Hace unos días, el presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), comunicó que su Gobierno buscaría eliminar el Horario de Verano para el último trimestre del 2022.
Bajo ese sentido, este 13 de junio el Jefe del Ejecutivo se expresó seguro que dicha iniciativa (por fin) lograría concretarse, pues, afirmó, es la propia ciudadanía la “que no quiere que haya ese cambio de horario”.
“Es muy probable que no haya horario de verano porque la gente no quiere que haya ese cambio de horario”.
Y es que, cabe recordar, fue el pasado 3 de junio cuando se detalló que la erradicación o conservación de la iniciativa (impulsada en el sexenio del priista, Ernesto Zedillo) se definirá con base en los resultados de una encuesta. De ahí la importancia que Andrés Manuel adjudicó a la opinión pública para definir el rumbo de la medida.
Esta no sería la primera ocasión que el mandatario busca eliminar el cambio temporal. Su intención se remonta al 2000-2005, cuando ejercía como Jefe de Gobierno del antes Distrito Federal, AMLO buscó promover un decreto en la materia que no logró el aval federativo.
Desde entonces, el tabasqueño ha abogado en que la medida afecta a la salud de la ciudadanía, además de no cumplir con la cantidad de ahorro eléctrico por la cual había sido impulsada. Ambos puntos, según él, fueron comprobados en un estudio conjunto de la Secretaría de Energía (SENER), la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la Secretaría de Salud (SSa).
Dichos resultados arrojaron que la supuesta reserva representaba alrededor de mil millones de pesos al año en todo el país: una cantidad que se podría subsanar con una campaña gubernamental para economizar la energía eléctrica.
“Lo podemos lograr (el ahorro) haciendo el compromiso de cuidar la luz (...) Vamos a presentar un plan en ese sentido y nosotros pensamos que con eso lo económico se resuelve”, declaró AMLO bajo ese sentido en su mañanera de este lunes.
Como era de esperarse, la propuesta de cancelación desató múltiples reacciones tanto en el ámbito político como en la ciudadanía.
Una de éstas fue del ex político panista, Diego Fernández de Cevallos, quien se lanzó contra quien llama “Tartufo” y su administración, señalando que esta medida es un “caprichito” del mandatario que costaría 4 mil 600 millones de pesos al año.
A pesar de ello, López Obrador descartó que la iniciativa afecte a la economía mexicana: “No va a haber ningún problema (...) Lo estamos diciendo a tiempo para que todo mundo se prepare”, concluyó en su conferencia matutina.
El horario de verano comenzó a aplicarse a nivel nacional en 1996 durante el gobierno del priista Ernesto Zedillo, con el objetivo de ahorrar energía eléctrica y aprovechar la luz natural. A su vez, disminuiría los recursos utilizados para su producción.
Pero también sirvió con el propósito de mantener cierta sincronización entre las actividades económicas con el gobierno de Estados Unidos, uno de los principales socios del país. De este modo las actividades en los servicios fronterizos de aduanas y operación de puentes fronterizos irían a la par.
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