Carlos Monsiváis fue conocido no solo por sus crónicas o su periodismo, sino por que él mismo era parte de la cultura popular del país.
El recorrido que hacía de las calles, la visión que tenía sobre los movimientos sociales e incluso su admiración por los gatos y su negativa por utilizar la tecnología fueron parte de la esencia de “Monsi” (como las personas le decían de cariño).
Aunque una de las cosas que más se destacó de la casa de “Monsi”, que se ubicaba en la calle San Simón, cerca de la calzada de Tlalpan, era la cantidad de libros y gatos.
Algo muy particular que tenía “Monsi” era el amor a sus gatos y desde que murió hubo varios rumores con respecto a sus animales: algunos dicen que fueron sacrificados, otros mencionan que se los entregaron a diferentes dueños y algunos creen que los llevaron a un albergue, pero esto aún es un misterio.
Carlos Monsiváis era muy protector de los animales, incluso siempre estuvo en contra de la tauromaquia o en cualquier actividad en la que torturen animales, razón por la cual el cronista de México creó una asociación llamada “Gatos olvidados A.C.”.
Según Claudia Vázquez, presidenta de la asociación protectora mencionó que iba a pedir la custodia de los gatos, pero Beatriz Sánchez, prima del escritor, le comentó que el día que el cronista murió los gatos ya habían sido dormidos.
La familia del cronista dijo que dentro de la casa estaban no solo los 13 gatos, sino que fue el polvo acumulado de los veinte mil libros que resguardaba en casa lo que provocó que “Monsi” sufriera de una fibrosis pulmonar y terminara con su vida.
Aunque muchos mencionaron que la fibrosis pulmonar se debe a la convivencia con palomas, pero no con perros y gatos.
Se dice que la relación que tenía “Monsi” con los gatos empezó desde que él tenía diez años. Al día de su muerte contaba con trece, pero llegó a tener más de veinte, todos adoptados y siempre recordó sus nombres: Pío Nonoalco, Carmelita Romero, Evasiva, Nana Nina Ricci, Chocorrol, Posmoderna, Fetiche de peluche, Fray Gatolomé de las bardas, Monja desmatecada, Mito genial, Ansia de militancia, Miau Tse Tung, Miss oginia, Miss antropía, Caso omiso, Zulema Maraima, Voto de castidad, Catzinger, Peligro para México y Copelas o maúllas.
Cada vez que lo entrevistaban y le preguntaban por sus gatos él siempre hacía referencia al amor que le tiene a los felinos e incluso decía “Un gato es la única posibilidad de acariciar un tigre”.
El autor creía que eran mejor compañía, que una persona, y algunas personas que estudiaron la vida del cronista mencionaron que los nombres que tenían los felinos era un reflejo del autor, su vida y realidad.
La biblioteca de “Monsi”
Y a pesar de tener gatos también tenía una vasta colección de libros, muchos de ellos hablan de los rincones de la Ciudad de México, su paso por la política, entretenimiento, pintores, nota roja y cine, entre otros, se rescatan por el legado que dejó de más de 50 libros publicados e incluso la Biblioteca Carlos Monsiváis se encuentra en la Biblioteca de México, en el Centro.
Según el sistema de Cultura, cuenta con alrededor de 24 mil volúmenes de libros, folletos, publicaciones periódicas que el escritor reunió a lo largo de su vida.
Entre los géneros de los libros que están resguardados son: cuento, teatro, novela y poesía. Hay volúmenes de gran formato, además de tener una colección de cine, fotografía artística y ciencias sociales.
Se piensa que “Monsi” tenía una vasta colección de películas, alrededor de dos mil, siendo este una persona muy fanática de la pantalla grande. Incluso, los sábados se reunía con amigos para poder ver películas.
En la parte de la hemeroteca tiene colección de historietas y revistas con temas que abarcan lo universal y la cultura popular mexicana y latinoamericana. Además de contar con una sección de autores ingleses y norteamericanos contemporáneos.
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