobae)

Por su parte, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) también condenó el asesinato de Urique al reprobar que “entre tanta muerte y crimen que se vive en el país”, hayan ocurrido estos hechos en contra de dos curas.

La noticia incluso llegó hasta el portal de noticias del Vaticano, donde la Arquidiócesis Primada de México reprobó el hecho y pidió el cese de la violencia; el exhorto fue secundado por la Diócesis de Tarahumara, pues ambos clérigos formaban parte de su congregación.

“No conformes con matarlos, los asesinos se han llevado sus cuerpos, sufriendo la misma suerte de tantos desaparecidos dejando estela de dolor, tristeza e indignación (...) Quisiéramos rendirles el homenaje que se merecen”.

Aunque aún no se ha revelado indicios sobre los responsables, medios locales indicaron de manera extraoficial que Noriel Portillo Gil, “El Chueco”, habría instruido el robo de los cuerpos.

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