Su etimología proviene del idioma náhuatl y según el filólogo mexicano Ángel María Garibay la palabra chilaquiles es la forma castellanizada de chilaquilli que a su vez está conformada por chil de chile y aquilli que traduce como algo metido en, sustantivo derivado del verbo aquia que significa estar metido en, su combinación resulta en totopos metidos en chile. Sin embargo la RAE (Real Academia Española) dice que proviene de chilli, alt de agua y quilitl de hierba comestible.
La historia de esta palabra desconoce si su origen es prehispánico o de la época colonial, ya que sus ingredientes principales son chile y tortilla originarios de México pero la mezcla con queso, cebolla y pollo fueron adaptados del viejo mundo.
En 1571 un misionero franciscano de nombre Alonso de Molina mencionó la salsa de chile dentro de su vocabulario expandiendo el rumor de que en tierras mexicanas era tradicional entre los nativos quienes la llamaban chilmulli.
Se tiene la creencia de que para aprovechar las tortillas duras de un día antes se baña en salsa para poder suavizarlas, la primera referencia del platillo llegó en 1824 por medio de un recetario llamado Arte nuevo de cocina y repostería acomodado al uso mexicano procedente de la editorial Casa de Lanuza Mendía.
Una década después en el recetario El Cocinero Mexicano aparecieron por primera vez variaciones del platillo como chilaquiles blancos, rojos, rellenos y tapatíos los cuales se podían acompañar con cebolla, chorizo, jamón, carne deshebrada, costilla de cerdo o queso, fue gracias a éste que se pone en duda el origen del plato atribuyéndole su descubrimiento a la cocina de los conventos, es por eso que no se puede decidir de dónde viene su nacimiento.
Culturalmente hablando chilaquiles se refiere a una comida, pero de forma coloquial y en singular también se puede referir como que algo fue maltratado, como en la frase tu mochila es un chilaquil que significa maltratada y en otro contexto es utilizada como un apodo cariñoso aludiendo a lo rico de la preparación y que caen en cualquier momento del día.
El refrán mexicano enchiladas aquí, chilaquiles allá hace referencia a lo similares que son los dos antojitos en su preparación y se utiliza para remitirse de manera irónica con tener mala suerte ya que son sumamente picantes.
Este aperitivo se cree recomendable como desayuno para la resaca o cruda después de beber grandes cantidades de alcohol, también es típico que se sirva al día siguiente de fiestas como bodas y XV años para los invitados que pasan la noche junto a los festejados.
A pesar de que elaboración es sencilla en México se realiza en una base de tortillas cortadas en cuatro partes fritas que son cocinadas en una salsa picante ya sea verde o roja -los tradicionales son en salsa roja- y que son acompañados de carne de pollo deshebrada, tiras delgadas de carne, huevo estrellado o revuelto, queso, crema y cebolla con una guarnición de arroz -blanco o rojo- o frijoles y sin olvidar un rico bolillo del día, ya para bajar el característico picor que deja en la boca está el agua de horchata o jamaica con mucho hielo o si se esta curando una cruda con una cerveza bien fría bastará para sacar todas las toxinas del alcohol del día anterior.
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