Cómo era la habitación de Porfirio Díaz en el Castillo de Chapultepec

La recámara del general estaba inspirada en el estilo de Luis XVI

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Fotografía panorámica desde las alturas del Castillo de Chapultepec (Archivo web: Chapultepec)
Fotografía panorámica desde las alturas del Castillo de Chapultepec (Archivo web: Chapultepec)

Cerca de donde se encontraban las albercas y baños de Moctezuma, arriba de un cerro, el virrey de la Nueva España Bernardo de Gálvez inició la construcción del Castillo de Chapultepec en 1785.

Fue sede de un colegio militar, la residencia del emperador Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota, casa del presidente Benito Juárez y estadia de verano para el presidente Porfirio Díaz.

Las lujosas fiestas que hacía Porfirio Díaz en el Castillo de Chapultepec (Foto: Wikipedia)
Las lujosas fiestas que hacía Porfirio Díaz en el Castillo de Chapultepec (Foto: Wikipedia)

La récamara de Porfirio Díaz fue ocupada desde el año 1906 hasta que abandonó la presidencia. Según el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el presidente tenía el hábito de levantarse por las madrugadas para hacer ejercicio y practicar natación.

La habitación de Porfirio, así como la de su esposa Carmen Romero, fueron traídas desde Francia. Su recámara estaba conformada por muebles de madera con incrustaciones de bronce.

Así era la récamara del general Porfirio Díaz en el Castillo de Chapultepec (Fotos/mnh.inah.gob.mx)
Así era la récamara del general Porfirio Díaz en el Castillo de Chapultepec (Fotos/mnh.inah.gob.mx)

El estilo fue imitado de Luis XVI, que además se destaca por la sobriedad de los elementos y buscaba ser de cáracter estilizado y elegante, tanto que las formas de los muebles se basaban en figuras geométricas.

Interior de la habitación de Porfirio Díaz, muebles de madera con estilo afrancesado (Fotos:Instagram/@inahmx)
Interior de la habitación de Porfirio Díaz, muebles de madera con estilo afrancesado (Fotos:Instagram/@inahmx)

La habitación de Carmen Romero Rubio tenía una moda diferente. Estaba inspirada en el estilo imperio con características como el uso de madera sin pintar y el uso de elementos con formas de animales para la decoración.

Récamara de Carelita, Carmen R, esposa de Porfirio Díaz (Fotos:
Instagram/@inahmx)
Récamara de Carelita, Carmen R, esposa de Porfirio Díaz (Fotos: Instagram/@inahmx)

Su recámara reflejaba parte de su personalidad, pues se veía el gusto por la elegancia, la austeridad y por las modas europeas de aquel entonces, al igual que su marido Don Porfirio.

En el fortín de Chapultepec, Porfirio Díaz realizaba muchas fiestas, bailes y recepciones lujosas, pues el lugar tenía amplios espacios para realizar diversas actividades.

Al interior del castillo había un lugar para cada cosa: un salón de carruajes, una sala introductoria, una sala de lectura, un salón de juegos, un fumador, un gran comedor, un antecomedor, un salón de gobelinos, un salón de té, la récamara de Carlota, un gabinete de aseo, una sala de estar, un salón de acuerdos, la antesala de acuerdos y más.

El Castillo de Chapultepec tenía salones para todo y era utilizado como casa de verano por Porfirio Díaz (Foto: Castillo de Chapultepec.)
El Castillo de Chapultepec tenía salones para todo y era utilizado como casa de verano por Porfirio Díaz (Foto: Castillo de Chapultepec.)

Además de levantarse temprano para ejercitarse, el presidente ya comenzaba a dictar órdenes a sus ministros desde tempranas horas de la mañana. Cuanado los asuntos públicos se lo permitían, salía de la ciudad hacía Querétaro, Michoacán o Jalisco a desempeñar una de sus actividades favoritas: la caza.

Su esposa Carmelita lo acompañaba a esos viajes. Ella era el la hija de un destacado militar con ideologías políticas adversas a Porfirio Díaz. Los datos del INAH apuntan a que Carmen “reunía las cualidades capaces de rendir el corazón más exigente”.

Ella era educada, elegante, discreta y piadosa. Siempre cuidó la parte de mantenerse alejada de los asuntos políticos y contribuyó a mejorar la imagen pública del presidente, así como también intercedía cuando alguien necesitaba su ayuda.

 Porfirio Díaz  y su segunda  esposa, Carmelita (Foto: collage de Porfirio y Carmen)
Porfirio Díaz y su segunda esposa, Carmelita (Foto: collage de Porfirio y Carmen)

La joven fue una pieza clave en la carrera política del general, pues el matrimonio consolidó la alianza entre diversas facciones liberales que aún no aceptaban a Díaz, como el padre de ella, Manuel Romero Rubio, quien poseía buenas relaciones con diversos grupos de poder.

Don Porfirio y Doña Carmelita se conocieron cuando el tenía 51 años y ella 17. Celebraron su matrimono civil y religioso en noviembre de 1881.

Imagen de Carmen Rubio, esposa de Porfiro Díaz (Foto: INAH)
Imagen de Carmen Rubio, esposa de Porfiro Díaz (Foto: INAH)

Se mantuvieron juntos hasta la muerte del general, en el exilio de París en 1915. No tuvieron hijos. Aunque la última voluntad del dictador era ser enterrado en su natal Oaxaca, la viuda desistió de dicha idea al enterarse de que en México seguía en medio de una intensa lucha armada. En este contexto, Carmelita compró un lote en el cementerio Montparnasse y decidió sepultarlo ahí.

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