Los retos a los que se enfrenta la oposición, especialmente el Partido Revolucionario Institucional (PRI) sólo se han acumulado y hecho más evidentes tras los resultados de las elecciones del pasado 5 de junio, en la que perdieron en 4 de los 6 estados en disputa.
Sin embargo, para ese entonces, el PRI ya había vivido los dos peores momentos de su historia, aseguró Joaquín López-Dóriga en su última columna para Milenio.
La primera crisis del tricolor, de acuerdo con el periodista, fue en el año 2000, cuando su candidato Francisco Labastida perdió contra Vicente Fox, cobijado por el Partido Acción Nacional (PAN), dando así inicio a la primera presidencia no priista.
A partir de ahí, Roberto Madrazo asumió la presidencia del partido y comenzó a construir su candidatura presidencial para los comicios de 2006, en los cuales llevó al Revolucionario Institucional hasta un trágico tercer lugar, superado por el PAN de Felipe Calderón y el PRD de López Obrador.
Posteriormente, refirió López-Dóriga, la segunda crisis comenzó en 2018 tras la contundente victoria de AMLO, ahora con el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Tras la pérdida de la presidencia del PRI, nuevamente, Alejandro Moreno asumió la dirigencia nacional para tratar de llegar a la candidatura presidencial no sólo del PRI, sino de la alianza opositora, conformada hoy también por el PAN y el PRD.
Sin embargo, el panorama actual para el tricolor es diametralmente distinto al de 2006, pues en aquel entonces el PRI tenía 28 gubernaturas en su poder, mientras que hoy sólo mantiene dos: el Estado de México y Coahuila.
Al respecto, López-Dóriga asegura que el PRI se encuentra en agonía mientras que Alejandro Moreno mantiene sus mismas ”ambiciones delirantes del ayer”. De igual forma, aseguró que ‘Alito’ está alejado de la realidad del partido y que “se aferra al hueso”.
El periodista, que recientemente habló sobre el posicionamiento de Adán Augusto López como el favorito de AMLO de cara a las elecciones de 2024, resaltó que el PRI de Moreno ha perdido todas y cada una de las 22 elecciones a gobernador en las que ha participado.
La reunión del pasado martes 14 de junio, convocada por los militantes del PRI para discutir la posible salida de Alejandro Moreno y de todos los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), refleja la crisis y la ruptura que hay al interior del tricolor.
Después de dicho encuentro, Alejandro Moreno se negó a abandonar la dirigencia y, además de ello, hizo un llamado a la unión del partido vía redes sociales. “¡Unidos nada nos detiene! Gracias a las y los 32 Presidentes del PRI en cada entidad, su trabajo permanente fortalece al partido” fue el mensaje que publicó en su cuenta de Twitter.
Esto ocasionó, como era de esperarse, un gran descontento al interior de la organización, pues personajes como Miguel Ángel Osorio Chong arremetieron contra ‘Alito’ y enfatizaron que, aunque sea el dirigente, él no es el dueño del PRI.
En este sentido, López-Dóriga aseveró que Alejandro Moreno sólo les dejará el PRI en las elecciones del 2024, pero “en cenizas”. Posteriormente, concluyó su columna asegurando que “al PRI lo enterrarán con él, y con él mismo habrá terminado, lastimosamente, una era: la del priato que los priistas dejaron morir”.
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