Exdirigentes del PRI solicitaron reunión con Alito Moreno: “Es momento de reflexionar”

Una semana después de haber perdido las elecciones para gobernadores en dos estados claves para su partido, algunos integrantes del Partido de la Revolución Institucional (PRI) dieron a conocer su inconformidad con la dirigencia de Alejandro Moreno. En ese sentido, ante los resultados obtenidos y el riesgo de una decisión inminente al interior, algunos exdirigentes del instituto político solicitaron una reunión con el presidente nacional actual para resolver la situación.

En un documento dirigido a Alejandro Moreno Cárdenas, presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI, se enfatizó en la necesidad de reflexionar sobre la situación actual del organismo. Y es que, aunque no es la primera vez que se encuentra al borde de la crisis, remarcaron que su futuro depende de la atención inmediata que se le brinde al problema.

“Es momento de sumar, de debatir y sobre todo de reflexionar, por lo que en virtud de los últimos acontecimientos que atañen a nuestro instituto político y que sin exagerar pueden ser determinantes para su futuro, como militantes comprometidos y preocupados por la fortaleza y vigencia de nuestro Partido, le solicitamos que a la brevedad podamos tener una reunión para abordar estos temas”, se lee en el comunicado.

La misiva fue firmada por Claudia Ruiz Massieu Salinas, Carolina Monroy del Mazo, Manlio Fabio Beltrones Rivera, César Camacho Quiroz, Pedro Joaquín Coldwell, Beatriz Paredes Rangel, Humberto Roque Villanueva y el coordinador del Grupo Parlamentario del PRI en el Senado, Miguel Ángel Osorio Chong. A excepción del exsecretario de gobernación, el resto de los personajes ha desempeñado el cargo de dirigente nacional del partido.

Infobae México pudo confirmar con fuentes del partido tricolor la veracidad del documento. Sin embargo, hasta la tarde de este 11 de junio, Carolina Viggiano, secretaria general del PRI, no lo había recibido, según consultas realizadas por este portal.

No es la primera carta que Moreno recibe después del fracaso en las elecciones de 2021 y 2022. Luego de darse a conocer la pérdida de Oaxaca e Hidalgo, el pasado 6 de junio, el Frente Nacional “Democracia y Justicia Social”, integrado por Movimiento Líder, Plataforma PRI y Alianza Generacional, condenó su administración y urgió a la renovación inmediata de la dirigencia nacional.

Otro de los personajes que no dejó pasar la oportunidad para expresar su preocupación por la situación del partido fue Roberto Madrazo. Incluso, al día siguiente de las elecciones reconoció que “hay un problema en la dirigencia del partido y no puede seguir culpándose al pasado del PRI. Si la alianza quiere que haya tiro en 2024 el PRI debe renovarse”, en su cuenta de Twitter @RobertoMadrazo_.

En 2019, luego de una cuestionada elección en la que resultaron perdedores candidatos como Ivonne Ortega y José Narro, Moreno Cárdenas se abrió paso como ganador junto con su secretaria general Carolina Viggiano. A pesar de las denuncias de sus opositores por facilidades que le habrían ayudado a llegar al cargo, se presentó como un estratega capaz de resarcir las dolencias del partido padecidas con la derrota en las urnas de 2018.

En aquel entonces, tomó las riendas de su instituto político con presencia de gobernadores en Sonora, Sinaloa, Coahuila, Zacatecas, San Luis Potosí, Hidalgo, Tlaxcala, Estado de México, Colima, Oaxaca, Guerrero y Campeche. Sin embargo, con el paso de dos periodos electorales en 2021 y 2022 su influencia se redujo a tres entidades. Cabe mencionar que Oaxaca e Hidalgo, estados que perdió en el periodo más reciente, nunca habían alternado con otra fuerza política.

En ese sentido, el PRI solamente pudo mantener Durango, con el apoyo de la alianza Va Por México, así como Coahuila y el Estado de México, entidades donde habrá elecciones en el 2023.

En medio del complicado panorama, los resultados en los comicios del año entrante serán cruciales para definir sus aspiraciones rumbo a las elecciones presidenciales de 2024. En ese sentido, luego de haberse consolidado como un partido de Estado, la pérdida de confianza y el número de integrantes en su plataforma electoral podría perjudicarles para posicionar un candidato competente o, en el peor de los casos, ser un aliado confiable para la alianza que los llevó a la supervivencia en el 2022.

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