“Operación Halcón”: la investigación que desentrañó el vínculo entre el Cártel de Sinaloa y la ‘Ndrangheta de Italia

El reciente desmantelamiento de una célula criminal que operaba en España para el Cártel de Sinaloa no fue algo inédito. La organización mexicana ya había intentando infiltrarse en Italia

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Cártel de Sinaloa en Italia (Foto: Guardia Di Finanza)
Cártel de Sinaloa en Italia (Foto: Guardia Di Finanza)

El reciente desmantelamiento de una célula criminal que operaba en España para el Cártel de Sinaloa evidenció cómo la organización narco más importante de México se ha servido de alianzas en otros continentes para expandir su negocio. Sin embargo, al menos en el caso de Europa, no es algo que suceda por primera vez.

En 2019, la llamada “Operación Halcón”, una investigación encabezada por la policía italiana, ayudó a desentrañar el modus operandi con el que el Cártel de Sinaloa intentó llevar toneladas de cocaína al viejo continente a través de una organización criminal italiana considerada como la distribuidora de droga más poderosa de Europa.

En aquel entonces ya había iniciado el juicio contra Joaquín “El Chapo” Guzmán, el líder más célebre de la organización criminal, y faltaba poco para que las autoridades estadounidenses lo sentenciaran a cadena perpetua por su implicación en 10 delitos relacionados con el tráfico de drogas y lavado de dinero.

El Cártel de Sinaloa, sin embargo, continuó siendo el mismo. La investigación de las autoridades italianas descubrió que la organización criminal puso los ojos en aquel país con la finalidad de encontrar nuevas rutas desde el continente americano y ampliar su presencia en la Unión Europea.

Cártel de Sinaloa en Italia (Foto: Guardia Di Finanza)
Cártel de Sinaloa en Italia (Foto: Guardia Di Finanza)

Buena parte de las drogas que arriban a territorio Europeo desde América Latina lo hacen en buques que llegan a grandes puertos donde se vuelve complicado revisar el contenido de cada uno de los contenedores. Sinaloa quiso busca otra ruta, no precisamente por la vía marítima. El plan de su incursión en Italia contempló traslados de droga en aviones privados que atravesaban el mar atlántico y aterrizaban en pequeños puertos del sur de la península itálica. Una vez ahí, el plan era que la droga fuera redistribuida en otras partes de Europa.

Los sinaloenses eligieron Catania, una ciudad en la costa oriental de Sicilia, la región italiana donde nació la mafia, porque ahí contaban con un aeropuerto internacional, pero sobre todo porque ahí encontraron lo más importante para su negocio: un funcionario dispuesto a ayudar.

Gracias a un informante las intenciones del cártel llegaron hasta los oídos del Grupo de Investigación del Crimen Organizado (GICO) —la unidad antimafia de la policía financiera italiana en Catania— y en menos de tres meses el capitán Pablo Leccese identificó a las principales figuras del Cártel de Sinaloa en Italia: los guatemaltecos Luis Fernando Morales Hernández, alias el Suegro, Daniel “Tito” Esteban Ortega Úbeda y Félix Rubén Villagrán López.

El funcionario del aeropuerto Catania-Fontanarossa que los ayudó solo fue identificado como “Don Señor”. El GICO se enteró que los narcotraficantes estaban gestionando un vuelo con cocaína desde Colombia. El mismo informante también descubrió la identidad del líder de Sinaloa que dirigía la célula de Catania: José Ángel Rivera Zazueta, el Flaco, originario de Culiacán (México), y uno de los principales lugartenientes de Ismael el Mayo Zambada, uno de los actuales líderes del Cártel de Sinaloa, en Italia.

José Ángel Rivera Zazueta, "El Flaco"
José Ángel Rivera Zazueta, "El Flaco"

“El Flaco” estaba a punto de reunirse con “Don Señor” para planear la logística del vuelo proveniente de Colombia, así como la distribución de cocaína entre varios compradores que acudirían a recogerla a Italia. Rivera Zazueta aterrizó en Catania el primero de junio de 2019 y se registró en el lujoso hotel Romano Palace, ubicado a orillas del mar. Al día siguiente se reunieron junto con el resto de los socios en el restaurante del hotel.

El plan consistió en llevar 385 kilos de cocaína en un avión que despegó desde México hacia Cartagena (Colombia), donde lo cargaron con cocaína. Luego hizo una escala en Cabo Verde, el punto más occidental de África, para cargar combustible y de ahí volar a Catania. Ahí los recibió “Don Señor”, quien se llevó la droga en un vehículo para evitar la aduana y encaminarse hacia al norte.

En Italia la droga sería vendida a la ‘Ndrangheta, una organización mafiosa con más de 30.000 afiliados y un patrimonio que supera con creces el PIB de países como Estonia y Eslovenia. En 2013 facturó 53.000 millones de euros, más que Mc’Donalds y Deutsche Bank juntos. Las autoridades italianas estiman que actualmente controla cerca del 80% de la cocaína que ingresa a Europa. Es la mafia italiana más potente del momento, con un rol muy importante en el narcotráfico internacional”, aseguró Michele Riccardi, investigador de Transcrime.

Fue entonces cuando la Dirección Central Antidrogas, un cuerpo de policía que coordina las operaciones antidrogas en Italia, decidió intervenir en las operaciones del Cártel de Sinaloa infiltrando a dos agentes encubiertos como narcotraficantes: Rodríguez y “El Cholo”. A ellos se les unió un oficial encubierto de la Dirección Antinarcóticos colombiana, apodado “Lucas”, que también se hizo pasar como narcotraficante.

El 16 de enero, Ortega y Villagrán volaron a Verona para reunirse con Salvador Ascensio Chávez, alias “El Arquitecto”, nacido en Jalisco, una importante figura del cártel que venía de México para supervisar la venta. Ahí se encontraron con “Don Señor”, que llevaba el pedido.

La Policía Financiera de Italia, que vigilaba ambos grupos, y con ayuda de los infiltrados que ayudaron a los narcotraficantes a concretar el envío de cocaína, arrestó a Ortega y Villagrán en Verona. Fueron acusados de tráfico y distribución internacional de drogas.

El pasado 15 de diciembre, el Proyecto de Informes sobre la Delincuencia Organizada y la Corrupción (OCCRP, por sus siglas en inglés), reveló detalles de las intenciones del Cártel de Sinaloa: los 385 kilogramos eran una prueba a la que seguirían más toneladas, como en años anteriores había traficado Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”.

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