La Secretaría de Marina Armada de México (Semar) detectó al menos tres casos de agentes que fueron dados de baja por robar uniformes para venderlos a los integrantes del crimen organizado.
El almirante José Rafael Ojeda Durán, titular de la Semar, reveló que los mismos miembros de la institución actuaban para proporcionar estos equipos a los criminales, pero fueron ubicados tras acciones de inteligencia naval.
“Hemos detectado elementos que sacan de nuestros pañoles sobre todo uniformes y los venden a la delincuencia organizada, pero afortunadamente nuestra contrainteligencia los ha detectado y los hemos dado de baja”, aseguró el funcionario en la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador.
De acuerdo con fuentes consultadas por Infobae México, estos marinos fueron interceptados cuando pretendían sustraer los uniformes. De ahí que fueron llevados al Consejo de Honor donde se determinó que ya no seguirían en la Semar.
“Meterlos a la cárcel es muy difícil por cuestiones jurídicas, pero de que se van de la institución, se van. Si quieren delinquir, que lo hagan afuera, pero no adentro”, enfatizó Ojeda Durán en la mañanera realizada este 10 de junio en Oaxaca.
Además de los implicados, también fueron sancionadas las personas que resguardaban los uniformes, los llamados pañoleros. Estos vigilantes se encuentran a cargo de los compartimentos y/o bodegas conocidas en el lenguaje náutico como Pañol, donde se almacenan diversos materiales ocupados por la Semar.
Cada bando naval cuenta con su Pañol correspondiente y todos los uniformes están identificados con códigos de barras, así como un control asingnado a cada agente. Pero en los casos referidos se presumen contubernios entre los responsables del resguardo, ya sea que lo hayan hecho directamente o permitieron el robo.
El almirante secretario explicó que los miembros del crimen organizado adquieren cascos, chalecos y uniformes estilo militar en plataformas electrónicas. Incluso, las compras se hacen con proveedores de Estados Unidos y luego son enviados a territorio mexicano. Todos estos sitios están bajo investigación.
Luis Cresencio Sandoval, general secretario de la Defensa Nacional, aseguró que los chalecos tácticos decomisados a los criminales están elaborados de forma casera e incluso el material no brinda protección, pues no todos cuentan con las placas o pruebas necesarias y no se compara con los equipos de las Fuerzas Armadas.
Sin embargo, las intenciones de los marinos detectados recientemente reflejan que la corrupción en este ámbito pueden escalar hasta las bodegas castrenses para estar en igualdad de condiciones, al menos en la vestimenta. En el armamento ya se han observado diversos fusiles de guerra.
La piratería de vehículos, ropa y hasta rotular con leyendas como “Marina” o “Sedena” a chalecos antibalas, forman parte de las estrategias de grupos criminales para realizar levantones o instalar retenes en carreteras en los que revisan o extorsionan a viajeros y transportistas.
Además, con ello pretenden pasar desapercibidos entre la población para justificar armamento o camuflar sus crímenes, atribuyendo acciones ilegales a las fuerzas de Seguridad Pública.
Apenas a finales de enero pasado, presuntos sicarios adscritos al Cártel de Sinaloa se exhibieron portando fusiles de alto poder, equipo táctico militar y una de sus unidades era muy similar a las utilizadas por la Marina Armada de México.
Al menos seis hombres vestidos de verde olivo, encapuchados, con cascos y el narcocorrido de fondo, presumieron su despliegue a las orillas de una carretera de terracería, supuestamente, en algún paraje en la sierra al norte del país.
En uno de los vehículos se encontraba un sujeto apostado en la parte trasera, blindado, como acostumbran efectivos militares, listos para accionar el arma de grueso calibre. La puerta mantenía el logotipo utilizado por la Semar y su respectivo número de serie.
Los operadores del Cártel de Sinaloa han optado por clonar patrullas de las fuerzas federales, pero también han asegurado vehículos de la Sedena para utilizarlas en actividades ilícitas. A diferencia del Cártel Jalisco Nueva Generación, no ponen las siglas del grupo criminal o figuras para identificarse.
Pese a que los castrenses no están exentos de sobornos y aunque los sicarios usen ropa táctica como militares, estos también eligen falsificar el uniforme. Pues las prendas pueden adquirirse en cualquier tienda especializada en proveer de material para elementos de seguridad.
En agosto pasado fueron difundidas imágenes donde se mostraba que supuestos operadores de Ismael Zambada García, el Mayo, clonaron ropa de campo de la Guardia Nacional.
Casi un mes después fue dado a conocer que los miembros del Cártel de Sinaloa simularon patrullas de la corporación para secuestrar a policías de Zacatecas, entidad asolado por la narcoguerra que mantienen contra el CJNG desde mediados de 2020.
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