La diversificación es clave para que los cárteles mexicanos obtengan nuevas fuentes de ingresos al margen de los ilícitos que los constituyeron en un inicio en el negocio criminal.
Un ejemplo es la incursión del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en la producción de cigarros ilícitos en territorio mexicano. Un reporte reciente de Milenio reveló que el CJNG está redoblando la producción y la venta de cigarrillos ilícitos a través de su asociación con el Cártel del Tabaco.
Dicha alianza entre ambas organizaciones se habría fraguado desde hace varios años. El llamado Cártel del Tabaco es liderado por tres hermanos, presuntos ex agentes federales, que dirigen al menos tres fábricas de cigarros en los estados de Jalisco, Estado de México y Campeche.
En la actualidad producen cajetillas de cigarros a través de tres empresas registradas —Sijara International Manufacturing, Braxico Manufacturing y Burley & Virginia Tabaco Company— que no cumplen con las normas fiscales y sanitarias, de acuerdo con lo publicado por Milenio.
La organización también se ha hecho conocida por utilizar métodos violentos como la extorsión para exhortar a los proveedores a que vendan productos exclusivos de Tobacco International Holdings mediante las empresas señaladas anteriormente. El grupo está detrás de la producción de por lo menos 24 marcas de cigarrillos.
Pese a que las tres empresas tienen registros que las hacen legítimas, ninguna cuenta con los códigos de seguridad que demuestran su conformidad con el Servicio de Administración Tributaria (SAT), además de que les falta el código de seguridad que deben llevar los productos de tabaco en México, sin los cuales, según el SAT, carecen de toda validez.
El cártel produce más de 30 marcas de cigarros con precios que se aproximan a los 35 pesos por cajetilla, cuando el precio de los cigarros regulares fluctúa entre los 50 y 70 pesos. Además, cerca del 19% de los cigarrillos consumidos en México son de producción ilegal, reportó Oxford Economics.
En 2012 las autoridades congelaron las cuentas bancarias de los tres hermanos, pero después fueron liberadas. José Guadalupe Varela González, uno de los propietarios, fue investigado por narcotráfico en 2006, reportó la revista Proceso.
La razón del CJNG para incursionar en el mercado del tabaco ilegal podría obedecer a varios factores, aunque todos relacionados a las crisis y desafíos que actualmente atraviesa la organización delictiva con el crecimiento y la expansión probablemente más rápidos en la historia criminal de México.
Las diversas circunstancias que ha tenido que atravesar el cártel de las cuatro letras en el último año se asemejan al declive de otras organizaciones criminales mexicanas que en el pasado tuvieron un auge rápido y vigoroso como Los Zetas, los hermanos Beltrán Leyva y el Cártel de Tijuana, de acuerdo con un análisis de Insight Crime, organización especializada en temas de seguridad.
Por un lado, estarían las las diferencias y disputas internas que ha experimentado la organización en distintas regiones del país el último año. Por otro, la desaparición del mercado de la marihuana y quizá no menos importante sería también el rumor de la muerte de su máximo líder, Nemesio Oseguera Cervantes, alias el Mencho.
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