Aloso Hernández Velázquez es un joven preparatoriano decidido hacer uso de la ciencia para atender los grandes desafíos ambientales que se viven en México y el mundo. Inspirado por su hermano mayor e impulsado por su familia, el estudiante logró crear una propuesta innovadora para la degradación del tereftalato polietileno, mejor conocido como PET, el cual es un tipo de plástico fuerte y flexible que puede tardar hasta mil años en desaparecer.
Su proyecto enfocado en enzimas capaces de degradar PET lo llevó a ser galardonado con el Premio Nacional Juvenil del Agua 2022 así como representar a México de manera internacional en el Stockholm Junior Water Prize (Premio Internacional del Agua de Estocolmo) que tendrá lugar en Suecia el próximo 30 de agosto.
Cabe señalar que la competencia para obtener dicho premio es considerada una de las más importante del mundo en materia de agua, tanto así que el galardón también es conocido como el Premio Nobel del Agua para estudiantes.
“El PET (...) es un grave problema no solo para el medio ambiente sino también para la sociedad “, mencionó en una entrevista para el medio universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Y es que Alonso, que actualmente se encuentra estudiando en la Preparatoria 2, Erasmo Castellanos de la UNAM y que espera ingresar a la facultad de Ciencia para estudiar Física, diseñó el proyecto titulado “Descubrimiento de enzimas degradadoras de PET (tereftalato de polietileno) termoestables a partir de metagenomas”.
¿Cómo logró llevar a cabo se invetigación?
En plena pandemia por COVID-19 y con las restricciones sanitarias, Alonso logró llevar a cabo sus investigaciones gracias al apoyo de su hermano mayor Rodrigo Hernández Velázquez, quien estudió Ciencias Genómicas en la UNAM; su padre, Justo Salvador Hernández Avilés, profesor de Ecología Acuática en la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza y su computadora con conexión a internet.
“El proyecto ocupa muchos aspectos de la Ciencia Genómica y Metagenómica, pero no interesante es que aunque es algo innovador, como todo casi hoy en día, lo podemos hacer desde una computadora, entonces es algo genial, porque la ciencia se nos abre a todos los que tengamos ésta oportunidad de tener un dispositivo electrónico”.
Y es que, uno de los puntos más destacables de su investigación es que pudo realizarla mediante el uso de su computadora con conexión a internet y a través de consultas de base de datos genéticos de carácter público, lo que le permitió realizar el proyecto desde la comodidad de su hogar.
Mediante metagenómica (estudio de la estructura y función de las secuencias genómicas) y métodos bioinformáticos, Alonso comenzó a buscar enzimas capaces de degradar PET para eliminar este contaminante de los sistemas acuáticos, así como otorgarle un uso industrial.
En otras palabras, el preparatoriano comenzó, a través de un modelo especializado, buscando qué organismos poseían una secuencia específica de ADN que fuera capaz de degradar el PET de manera natural y aguantar altas temperaturas.
Investigando en sitios de información libre, el joven encontró dos enzimas: PETasa y MHETasa. Estas son producidas por microorganismos que viven en una poza termal en China y tienen la capacidad de transformar el plástico en materiales que no son dañinos para el ambiente.
Cabe precisar que actualmente es necesario analizar a mayor pofundidad el uso de las mismas para su futura inserción en ambientes naturales.
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